Dungeons 3
- PlataformaPCNSWPS47XBO
- GéneroSimulación, Estrategia
- DesarrolladorRealmforge Studios
- Lanzamiento13/10/2017 (PC, PS4, XBO)15/09/2022 (NSW)
- TextoEspañol
- VocesEspañol
- EditorKalypso Media
Dungeons 3, análisis
Realmforge Studios nos ha traído el pasado 13 de octubre, junto con la distribuidora Kalypso, Dungeons 3, la tercera parte de una desternillante saga de estrategia en tiempo real en la que cumplimos nuestra fantasía de ser un Señor del Mal, para lo cual debemos gestionar nuestra mazmorra mientras extendemos nuestro reinado de terror desde nuestros PC, Mac, PlayStation 4 y Xbox One.
El Mal puede llegar a ser tentador. Es más difícil desviarse de la senda del Bien y recorrer sendas llenas de ventajas jugosas a través de las cuales alcanzar el poder, sobre todo en un universo donde la magia es una herramienta más y donde convivimos con criaturas de fábula. Tampoco es de extrañar que los villanos resulten, en muchas ocasiones, los personajes más atractivos de una obra, por su moralidad compleja y por compensar con un carisma apabullante unos motivos que, a priori, rechazamos, aunque en el fondo los comprendamos: Darth Vader, Scar, Bill Cipher, LeChuck y un largo etcétera. El estudio alemán Realmforge Studios está especializado en videojuegos de fantasía medieval en clave de humor. En su catálogo encontramos títulos como la aventura gráfica Ceville, en la que un tirano destronado debe recuperar su reino; Dark, un RPG de sigilo en el que encarnamos a un vampiro en pos de sus presas; y, M.U.D. TV, la excepción en su temática habitual, un simulador de negocios en el que encarnamos a un productor de televisión que debe gestionar una cadena.
La saga más conocida de este estudio es Dungeons, inspirada en Dungeon Keeper, en la que nos pusimos en el papel del Señor del Mal para defender nuestra mazmorra de los héroes. Para ello, invertíamos todo el esfuerzo en revestir de prestigio a nuestra mazmorra con el fin de atraer a hordas de héroes, derrotarles y obtener su fuerza, a la vez que conquistábamos las mazmorras de otros villanos. En Dungeons 3 seguimos una premisa similar; como Señores del Mal de un clásico universo típico de espada y brujería, buscamos extender nuestro reino de terror al mismo tiempo que gestionamos nuestras mazmorras. En el modo campaña, seguiremos la historia de Thalya, una elfa oscura adoptada y redimida por el bienhechor Tanos y a la que seducimos al lado oscuro para convertirla en nuestra campeona de maldad. A lo largo de 20 misiones que nos llevarán unas 20-25 horas en total, conquistaremos las tierras del Bien y nos rebelaremos contra Tanos y sus fieles aliados. La duración de cada misión oscila entre los 20-60 minutos y, aunque al principio la curva de dificultad sigue un curso aceptable, hay misiones que resultan sencillas en un momento avanzado de la campaña, en contraste con otras en las que la exigencia asciende considerablemente. En cada misión, deberemos gestionar nuestra mazmorra, ubicada en el subsuelo, y crear un poderoso ejército con el que conquistar las tierras de la superficie. Y, si la idea de llevar al villano no es lo bastante atractiva, la comicidad del juego nos conquistará del todo. Nos acompañará un vivaracho narrador que rompe constantemente la cuarta pared, se refiere a nosotros en tercera persona con epítetos grandilocuentes y mordaces mientras cuenta nuestras propias hazañas y da sugerencias sobre los siguientes pasos a seguir, e incluso Realmforge Studios de ríen de sí mismos a través de él. A lo largo de la trama nos toparemos con centenas de referencias a la cultura popular, como El Señor de los Anillos, Juego de Tronos, La Guerra de las Galaxias e incluso Bola de Dragón y Sailor Moon. Cada uno de nuestros esbirros tendrá nombres propios llenos de guiños como Juergo de Steam, Mongo’Burns o Hep’Burn.
El placer oscuro de hacer el mal
Nuestra mazmorra en las profundidades —presentada en vista isómetrica y cuya entrada es una gigante cabeza diabólica— se compone de varias salas básicas, sobre las cuales flotará nuestra poderosa mano del Mal con la que podremos intervenir lanzando hechizos, activando trampas, agarrando a lacayos para movilizarlos y azotándolos en caso de que sean desobedientes. En el centro, tendremos el Corazón de la Mazmorra, una gigante gema pulsante que es la que nos mantiene con vida. Contaremos con una tropa de nimios que ejercerán las tareas básicas de excavación para ampliar nuestro espacio y recolección de recursos básicos como oro y maná. Deberemos investigar nuevas salas y ejércitos para hacernos más poderosos y, al mismo tiempo, satisfacer las necesidades de nuestros lacayos. Tanto los nimios como nuestras tropas requieren un sueldo mensual, para lo cual debemos tener unas cámaras del tesoro solventes. En cuanto a nuestros soldados, éstos requieren comida y reposo, con lo que debemos proporcionarles una granja de pavos productiva, una guarida con suficientes camas y, en el caso de los no-muertos, un cementerio bien abastecido de tumbas. A medida que suban de nivel, nuestras tropas requerirán nuevas necesidades, como cerveza o una cámara de relajación. Si alguno de nuestros sicarios se ve privado de alguna de sus necesidades, se declarará en huelga y se negará a obedecer nuestras órdenes, con lo que levantará una pancarta de protesta cada vez que le ordenemos una tarea. A través del menú de investigación, desbloquearemos nuevas salas, trampas, tropas y hechizos, así como mejoras para los mismos. A medida que avancemos en el modo campaña, iremos descubriendo nuevas salas y tropas, al mismo tiempo que aprendemos su funcionamiento.
Además del oro, contaremos con dos recursos básicos más: la maldad y el maná. El maná lo conseguimos durante excavaciones y lo recolectarán los demonios en el Arcanium. Para conseguir maldad, debemos salir al exterior y conquistar ubicaciones del Bien —representados como idílicos monumentos o un paraje de flores gigantes y faéricas— para pervertirlos como islas de maldad, que producirán tan valioso recurso que invertiremos en nuevas investigaciones.
Las incursiones al exterior no sólo se reducen a la conquista de islas de maldad; deberemos invadir campamentos para reducir las fuerzas enemigas, asaltar ciudades del Bien y cumplir misiones de asedio y batalla. Al mismo tiempo, deberemos defender nuestra mazmorra de invasiones aleatorias del enemigo y que se reducirán a medida que mengüemos sus campamentos. Nuestras tropas adquirirán experiencia a medida que participen en combate y, por consiguiente, subirán de nivel y se harán más poderosas y resistentes. En caso de que los héroes destrozen el Corazón de la Mazmorra, perderemos la partida.
Además del modo campaña, disponemos del modo combate, en el que nos enfrentamos a la inteligencia artificial para conquistar la tierra de nuestro rival, que controla las fuerzas del Bien. En este caso, tenemos todos los recursos disponibles para desbloquearlos mediante investigación, con el fin de usar todas nuestras armas contra el rival. Recomendamos probar este modo una vez conozcamos todas las herramientas, ya que el desarrollo del duelo sigue un ritmo agresivo, puesto que las invasiones son mucho más regulares.
Asimismo, dispone de modo multijugador para hasta cuatro jugadores que se enfrentarán en un mismo mapa y también modo cooperativo online para dos personas que quieran resolver una misión de campaña juntos. No hemos podido acceder a ninguno de estos modos, ya que el servidor da error constantemente hasta la fecha de hoy, con lo que esperamos poder disfrutar de estas modalidades en un futuro próximo.
Espada, brujería y humor
Dungeons 3 envuelve al jugador en un jocoso ambiente que recuerda a una novela de Terry Pratchett y donde, además, nos costará despegarnos del mando debido a las tareas que debemos encadenar, ya que en cuanto logramos hacernos con un territorio, debemos volver a nuestra mazmorra para sofocar una invasión a nuestros dominios, tras la cual debemos vigilar que hay suficientes camas y pavos para que nuestro ejército se reponga. En cuanto a los controles, es innegable que la interfaz está muy enfocada al teclado y el ratón, mientras que en consola los jugadores puedan necesitar un breve periodo de adaptación a un manejo no siempre intuitivo.
El tono cómico del juego queda resaltado por una estética cartoon muy acertada y cuyos diseños nos evocan a un título de espada y brujería de Blizzard. Cada uno de los personajes es un estereotipo que reconocemos a simple vista: la elfa oscura, de mirada peligrosa y ataviada con una sensual túnica; el paladín de edad madura, semblante serio y dorada armadura; el enano de barba elaborada y rasgos endurecidos. Sus personalidades resultan una caricatura de los arquetipos habituales en el género fantástico: el héroe de moral intachable, la maga pagada de sí misma, el enano de malos modales y propenso a la batalla… y la propia Thalya, cuyos lados oscuro y luminoso se debaten constantemente en una ingeniosa referencia a Gollum y Sméagol.
El diseño de ambos escenarios, subsuelo y exterior, está bien definido y marca muy bien las diferencias entre ambos mundos, apoyándose en unas paletas de colores fáciles de identificar. Para el Bien, tenemos bosques frondosos y ciudades llenas de colores vivos, mientras que en las mazmorras reinan los tonos oscuros y fríos. La banda sonora también marca esta diferencia; mientras que en los reinos del Bien suenan temas alegres de corte folk, para las tierras del mal la música tiene toques más siniestros, sin abandonar la comicidad.
Otro aspecto estrella de Dungeons 3 es la localización. Los textos presentan una brillante traducción en la que se han respetado todas las referencias a las obras archiconocidas del género fantástico y sus respectivas traducciones oficiales. El doblaje es un trabajo sublime, en el que cada actor llena de carisma a los personajes del juego al mismo tiempo que se adhieren al código humorístico de Dungeons 3.
Y es que este divertido juego de estrategia tiene todo lo necesario para hacerse querer: grandes dosis de humor, referencias que conectan con su público y un alto componente adictivo. No obstante, los fallos técnicos empañan de forma muy triste un título muy prometedor, al menos en la versión en PS4, que fue la que jugamos para el presente análisis: el juego se cierra de manera habitual y el motor gráfico no parece soportar un número considerable de tropas en pantalla para las cuales, por otro lado, hay límite de población. Esperamos que en Realmforge logre corregir estos defectos y que también optimice su servidor para que podamos disfrutar del modo online.
Juego analizado en su versión PS4.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.