Gaming Club
Regístrate
españaESPAÑAméxicoMÉXICOusaUSA
AER - Memories of Old

AER - Memories of Old

AER: Memories of Old, Análisis

Forgotten Key crea una original pieza que no está exenta de una compleja jugabilidad enmascarada por el apartado visual y sonoro. Una mezcla de géneros que casa con pulcritud con la historia que se narra sobre el vacío interior de los seres humanos.

Actualizado a

Que los estudios independientes tienen más posibilidades de experimentar no es ninguna novedad. El menor coste de sus desarrollos permite que las ideas más alocadas puedan llegar a buen puerto (y ejemplos tenemos miles, desde el particular Vostok hasta el próximo Blasphemous). No obstante, esto es como una apuesta en Internet: mientras que los triples A juegan a lo seguro para ganar unos centimillos por euro apostado, los independientes van a por una cuota con múltiples variantes para ganar mucho con una sola moneda (o perderla, claro).

AER: Memories of Old es una de esas aventuradas apuestas que de vez en cuando plantea la casa de juegos. No es una producción apta para todos los públicos -y negarlo sería absurdo-, pero supone un soplo de aire fresco a lo que el mercado destila en estos momentos. Es la enésima corroboración de que los estudios independientes pueden jugarse todo a una carta para llevarse el premio gordo.

Ampliar

Vuela alto

Definir AER: Memories of Old no es fácil. El encasillamiento al que se suelen someter los juegos más comerciales no responde igual cuando se aborda el mercado independiente. ¿Qué es AER entonces? Se podría decir que una mezcla de walking simulator, flying simulator, plataformas, puzles e incluso sandbox a pequeña escala. Así, sin anestesia.

Cuando se cree estar ante un nuevo Journey, de repente aparece un Eagle Flight de Ubisoft, los mejores puzles de Tomb Raider o el plataformeo de Ratchet & Clank. Esta simbiosis de conceptos abruma y choca entre sí de primeras, con la sensación de estar perdido en un mar de dudas y sin saber qué hacer. Dan ganas de dejar el mando –por experiencia- y que el juego avance solo, pero aquí reside su magia: una vez se asimilan las mecánicas de juego tan singulares que tiene este AER: Memories of Old, el periplo de casi cuatro horas que tiene ante sí es maravilloso.

Ampliar

Porque AER es todo y es la nada, al igual que su protagonista, Auk. Un mundo consumido por el “vacío”, un concepto que se utiliza como metáfora perfecta para un materialismo que no llena el espíritu y donde es necesario encontrar la paz interior. Ser mejor persona aprendiendo del pasado para corregir el presente y que no afecte al futuro.

Toda esta alegoría al mundo material se mimetiza con lo que es la propia puesta en escena del juego. Forgotten Key, estudio desarrollador, prescinde de comandos e incluso de radares. La pantalla es diáfana y sólo tenemos ante nosotros a la propia Auk y el mundo que tenemos que explorar. ¿Alguien necesita más? Además, es adictivo.

Ampliar

Con el mismo botón saltamos y cambiamos entre ser una persona o un ave, mientras que con otro encendemos el candil para iluminar la oscuridad que cubre la tierra. Y ya está. El juego está repleto de mensajes y enseñanzas en cada cueva, en cada recoveco, en cada esquina. Sólo unos pocos textos nos sacarán de esa pantalla sin indicadores, aunque como ya se puntualizaba en párrafos anteriores, este también es su hándicap.

Journey, por ejemplo, era un walking simulator bien orquestado gracias a su linealidad más que visible. Sin embargo, en AER se nos suelta (literalmente) en un mundo que se puede recorrer de punta a punta sin saber muy bien qué hay que hacer. De hecho, y esta es una curiosa anécdota, el primer puzle que realizamos era uno de los últimos del juego. Novedoso albedrío, desde luego.

Ampliar

Todas estas sensaciones también se interiorizan en el juego gracias a su colorido y vistoso apartado gráfico. Con marcados polígonos, se apuesta por una paleta viva que recalque lo poco que queda de humanidad en el planeta. De hecho, la oscuridad apenas está presente dentro de las cuevas, donde la luz del candil es la que hace de contrapeso en la propia escena.

Este juego de luces y sombras, de máscaras impuestas donde nada parece lo que realmente es, transmite un aura de magia a la par que de misterio. Miedo por aquello que está por descubrir, pero también la incógnita por si lo que vendrá adelante es tan bonito como lo que dejamos atrás. No es fácil conseguir esto en un apartado visual a estas alturas de la vida, y AER: Memories of Old lo logra con soltura y determinación.

Así mismo, la banda sonora también acompaña a la producción en todo momento y se adecua muy bien a lo que aparece en pantalla. En este sentido, es innegable las referencias que coge de ThatGameCompany y sus dos últimas grandes obras: Journey y ABZU. Saber marcar el tempo con el concepto jugable es uno de los elementos primordiales de todo título, tanto como que la historia acompañe al gameplay. Minipunto para AER también por aquí.

Ampliar
8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.