Fire Emblem Warriors
- Plataforma3DS7NSW8
- GéneroAcción
- DesarrolladorOmega Force
- Lanzamiento20/10/2017
- TextoEspañol
- EditorNintendo
Fire Emblem Warriors, análisis
La franquicia Fire Emblem sigue lanzando nuevas entregas para delicia de sus seguidores. En esta ocasión abandonamos los combates tácticos por turnos en aras de la acción desenfrenada con un Musou desarrollado por Omega Force y el Team Ninja.
Entre la lista de jugosas licencias exclusivas que convierten a Nintendo en una marca imprescindible para todo aficionado a los videojuegos que se precie de serlo, Fire Emblem es una de las que en la actualidad goza de mayor salud dado que no deja de lanzar nuevas propuestas al mercado. Bien es verdad que la malograda Wii U no pudo gozar de alguna entrega de la serie, pero la exitosa Nintendo 3DS cuenta ya con tres juegos en su haber (el segundo incluso llegó por partida triple), una recurrencia que parece se trasladará a Switch dado que la filosofía híbrida sobremesa/portátil de la nueva consola de la Gran N es ideal para el sistema de juego pausado y reflexivo que siempre ha sido el santo y seña de la franquicia.
Nacida en 1990 bajo los circuitos de Famicom (la NES japonesa), Fire Emblem se convirtió al instante en la referencia en juegos de combate táctico por turnos para el universo Nintendo (con permiso de Famicom/Advance Wars, aunque por desgracia dicha licencia lleva ya bastantes años desaparecida). Tras el juego fundacional de la franquicia no dejaron de sucederse los nuevos lanzamientos a un ritmo lento pero constante, tocando la mayoría de consolas nintenderas lanzadas hasta el día de hoy. Sin contar spin-offs (como el caso del juego que nos ocupa), la serie de fantasía medieval táctica de Nintendo lleva ya 15 juegos lanzados al mercado, nada mal teniendo en cuenta que nos encontramos ante un género que, sobre todo hablando de videoconsolas, no es ni mucho menos de los que atraen masivamente a los usuarios.
Del otro lado de la balanza que da forma a Fire Emblem Warriors tenemos la franquicia Musou, una de las series más recurrentes y valiosas del binomio Koei-Tecmo. Nacida en el año 2000 con el título Shin Sangoku Musou (Dynasty Warriors 2 en occidente), esta serie adapta al siglo XXI el clásico concepto de beat ’em up o brawler que tan popular se hizo a finales de la pasada centuria gracias a juegos como Double Dragon o Final Fight, trasladando el campo de batalla de las calles de urbes ochenteras a la China milenaria, y los combates “yo contra el barrio” a refriegas masivas entre ejércitos.
Debido al éxito alcanzado por Dynasty Warriors 2, pronto surgieron un par de spin-offs: Samurai Warriors, que traslada la acción del Romance de los Tres Reinos chino a la Era de los Estados Guerreros japonesa, y Warriors Orochi/All-Stars, que comenzó como un crossover entre Dynasty y Samurai Warriors hasta acabar convirtiéndose en un “todos contra todos” en el que se dejan ver buena parte de los personajes propiedad de Koei-Tecmo, como el Ryu Hayabusa de Ninja Gaiden o el William de Nioh.
Pero todo esto es solo la punta del gigantesco iceberg que conforman los Musou. El éxito y popularidad que esta clase de títulos cosecha (en Japón, ya que en occidente es mucho más residual) ha llevado a que Koei-Tecmo traslade la fórmula a numerosas franquicias de terceros: El Puño de la Estrella del Norte (dos juegos), Mobile Suit Gundam (4 juegos), Dragon Quest (dos juegos), One Piece (tres juegos)… Cada vez son menos las licencias japonesas que no cuentan con al menos un videojuego Musou entre las propuestas que ofrecen a sus aficionados.
Entre las compañías que han decidido sumarse a la fiebre Musou se encuentra Nintendo, la cual cedió nada más y nada menos que su segunda licencia de mayor importancia, The Legend of Zelda, a Koei-Tecmo para que éstos firmaran el que resultó ser uno de los mejores Musou jamás lanzados: Hyrule Warriors, aparecido en 2014 primero para Wii U y posteriormente para Nintendo 3DS. El frenesí beat ’em up de Link y sus amigotes resultó ser uno de los exclusivos más valorados por los usuarios de la defenestrada Wii U (en 3DS se notaba demasiado el downgrade técnico, sobre todo en los modelos más antiguos de la portátil), así que no es de extrañar que Nintendo haya decidido continuar con la relación apadrinando un nuevo vástago, cuyo nombre no es otro que Fire Emblem Warriors.
Ahora ataquemos todos a la vez
Omega Force, estudio de desarrollo encargado de la franquicia Musou, vuelve a unir fuerzas con el legendario Team Ninja, quienes gracias a juegazos como Nioh ya han superado definitivamente la crisis en la que se vieron inmersos tras la salida de su antiguo y polémico fundador, Tomonobu Itagaki. El tercer equipo implicado en Fire Emblem Warriors no es otro que el que se encuentra a cargo de los Fire Emblem tradicionales: Intelligent Systems. Eso sí, éstos últimos han participado más en tareas de supervisión que de desarrollo, cumpliendo por lo tanto el mismo rol que el Nintendo EAD y Eiji Aonuma (cabeza visible de la franquicia Zelda) tuvieron en Hyrule Warriors.
Si bien los aficionados a los Musou saben perfectamente lo que se encontrarán al adquirir Fire Emblem Warriors, los seguidores de los Fire Emblem tradicionales quizá ya no lo tengan tan claro. Una de las principales virtudes que tuvo Hyrule Warriors era la de exhalar espíritu Zelda por los cuatro costados. No sólo era completamente respetuoso con la franquicia, trasladando a la perfección esa imaginería visual y ese arte conceptual que convierten a las distintas odiseas de Link en algo único e inigualable, sino que además su esencia jugable seguía ahí, permitiendo que el salto del RPG de acción habitual en la saga al beat ’em up masivo característico de los Musou fuera fluido y se diera con total naturalidad.
¿Qué es lo que ocurre entonces con Fire Emblem? Trasladar la esencia de dicha franquicia a un Musou aquí ya no es tan fácil, pues hablamos de una saga que hunde sus raíces en la estrategia reflexiva y el desarrollo táctico y pausado, huyendo de cualquier atisbo de combate en tiempo real. Bien es verdad que el abanico que abarca la franquicia Musou es muy grande, y también toca el género de la estrategia, la rama Empires, y de los combates por turnos con la sub-saga Tactics. Todo esto sin tener además en cuenta que la imaginería de los Musou proviene de una franquicia de estrategia pura y dura como es Romance of the Three Kingdoms.
Pero, a pesar de que los Musou no son ni mucho menos ajenos a la estrategia, hay que dejar una cosa clara ya desde el inicio: Fire Emblem Warriors es un Musou puro y duro, un arcade desenfrenado, un Final Fight a lo bestia. Aun así, existen elementos que trataremos más adelante, los cuales se acercan con éxito a la filosofía de la serie Fire Emblem.
Distintos mundos para un mismo destino
Nada más arrancar el juego aparece algo que sin duda los aficionados veteranos agradecerán: una espectacular secuencia de introducción. Es bastante corta, pero teniendo en cuenta que hoy día raro es el juego que incluye algo así, no está ni mucho menos de más subrayarlo. Nada más terminar la intro, se nos permite regular varias opciones antes de comenzar a jugar. Una de ellas es la del nivel de dificultad inicial: fácil, normal o difícil. Para los habituados a los Musou, os recomendamos encarecidamente seleccionar el nivel más alto, dado que los otros dos no son sino paseos sin el menor atisbo de reto o desafío. Luego se nos ofrece la posibilidad de regular la cantidad de información que recibiremos durante la partida (info estratégica, de subidas de nivel, informes de misiones, mensajes de guía, etc.). Aquí hay obviamente que tener en cuenta que, a más elementos informativos seleccionados, en más ocasiones se nos pausará la acción en plena partida, lo que llega incluso a molestar, de ahí que sea de agradecer el contar con la posibilidad de minimizar estas interrupciones.
Luego nos encontramos con los modos Novato y Clásico. Es precisamente aquí donde podemos localizar una característica pura de los Fire Emblem de toda la vida. De hecho, no es sino la característica que define a la franquicia. Y es que si seleccionamos el modo Novato seguiremos jugando como en un Musou al uso, pero si entramos en el modo Clásico ya nos encontraremos con que, si uno de los personajes principales muere en el transcurso de la partida, sucederá precisamente eso: que morirá. Nada de reaparecer posteriormente. Y sí, tal y como sucede en los Fire Emblem clásicos, en el trascurso de las refriegas de FE Warriors iremos cogiendo cariño a determinados personajes, por lo que perderlos será algo que trataremos de evitar a toda costa, dado que sabremos que su ausencia será irreemplazable.
Eso sí, en el modo Clásico existe la posibilidad de revivir a los personajes caídos, aunque para ello tendremos que potenciar el Templo recogiendo fragmentos de ilustraciones y, además, gastar por cada personaje resucitado 10 materiales dorados (dificilísimos de conseguir, y también necesarios para desbloquear las habilidades más poderosas de cada personaje) y 300.000 monedas (una cantidad enorme que, de nuevo, nos será realmente difícil de obtener y tendremos que hacerlo a expensas de renunciar a potenciar a nuestros personajes durante un buen número de niveles). Así que lo dicho, en el modo Clásico cada baja nos será significativamente dolorosa.
Todas estas opciones que cambiamos antes de comenzar el juego también son modificables durante el transcurso de la partida. Eso sí, hay que tener en cuenta que, si bien podremos cambiar al modo Clásico si nos encontramos en Novato, será imposible realizar dicha acción si saltamos de Clásico a Novato y luego queremos regresar a uno de los elementos que hacen de FE Warriors un digno spin-off de la franquicia nintendera.
Una vez entrados en faena, nos encontraremos ante un hilo narrativo que, dicho sea de paso, es bastante predecible y simplista. En Fire Emblem Warriors nos encontraremos con personajes provenientes de diversos juegos de la franquicia (Shadow Dragon, The Blazing Blade, Awakening, Fates…), sirviendo de crossover entre las diferentes épocas e incluso eras no interconectadas de la serie. Para justificar el encuentro entre personajes cuya aparición simultánea sería imposible canónicamente hablando, Fire Emblem Warriors tira del socorrido mundo-creado-para-la-ocasión, el cual se encuentra en peligro de destrucción a causa de un mal ancestral, y al que van a parar a través del espacio y del tiempo los diferentes personajes de la franquicia FE para salvar el día. Curiosamente, este argumento es, salvando las obvias distancias, calcado al de Warriors All-Stars, el Musou lanzado recientemente que sirve de punto de encuentro a un buen número de personajes provenientes de las distintas licencias en propiedad de Koei-Tecmo. Las excusas que se nos dan para librar las diferentes batallas también suelen estar muy cogidas por los pelos, consistiendo la mayoría en “malentendidos” entre héroes de la franquicia que los llevan a combatir, y por supuesto a hacer las paces como si nada al finalizar la refriega. Vamos, como en los crossover en formato cómic de toda la vida.
Así, junto a personajes clásicos de la saga Fire Emblem como Marth, Celica, Lucina o Corrin, tenemos a nuevos caracteres creados para la ocasión, oriundos del mundo que sirve de trasfondo a FE Warriors: Rowan, Lianna, Darius y Yelena. Al principio se nos dará a elegir entre controlar a alguno de los dos primeros en una sección inicial que sirve de tutorial para el juego, aunque pronto se nos dará la posibilidad de seleccionar entre un amplio abanico de guerreros, tanto antes de los combates como durante las refriegas. Por supuesto, y como es tristemente habitual en la industria desde hace ya una década, existirán varios DLCs, agrupados en un pase de temporada (anunciado semanas antes del lanzamiento del juego) que dará acceso a nuevos personajes y contenido. Serán tres packs centrados en los FE Fates, Shadow Dragon y Awakening.
Eso sí, al menos la nueva (tan lamentable e incluso más denunciable que los DLCs) moda de las cajas de botín que lleva a monetizar salvajemente los juegos no se encuentra presente en Fire Emblem Warriors, así que en ese aspecto nos quedamos tranquilos. Para cambiar de personaje durante las batallas usaremos la cruceta. Eso sí, siempre y cuando empuñéis el mando pro en la versión Switch, ya que en caso contrario habrá que conformarse con los mucho menos intuitivos e infinitamente más incómodos botones de dirección que vienen por defecto en los controladores que se incluyen junto a la consola… ¡Ah, si el gran e inolvidable Gunpei Yokoi levantara la cabeza! Lo que son las cosas, él creó la cruceta para Nintendo, y ahora es la propia Gran N la que la ha desterrado sin miramientos en sus Joy-Con.
En fin, desvaríos aparte, lo de alternar entre distintos personajes durante las batallas será algo esencial para poder avanzar en Fire Emblem Warriors, dado que aquí entra en juego otro de los elementos característicos de los FE tradicionales: el sistema de ataque piedra-papel-tijera, que en la franquicia nintendera se reinventa como espada-hacha-lanza. Un personaje que blande una espada (cada guerrero cuenta con una clase de arma por defecto, que no se puede cambiar) tendrá una clara ventaja sobre aquél que blanda un hacha; éstos podrán eliminar a los que blandan lanzas sin mucha dificultad; y por último, aquellos que porten lanzas serán temidos por los que se defiendan con espadas.
También nos encontramos con personajes que blanden otras armas (como arcos o grimorios), y guerreros que cuentan con una montura (FE Warriors no es como otros Musou en los que cualquier personaje puede montar a caballo. Aquí los jinetes no pueden bajarse de sus monturas, y los personajes que van a pie tampoco pueden conseguir una). A estos personajes no se les aplica las debilidades y ventajas del sistema espada-hacha-lanza, aunque también las tienen. Por poner un ejemplo, un personaje que va a lomos de una criatura voladora será muy fácil de abatir por los arqueros.
Cada rival de importancia llevará un icono sobre su cabeza que nos hará ver si poseemos o no ventaja sobre él. Ésto nos fuerza a cambiar de personaje continuamente (podremos controlar directamente hasta a cuatro por batalla) y a elaborar diversas estrategias tanto para tratar de aprovechar nuestra ventaja como para cuidar de que nuestros aliados no se topen ante una situación que los conduzca a una irremediable derrota.
A la hora de potenciar a nuestros personajes, contamos con diversos atributos (fuerza, resistencia, defensa, agilidad…) que mejorarán al subir de nivel. Eso sí, los puntos extra se distribuirán automáticamente, sin dar al jugador la posibilidad de seleccionar alguna preferencia para obtener guerreros más a su gusto. En lo que sí tenemos todo el control es en el sistema de habilidades de cada luchador. Cada personaje cuenta con tres árboles de habilidades, desbloqueables usando materiales y dinero que se obtienen a medida que afrontamos las diversas batallas que se nos presentan en el juego.
En los combates también conseguiremos nuevas armas y objetos de apoyo. Así, aunque por poner un ejemplo los guerreros que porten espadas sólo podrán llevar eso mismo, acabaremos obteniendo un abanico bastante numeroso de éstas, que además podremos mejorar con una buena cantidad de potenciadores. Los objetos de apoyo consisten en pociones e ítems, bien para sanar al personaje que llevemos en ese momento o bien para curar a los aliados que tengamos a nuestro alrededor.
Una vez en plena refriega, el abanico de controles a nuestra disposición será el típico de los Musou: botón de ataque rápido, botón de ataque fuerte, botón de ataque especial y botón de esquiva (en lugar del típico de salto). El mapa de combate, mostrado en la esquina superior derecha de la interfaz, es también el típico de estos beat ’em ups masivos, aunque posee elementos que sirven de enlace con los Fire Emblem tradicionales. Y es que aquí los personajes y unidades más importantes se representarán por medio de pequeños iconos animados, con un aspecto gráfico que recuerda a los sprites de los FE lanzados en Super Nintendo y Game Boy Advance.
Si pausamos el juego para mostrar una versión más detallada del mapa, nos encontraremos con que éste se divide en casillas (de nuevo, un elemento que alude a los Fire Emblem de toda la vida), y que además podremos dar órdenes (ir, atacar, proteger, curar, agrupar, defender…) tanto a los personajes que no controlemos en ese momento como a algunas de las unidades más importantes de nuestro ejército. Aquí también podremos afrontar con mayor garantía los obstáculos del escenario que se nos presenten, como niebla, tormentas de arena, rutas aéreas únicamente salvables por los personajes montados en pegasos y wyvernos… En definitiva, es aquí donde encontraremos el mayor volumen de carga estratégica del juego, que nos brindará un saborcillo a Fire Emblem clásico que los aficionados a la franquicia sin duda agradecerán. Eso sí, todo esto de dar órdenes a los personajes que no controlamos no es del todo ajeno a los Musou, ya que dicha característica suele estar presente con más o menos diferencias en las diferentes entregas de la serie Samurai Warriors.
Ya terminando con el mapa, es una lástima que tengamos que vernos obligados a pausar el juego continuamente para poder interactuar con él. Uno tiene la sensación de que este Fire Emblem Warriors habría sido un proyecto ideal para Wii U, ya que se aprovecharía la pantalla táctil de la consola para poder mostrar e interactuar en tiempo real con el mapa. Pero con dicha plataforma pasó lo que pasó, así que hay que conformarse con lo que tenemos, aunque ahora gracias a Switch podemos llevarnos el juego a cualquier parte sin que exista pérdida de calidad, lo cual tampoco está ni mucho menos mal.
Una de las órdenes que podemos dar a los personajes, quizá la más destacada, es la de agrupar, algo muy común en los juegos de estrategia. Podemos agrupar dos personajes, uno en vanguardia y otro en retaguardia. El personaje “en reserva” dejará de aparecer en el campo de batalla, aunque a cambio sumaremos todos sus atributos y se activarán diversas ventajas, como autodefensa, envite o ataque especial doble. Agrupar será la manera más fácil y directa de crear vínculos entre personajes, con los que podremos desbloquear diversos ítems una vez finalizado el combate. En los momentos de mayor dificultad, además de echar mano de nuestro ataque especial (regulable mediante un medidor, que podremos potenciar en el árbol de habilidades) también tenemos disponible la técnica Despertar, que nos dará acceso a una suerte de estado potenciado en el que tendremos ventaja sobre todas las armas y nos convertiremos en un guerrero imparable durante un corto periodo de tiempo.
Algo a lo que también tenemos que estar muy atentos es a la aparición de la tienda de Anna (lo hará en un determinado lugar del mapa, durante un tiempo limitado), para obtener fragmentos de ilustraciones, y a los Sellos Maestros (encerrados en un cofre también ubicado en un rincón del campo de batalla, siendo necesaria para su abertura la obtención de una llave). Con los fragmentos de ilustraciones desbloquearemos nuevos escenarios en el Modo Crónicas y opciones añadidas en el templo, mientras los Sellos Maestros serán necesarios para subir de clase a nuestros personajes, lo que nos dará acceso a nuevas casillas en el árbol de habilidades como ataques extra, técnicas defensivas avanzadas, etc.
Como podéis ver, opciones no nos faltan tanto a la hora de combatir como en el momento de gestionar ya sea el devenir de la batalla o las mejoras de nuestros personajes. En lo referente a modos de juego, la cosa se condensa en un Modo Historia de extensa duración y en el ya mencionado Modo Crónicas, donde aparecerán batallas inspiradas en diversos juegos de la franquicia Fire Emblem. Aquí los combates tienen diferentes objetivos, restricciones y reglas, como un coliseo con batallas divididas en rondas, en el que tendremos que elegir si queremos superar combate tras combate para acumular diversos premios o salir para conservar lo que tengamos, ya que si nos derriban perderemos todo lo conseguido. Ambos modos dan para bastantes horas de diversión, y además podremos afrontarlos junto a un segundo jugador, eso sí, sólo en modo local puesto que el juego carece de opciones online.
Apartado visual
El look gráfico de Fire Emblem Warriors adapta a la perfección el aspecto visual característico de la franquicia en la que se inspira. En cuanto a la potencia técnica, el juego se muestra más que solvente en todo momento, con gráficos en alta resolución, una buena tasa de frames por segundo sin el menor atisbo de tirones, o la ausencia de ralentizaciones por muchos efectos gráficos o personajes que haya en pantalla. Los personajes principales se encuentran más que bien detallados, y lucen impecables en los primeros planos. Además, existe un apartado en el menú mediante el que podremos optimizar los gráficos por medio de dos opciones: calidad (opción por defecto) o rendimiento. Si seleccionamos la segunda opción, descenderá la resolución y el detalle de los gráficos, todo a cambio de obtener una tasa de refresco en pantalla superior y poder ver además a un mayor número de enemigos en pantalla de manera simultánea.
Es obvio que Switch es una consola limitada a nivel técnico, por lo que deficiencias gráficas ya solventadas desde hace tiempo en los Musou lanzados en One, PS4 o PC vuelven a hacerse ver en Fire Emblem Warriors. Lo que más se notará respecto a Musous destinados a plataformas más potentes es un número limitado de enemigos en pantalla, escenarios más vacíos y con menor detalle, así como aparición repentina de elementos (aliados, enemigos, etc.) frente a nosotros, aunque ya hemos mencionado que todo esto se podrá paliar si decidimos bajar la resolución del juego. En el otro lado de la balanza, y dado que el juego está auspiciado por Nintendo, las características de Switch se aprovechan convenientemente, por lo que se minimizan las carencias (la aparición repentina de elementos en ningún momento afecta a la jugabilidad) y se ensalzan las virtudes ya mencionadas como los excelentes modelados de personajes o la fluidez de la que hace gala el juego en todo momento aún con la resolución al máximo.
En el televisor, el juego luce espectacular. En modo portátil, su rendimiento es idéntico al de sobremesa. Aquí además se notará mucho menos el bajón de resolución si optimizamos el nivel gráfico para que el juego vaya aún más fluido y con más elementos en pantalla, por lo que es recomendable jugar en portátil con dicha opción activada. Eso sí, si ponemos la consola en modo table top nos encontraremos con un problema: el tamaño de la letra y del mapa serán diminutos, dado que todo lo referente a la interfaz del juego está pensado para ser visto en una pantalla de generosas dimensiones. Dicho problema se puede paliar si usamos la consola en modo 100 % portátil, con los Joy-Con anclados y sujetándola con ambas manos, ya que así tendremos la pantalla más cercana a nuestros ojos.
Apartado sonoro
La música de Fire Emblem Warriors huye de los guitarreos y la percusión desenfrenada característica de un Dynasty Warriors al uso, adaptándose perfectamente al espíritu de la franquicia FE. Los diferentes juegos de la serie nintendera siempre han destacado por poseer extraordinarias bandas sonoras de gran harmonía y profundidad melódica, y en ese aspecto Fire Emblem Warriors desde luego cumple con creces.
Algo que se agradece, y mucho, es la trabajada localización del juego. En los Musou lanzados directamente por Koei-Tecmo, la localización es más que deficiente: voces en japonés (por lo que no entenderemos nada de lo que los personajes hablan durante las batallas a no ser que leamos los subtítulos, con el riesgo que ello conlleva al dejar de prestar atención a lo que pasa en pantalla) y textos únicamente en inglés. Al estar auspiciado por Nintendo, Fire Emblem Warriors cuenta con un trabajado doblaje al inglés (somos conscientes de que un doblaje al español es poco menos que una utopía, por desgracia) y con textos impecablemente traducidos al castellano, algo que repercute positivamente en la jugabilidad ya que, como acabamos de mencionar, los personajes hablan continuamente entre ellos durante las batallas, dando pistas y claves necesarias para manejarnos en el devenir de los cambiantes combates.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.