The Solus Project, Análisis

The Solus Project, análisis

The Solus Project es el resultado de la visión de un desarrollador sueco con amplia experiencia en el sector de los videojuegos en compañías como Starbreeze, Epic Games o Guerrilla Games. El proyecto nacía en 2013 a manos de Teotl Studios, un pequeño estudio independiente con sede en Suecia que contó con el apoyo de Grip Digital para sacar adelante el Early Acces en PC y lanzar el título definitivo a mediados de 2016, con total compatibilidad con la realidad virtual de Oculus Rift y HTC Vive, convirtiéndose así en uno de sus principales reclamos. Tras su paso por Xbox One, finalmente llega la versión de PlayStation 4, apostando también por PlayStation VR, una aventura de exploración y supervivencia ‒e incluso terror‒ ambientada en un planeta alienígena. ¿Qué puede fallar?

En realidad, son varios los aspectos que flaquean en The Solus Project, aunque para ser justos, demuestra suficiente solvencia en otros como para ser bien considerado entre los aficionados a la ciencia ficción y las aventuras de exploración en general. Pero antes, pongamos en contexto tan misterioso planteamiento; nos encontramos en el año 2183, en plena odisea espacial de una humanidad que busca desesperadamente un nuevo hogar. Varias son las misiones espaciales que partieron de la Tierra años atrás con el objetivo de encontrar nuevos mundos para ser colonizados tras el inevitable colapso de la vida en nuestro planeta. Y será en nuestro acercamiento al planeta Gliese-6143-C cuando nuestra nave sufra un inesperado accidente que nos catapultará hacia su superficie. A partir de este momento, se abre ante nosotros lo desconocido, la incertidumbre de un ser humano atrapado en un planeta hostil, atrapado en la más absoluta soledad.

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El título se desarrolla como el típico juego de exploración y supervivencia, aunque a partir de la segunda mitad de la aventura el tono general ofrece un marcado giro hacia el survival horror; ciertamente, se agradece el cambio más allá de los numerosos e interesantes giros de guión que, como no podía ser de otra manera, no os arruinaremos en estas líneas. Nuestro objetivo no será otro que investigar nuestro entorno ‒de una forma bastante guiada, por cierto‒ e intentar sobrevivir a los diferentes contratiempos ante nosotros, como extremas condiciones ambientales y otros peligros inesperados. Para ello, tendremos a nuestra disposición un dispositivo que nos indicará cualquier síntoma o cambio de nuestro organismo y de nuestro entorno; desde nuestra temperatura corporal hasta las calorías de nuestro organismo, pasando por alertas climatológicas, temperatura ambiente, etcétera.

La premisa no puede ser más interesante aunque la ejecución no está al mismo nivel; y es que las mecánicas de supervivencia llegan a desesperar, más aún cuando tenemos recursos de sobra en nuestro camino para caer en la más absurda reiteración. Por otro lado, el título ofrece también mecánicas de crafteo, aunque resultan bastante simples y aportan poco al desarrollo a excepción de ciertos rompecabezas o situaciones que rápidamente se vuelven excesivamente reiterativas. Poca profundidad a favor de unas rutinas que no resultan especialmente interesantes o desafiantes. Donde sí brilla con luz propia es en todo lo referente a la exploración y el constante descubrimiento de elementos, paisajes, grutas y misterios, elementos indispensables en un guión algo predecible, especialmente en su ritmo, bastante desequilibrado.

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Tampoco ayuda un interfaz poco atractivo y un constante goteo de coleccionables en forma de documentos que nos cuentan infinidad de detalles sobre la historia pero que rara vez leeremos por tan tediosa y poco inspirada rutina. Por suerte, los rompecabezas, aún sin ser especialmente complejos, adquieren el suficiente peso como para convertirse en un elemento crucial de su desarrollo, lo que nos animará a seguir adelante para saber más de tan enigmático relato de ciencia ficción. Aunque, como decimos, la segunda mitad del título nos llevará a vivir auténticos momentos de tensión e incluso algún que otro sobresalto; sin duda, lo mejor de una apuesta valiente que no convence en otros tantos aspectos. Además, los más valientes ‒o insensatos‒ podrán subir la dificultad del juego mediante una barra de menú, hasta un imposible 400%, con condiciones extremas que acabarán con nosotros casi al instante.

En ello tiene mucho que decir su puesta en escena, también con numerosos altibajos; mientras que la ambientación es más que destacable, tanto los modelados como las texturas adolecen de cierta sencillez, dando como resultado un mundo algo plano y poco verosímil, con un Unreal Engine 4 poco exprimido. Si bien es cierto que su vertiente de realidad virtual es evidente ‒con su consiguiente modestia gráfica‒, desearíamos contar con más trabajo en el plano técnico. Eso sí, ciertos efectos climatológicos o de iluminación sí merecen especial atención. En el plano sonoro, The Solus Project tampoco destaca especialmente, con melodías insulsas que poco aportan al conjunto; en cambio, los efectos de sonido sí logran meternos de lleno en una pesadilla de ciencia ficción que nos hará sentir como si estuviéramos realmente perdidos en un planeta desconocido. Las ‒pocas‒ voces llegan en inglés sin destacar especialmente por sus interpretaciones y los subtítulos, esta vez localizados a nuestro idioma, tienen poca presencia en pantalla por su exiguo tamaño.

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Descansar será vital para nuestra supervivencia ‒además de guardar nuestro avance‒, aunque si nos dormimos podemos perecer si tenemos poca salud o estamos realmente hambrientos; The Solus Project no perdona y deberemos medir muy buen nuestros pasos y anticiparnos a cualquier percance. Por otro lado, los tiempos de carga entorpecen en exceso el ritmo de juego, especialmente entre las distintas zonas donde transcurre nuestro viaje.

Análisis realizado en PlayStation 4 Pro con un código de descarga proporcionado por Evolve Terminal