The Binding of Isaac: Afterbirth +
Análisis The Binding of Isaac: Afterbirth + para Switch
The Binding of Isaac Afterbirth + ha llegado a Nintendo Switch. En meristation, traemos el análisis del juego que ha vuelto 6 años después, con un lavado de cara completo y en una nueva versión para consola.
El miedo es una emoción que se caracteriza por una fuerte y desagradable sensación formada por la percepción de uno o varios peligros, reales o supuestos omnipresentes a lo largo de nuestra vida. Es algo innato que deriva de la aversión natural al riesgo, la amenaza o la muerte en algunos casos y se manifiesta en todos los animales, incluyendo al ser humano. Muchos teóricos han hablado acerca del miedo, y todos han coincidido en instinto, supervivencia, peligro y muerte.
La fusión de todos estos aspectos en su estado más puro forman a un pequeño chico llamado Isaac que, tratando de escapar de una madre psicópata cuya misión es sacrificarle, se encierra en una especie de baúl para luchar contra la representación de todos los miedos y terrores que tiene tanto él como la humanidad. ¿Lo mejor de todo? Lo hace maravillosamente bien.
Binding of Isaac llegó de la mano de Edmund McMillen y Himsl Florian a modo de título independiente en 2011 para Steam. Época de Skyrim, L.A Noire, Portal 2 y Arkham City, Binding of Isaac se hizo un hueco con el paso del tiempo por su estilo, su rejugabilidad, sus modos y su dificultad. 6 años después, el título llega a España con todas sus expansiones y DLC’s, para Nintendo Switch, portando uno de los mejores manuales de instrucciones del año, por no decir el único.
Sin embargo, y pese a que el título original lleve ya 6 años dando guerra, el juego parece hecho a la híbrida de Nintendo, que gracias a su portabilidad y comodidad, crea un binomio perfecto con el bueno de Isaac. Ayuda también que The Binding of Isaac Afterbirth + sea un juego completamente distinto a su edición previa, y es que con los puntos de guardado, la incursión del cooperativo, los nuevos personajes, más posibles finales del juego, la mejora gráfica, los nuevos modos, retos diarios, y un sinfín de cosas más, la diversión por matar es complicada que cese, ya que, incansables y de manera adictiva, comenzaremos a sumirnos en su enfermizo mundo de miedos y humor negro.
Con respecto a sus aspectos generales, The Binding of Isaac: Afterbirth + es un título roguelike en el que podremos encarnar a uno o varios personajes a elegir, donde a base de lanzar sus propias lágrimas como ataque básico (que a lo largo de nuestra aventura podremos ir mejorando), tendremos que ir moviéndonos por habitaciones y descendiendo plantas que se generan de manera semi procedural (elemento a destacar del juego) para acabar con el boss final y terminar. Sin embargo, lo curioso es que no termina, y es que esta semi proceduralidad de la que venimos hablando crea de cada partida una totalmente diferente a las demás, gracias a su capacidad de aleatoriedad limitada por el proceder básico del juego.
UN JUEGO SENTIDO Y CON-SENTIDO
Que The Binding of Isaac: Afterbirth + sea así no es casualidad. Todo esto viene de la mente de Edmun McMillen, que ya nos demostró su calidad en títulos como Super Meat Boy, Aether o Gish y que esperemos, la demuestre con el futuro The Legend of Bum-bo.
Mcmillen siempre ha destacado por saber mostrarnos a través de los videojuegos los temores y miedos más personales de su infancia, y es que en muchas de las entrevistas que le realizaron en juegos previos, declaró que de niño tenía problemas para sociabilizarse y se asolaba de tal forma en las fobias y miedos de su mente (que a veces representaba a través de dibujos) que le entraban ataques de ansiedad. Con el paso de los años y la evolución de la persona en cuestión, Mcmillen vió en los videojuegos una ventana donde mostrar al mundo los miedos y temores más profundos de su corazón.
Por otra parte, Mcmillen ha demostrado a lo largo de su carrera la pasión que tiene por las mecánicas y géneros precursores que dieron vida a la historia del videojuego. Ya lo hizo una vez con super meat boy y su mecánica básica de salto “para evitar morir” que hemos visto desde el comienzo de Mario Bros con Donkey Kong para Arcade (y en una versión muy tosca el Adventure de la Atari 2600).
Esta vez con The Binding of Isaac: Afterbirth + le toca el turno al género roguelike, un género muy querido e igual de antiguo que el plataformas y que fundamenta su base en el juego homónimo Rogue (de 1980, que es la razón de que el género se llame roguelike). Sin embargo, el título del que más se influenció Mcmillen fue otro de la compañía nipona: The Legend of Zelda, que mejoraba la experiencia del género “roguelike”, ensalzando la historia y su contenido, y mejorando las mecánicas de juegos previos de misma índole.
Dos grandes pilares con los que comenzar a construir un juego de aventuras en el que tendremos que luchar contra las pesadillas de un chico que trata de huir de su muerte.
UN AMPLIO REPERTORIO DE CRUDOS PERSONAJES
The Binding of Isaac: Afterbirth + cuenta con una amplia variedad de personajes que se irán desbloqueando a medida que completemos varios logros. Dichos personajes aportaran diferentes ventajas o desdichas a los indicadores de vida, daño, lágrimas (que es el modo principal de ataque del juego), velocidad de disparo, rango o suerte. Además, cada personaje cuenta con su propia historia, lo que añade un plus con el que profundizar en el LORE del juego. Por otra parte, y con la implementación del modo cooperativo y la elección aleatoria de fantasmas con distintas habilidades e historia, optimiza la idea principal de este juego, que es sembrar el caos, por activa y por pasiva.
Los personajes parten con unos atributos básicos, pero a medida que vayamos entrando en las habitaciones y bajando niveles obtendremos mejoras de salud permanentes, únicas, nuevas skins y habilidades que nos otorgarán más poder o menos, según la suerte que tengamos. Todo ello hará que el juego equilibre en los últimos compases de la aventura el nivel de dificultad, que premia la complicada mecánica del “muere y aprende” de la que ya no estamos muy acostumbrados.
Muchas de esas habilidades o “desgracias” se pueden adquirir con las monedas o las llaves que irán apareciendo a lo largo de las mazmorras, muchas veces de manera aleatoria. Con dinero se compra en las tiendas, donde podremos obtener desde bombas hasta habilidades y ventajas increíblemente poderosas. Sin embargo y si no tienes dinero, puedes intercambiar partes de tu vida por pastillas, cartas (habilidades que solo podremos utilizar una vez) u objetos aleatorios. Incluso podemos hacer un pacto con el diablo y que nos otorgue otro tipo de habilidades, más oscuras y violentas. Destacar que muchas de las habilidades, objetos e items que vayamos recogiendo a lo largo de nuestra aventura serán acumulables, y muchos de ellos cambiará el aspecto de nuestro personaje a formas más extrañas y esperpénticas.
UN ROGUELIKE SEMI-PROCEDURAL
Es la definición perfecta para definir el aspecto de niveles y diseño. The Binding of Isaac: Afterbirth + se compone por diferentes mazmorras que se producen de manera semi-aleatoria donde en cada una de ellas tendremos que encontrar la habitación boss de la planta, acabar con él, y realizar este paso repetidas veces hasta llegar al boss final de la partida. Un sistema sencillo que no desespera al jugador con la total proceduralidad del nivel y establece unos cánones para tener una misión simple y constante pero siempre entretenida y diferente.
Básicamente el único aspecto que mantiene cada partida diferente pero con una misma base es que en cada mazmorra habrá una habitación de final boss, una tienda, una habitación de oro en la que sólo se podrá entrar con una llave (que podremos encontrar o no en el nivel) y alguna habitación oculta y escondida a las que es más difícil acceder.
A medida que vayamos pasando niveles, lo que antes parecían habitaciones lúgubres a secas, ahora comienzan a convertirse en entornos más oscuros y tenebrosos. Cuando antes había un resquicio de luz por las pocas ventanas que había, ahora está apagada, todo es más gris, y los enemigos son más duros y espantosos. Un diseño de niveles que, pese a que a veces en la Nintendo Switch en modo portátil no se pueda uno centrar mucho por la cantidad de habilidades, puntos, auras y aumentos de la cabeza del personaje que hay, no se hace tedioso ni repetitivo, y eso ayuda mucho al proceder de la partida.
UN REPERTORIO ESPERPÉNTICO DE MONSTRUOS Y MIEDOS
Si por algo destaca también The Binding of Isaac: Afterbirth + es por el amplio catálogo de bestias y criaturas que tienen y que irán evolucionando a medida que evolucione el jugador. Desde moscas hasta bebés, pasando por metástasis andantes y versiones muertas de Isaac, el número es casi infinito, y habrá veces que, tras habernos pasado varias veces el juego principal (o muerto muchas), nos encontraremos a enemigos que no habíamos visto nunca antes, o enemigos con una apariencia similar que varían en cuanto a ciertos detalles, patrones, mecánicas y colores de los que en un principio nos encontramos.
Esto ocurrirá también con los diferentes bosses que nos encontremos a lo largo de cada nivel. Con un interminable bestiario en su haber, cada uno contará con unas habilidades y patrones de ataque diferentes que nos complicarán un poco la victoria si es la primera vez que nos enfrentamos a él, ya que no conoceremos sus movimientos y nos tendremos que valer de la improvisación, la agilidad y el ingenio para tratar de derrotarles en una primera tanda. Por otro lado y de manera aleatoria, es posible encontrarnos en algunas habitaciones con pequeños minibosses que si los vencemos dropearán diferentes items que nos podrán ayudar a lo largo de nuestra partida. Diseño, variedad y dureza son las bases en las que se cimientan los enemigos en el título, que hará que sea un auténtico reto para los jugadores avanzar con la partida.
MECÁNICAS Y CONTROL (NO DEL TODO) ADAPTADAS A SWITCH
Cierto es que en el aspecto controlable el juego no tiene la sensibilidad de movimiento y direccionalidad a la que estamos acostumbrados, algunas mecánicas son toscas y muchas veces no se tiene el ángulo de tiro que se requiere. Sin embargo, estos controles y mecánicas de movimiento tan toscas forman parte del encanto intrínseco del juego. The Binding of Isaac: Afterbirth + es un homenaje a los antiguos roguelike al igual que muchos juegos independientes, que ven en este género una forma viable de crear una aventura épica, oscura, complicada y no muy cara.
Sin embargo, y pese a que la intención primaria de las mecánicas está justificada, al adaptarlo a los joysticks de la Nintendo Switch, da la sensación de que hay aún menos sensibilidad, y se podría utilizar mejor la vibración HD del mando de la Switch para un juego como The Binding of Isaac: Afterbirth +, que habría dado más juego a la experiencia de la híbrida de Nintendo.
Destacar que, con el Mando Pro, la sensación de fluidez en el movimiento mejoran y aportan una experiencia de juego mejor en lo que a comodidad se refiere. El uso de un único joy-con como mando limita parte de las habilidades activas del personaje, ya que no habrá suficientes botones para accionarlas. Sin embargo, la opción del joy-con único como mando está pensado para el modo en dos jugadores, que comparten habilidades como lanzar bombas.
SONIDO Y MÚSICA
El aspecto musical es un gran punto a favor para The Binding of Isaac: Afterbirth + el cual ha sabido reflejar con cada melodía el sentimiento intrínseco del juego, algo terrorífico y duro, pero valiente y poderoso. Una banda sonora muy complicada de desarrollar que cumple con las expectativas en cada momento de la partida. El encargado de la obra en su primera versión fue Danny Baranowsky (que asentó las bases del título componiendo la música de su primera versión), compositor y músico de videojuegos con el que Mcmillen ya trabajó en Super Meat Boy, y que independientemente de Mcmillen, ha participado en propuestas indies tan buenas como Crypt of the NecroDancer.
Sin embargo, el encargado de añadir la música a The Binding of Isaac: Afterbirth + esta vez es Mathias Bossi, que muestra su genialidad y su talento a lo largo de todos los compases del juego.
La sinfonía musical adaptada a la guitarra eléctrica, grupos corales y duras percusiones, añaden el sentimiento requerido en cada momento de nuestra aventura, jugando con muchos silencios y cambiando las intensidades según en la parte en la que nos encontremos. Una mezcla de armonias que juntan el bien con el mal, mostrando constantemente el contexto del título a nuestros oídos.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.