Dragon Ball Xenoverse 2 para Nintendo Switch, Análisis

Análisis Dragon Ball Xenoverse 2 para Nintendo Switch 

Que Nintendo Switch tenga el apoyo de las third party es una gran noticia, y que una de las series de manganime imprescindibles en el catálogo de cualquier máquina acompañe desde tan pronto a la híbrida de los de Kioto también lo es. Dragon Ball Xenoverse 2 dejó buenas sensaciones tras su paso por Xbox One, PS4 y PC el pasado año, pero es sabido por todos que el trabajo de Dimps con la licencia de Akira Toriyama todavía puede dar mucho más de sí. A expensas de una tercera entrega que ponga fin a una trilogía que ha ido a más con el paso de los meses gracias al contenido adicional, durante la última semana hemos estado dedicándole unas cuantas horas a la Switch Edition del juego, que trae consigo algunas novedades aunque se deja en el camino otras tantas cosas. 

Welcome back to Conton City

Lo primero que hay que dejar claro es que esta versión tiene como target principal conquistar a los jugadores de Nintendo que querían pelear con Goku y compañía. Es un port notable, que se ha sabido adaptar al hardware más modesto de Switch, pero el sabor de boca final es algo agridulce en algunos aspectos, especialmente si vienes de las de sobremesa.

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Una de las novedades de esta versión, además de poder disfrutar del título en formato portátil o con los Joy-Con en pantalla partida para el modo cooperativo local, es la posibilidad de realizar los movimientos especiales imitando las poses de los héroes de la serie. Esto ya se hizo de manera más o menos convincente en Wii con los Budokai Tenkaichi, y aunque por aquel entonces la novedad fue bastante seductiva, en esta ocasión se ha quedado más bien en lo anecdótico al ser menos preciso que el golpeo de botones teniendo en cuenta el tipo de combate y tempo por el que apuesta Xenoverse 2. Si tienes pensado jugar en modo local, eso sí, poder jugar hasta 6 personas sí es una novedad de peso al ser solamente 2 en las versiones anteriores.

Por lo demás nos encontramos con un port 1:1 a nivel de contenido, exactamente igual que cuando llegó a las tiendas el juego en su momento… es decir, sin los DLC incluidos de serie. Nos hubiese gustado contar con el Pase de Temporada incluido dado que este Dragon Ball Xenoverse 2 llega a full price, pero al menos podemos hacernos con la historia completa del primer Xenoverse completamente gratis. Y eso es de agradecer al ser aproximadamente 20 horas más de contenido. Asimismo, si no quieres tener que desbloquear todos los personajes uno a uno, desde la web de Bandai Namco Europe están regalando códigos de descarga del plantel completo, un total de 86 personajes con sus variantes (ahora sí se incluye a Black Goku de serie).

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Elige tu Patrullero… de bolsillo

La historia es la misma que ya conocíamos: nos ponemos en la piel de un patrullero a elección de diferentes razas: Terrícola, Saiyan, Raza de Freezer, Namekiano o Majin; y tenemos que devolver la normalidad al mundo tras el regreso de Towa y Mira, que quieren volver a hacer de las suyas junto a Turles y Slug junto a un nuevo saiyan enmascarado. A partir de ahí, el sistema de desarrollo del título es mucho más agradable y convincente que el primer título de Dimps, puesto que moverse por Conton City es más rápido e intuitivo. La ciudad no deja de ser un hub de grandes dimensiones con libertad de movimiento donde podemos acceder a las tiendas para comprar mejoras y equipamiento, acceder a las salas online para combates multijugador, u offline para enfrentarnos a la CPU, entrenar o jugar con amigos a nivel local. Cualquier comprador del título puede estar tranquilo: es un cartucho con decenas de horas de contenido, todo ello sin sumar el mencionado modo historia desbloqueable de la primera parte.

La vuelta de los maestros es una opción muy interesante para los menos familiarizados en el género. Creemos que es ideal, muy recomendable, que todo aquel que esté algo perdido al principio se pase por las zonas de Krillin, Piccolo y compañía para completar todas las misiones de estos y los establezca como maestros antes de empezar a completar las misiones de la historia principal. El motivo es doble: por un lado, aprender diferentes técnicas que luego nos sirvan para mejorar al personaje acorde a nuestro estilo de combate; y por otro, interiorizar todas las mecánicas jugables y dominar un sistema de combate realmente profundo e interesante, que no se inclina en demasía en la simulación y que no peca de las habilidades especiales a distancia, sino que también ofrece un surtido muy variado de golpes cuerpo a cuerpo con un timing bastante difícil de dominar en algunos casos.

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El problema vuelve a ser el mismo: si dominas los golpes físicos, es muy probable que te termines acomodando y la jugabilidad se convierta en un machacabotones constante, una verdadera lástima. Recomendamos por ello intentar descubrir lo que hay más allá de una combinación de doce botones de forma consecutiva. Es elemental que el patrullero que escojamos al principio de la historia se ajuste bien a nuestro estilo de combate, pues por mera genética tendrá más desarrollados unos atributos que otros. El resultado es el Dragon Ball con más posibilidades de personalización tanto estéticas como jugables que hemos visto. Si estás durante más de una hora creando a tu alter ego virtual, no te extrañes… 

Detalles a tener en cuenta en la versión de Switch

Conton City da mucho de sí, pero más de la mitad de las horas que pasemos jugando a Xenoverse 2 las vamos a pasar en su combate, que es realmente lo que nos interesa en un juego de lucha. Y aquí la mayoría de ellos serán en 3 contra 3. Al contrario del primer Xenoverse, aquí la cámara se controla mucho mejor, sin jugarnos malas pasadas en la superficie o en momentos donde la posición de la misma “choque” con alguno de los elementos del escenario, superponiéndose sobre las texturas. Aquí eso no pasa, y por suerte en Nintendo Switch tampoco. Es más, cabe recalcar que la paleta de colores se siente más pura, sin esa capa grisácea que tan poco nos gustó en el Xenoverse 2 original.

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Mencionábamos que los combates cuentan con equipos de hasta tres contendientes en cada bando y no es baladí, no es superficial. Hay que acostumbrarse a establecer sinergias con ellos, especialmente porque ellos no lo harán con nosotros, y porque no podemos permitir que estén caídos mucho tiempo. En ocasiones, su ayuda puede ser fundamental para salir vivos de la misión al tener que aguantar en pie un tiempo determinado.

Pero hablando más a fondo de la versión de Switch en concreto, decir que la mejor manera para disfrutarlo es con el Switch Pro Controller siempre que hayáis optado por introducir la consola en el dock. Si jugamos en portátil, los gatillos de los Joy-Con son cómodos cuando están acoplados, y el tamaño de la pantalla es ideal para no perder nada de vista y tener toda la información enfrente de nosotros sin echar de menos el panel del televisor. La resolución, de acuerdo con nuestro televisor y la web oficial, es de 1600x900 de forma nativa, mientras que en portátil es como siempre de 1280x720p.

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¿Se nota mucho la diferencia? Por un lado, sí que se nota ligeramente la menor resolución respecto a PS4 y Xbox One, donde era Full HD (1080p) en todo momento, pero donde de verdad se pueden percibir cambios más apreciables en la tasa de frames por segundo, que cae a 30fps excepto en los combates 1 vs 1 (60fps). No hay demasiados tirones gráficos, aunque por algún motivo sí los hay en Conton City durante los momentos de desplazamiento. Por su parte, en la pantalla de Nintendo Switch el juego luce de maravilla, con la pequeña flaqueza de que el contorno negro de los personajes no se nota del todo definido. Incluso en las capturas que os dejamos en el análisis se puede ver que esos bordes parecen ser dientes de sierra. Por suerte, no se nota demasiado y es como decimos muy gratificante saber que tenemos entre manos la versión más ambiciosa jamás hecha para portátiles de un videojuego de Dragon Ball.

Con todo, esta versión sigue siendo el Xenoverse 1.5 que bautizamos en el análisis original de X2 el pasado año, que mejora con creces lo visto en la primera parte pero que queda lejos para satisfacer de manera sobresaliente lo que debe ser un simulador 3D de Bola de Dragón en consolas. La curva de dificultad puede alcanzar cotas muy elevadas, con mención especial para una inteligencia artificial que tiene de todo menos tosca. Bandai Namco ha tomando nota con la paleta de colores; si bien la misma, ya no está tan apagada, no percibimos esa presencia excesiva de ocres sino que se ha priorizado la de blancos y colores metálicos con cierto equilibrio. Además, no podemos olvidar la sorpresa que nos hemos llevado con los tiempos de carga, muy inferiores a la versión doméstica de PS4 y Xbox One por motivos que desconocemos. En la práctica esto se traduce en que el juego no pierde ritmo en ningún momento; en algunos casos los tiempos se han reducido hasta en la mitad.

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El análisis se ha realizado con un código digital proporcionado por Bandai Namco.