Un interesantísimo modo The One se completa con los habituales contenidos que siempre ofrece EA en su vertiente deportiva, apoyado por una propuesta jugable notablemente mejorada. NBA Live está a punto de volver.
En estos tiempos es imprescindible un modo de juego en el que encarnemos a nuestro álter ego virtual, desarrollando su carrera y haciéndolo progresar hasta convertirse en una leyenda, a veces incluso rodeado de cierto componente narrativo. NBA Live 18 no es la excepción, obviamente, y presenta un modo carrera, aquí conocido como The One, que resulta ciertamente interesante. Aunque no con la misma importancia que en otros títulos, The One cuenta como nuestro jugador, durante su etapa universitaria, cae lesionado de gravedad, perdiendo así muchas opciones de conseguir un puesto alto en el Draft de la NBA. Esto hace que deba comenzar a recuperar el prestigio perdido en algunas de las canchas callejeras más populares de Estados Unidos, como Rucker Park o Venice Beach.
Otros clásicos de EA
Electronic Arts popularizó el modo mánager dentro de los simuladores deportivos con su modo Franquicia iniciado en Madden hace ya muchos, muchísimos años. Evidentemente, NBA Live 18 cuenta con esta modalidad en la que hacer y deshacer tanto en los despachos como en la cancha, aunque probablemente le falte profundidad, pero sí cuenta con un aspecto interesante: los puntos de mejora. Estos puntos sirven para hacer progresar a los jugadores de nuestra plantilla, haciendo tanto que los jóvenes continúen formándose en la liga como que algunos veteranos aumenten su valor de cara a un hipotético traspaso. La manera de conseguirlos es, obviamente, a través de ciertos desafíos y retos que se les propone en cada partido, o directamente, teniendo en cuenta sus estadísticas al final de la temporada. Cuando hablamos de que le falta profundidad lo hacemos principalmente a la hora de seguir a los futuros talentos de la liga o las opciones como entrenador, ciertamente escasas ya que no cuenta con muchas herramientas tácticas. No nos llevemos a equívocos, es un modo con el contenido imprescindible, pero los enfermos del baloncesto sí notarán ciertas carencias que echarán de menos.
La cancha, el gran caballo de batalla
Es relativamente sencillo dotar a un juego deportivo del suficiente contenido para ofrecer cientos de horas al jugador, y NBA Live 18 lo hace -aunque sin alardes-, pero después de todo, esto queda en agua de borrajas si no se ve acompañado de un buen rendimiento sobre el parquet. En este sentido, vemos luces y sombras, y es que lo más evidente es que jugablemente, la franquicia ha mejorado, pero hay que dejar claro que el listón estaba donde estaba, y era en un punto bajo.
Ellas también juegan...y muy bien
NBA Live 18 no cuenta con equipos históricos, ni como en ocasiones anteriores, selecciones, pero sí lo hace con los equipos de la WNBA, la máxima competición estadounidense de baloncesto femenino. Hay que quitarse el sombrero con el trabajo de EA en este sentido, ya que no se ha limitado a implementar unas meras skins en su videojuego, sino que las vicisitudes del basket femenino, menos físico y más táctico, están perfectamente rereadas. Así, podremos jugar partidos con estrellas de la talla de Diana Taurasi, Maya Moore o Elena Delle Donne con unas recreaciones muy fieles a la realidad, tanto gráfica como jugablemente.
Aspectos técnicos
NBA Live 18 da la talla gráficamente, de eso no cabe duda. Las recreaciones de los jugadores más populares son muy buenas, y tanto la clase alta como la clase media de la liga es perfectamente reconocible, aunque hay alguna excepcion. Por ejemplo, hay algún caso como el de Steven Adams, pívot de los OKC Thunder, en el que el modelo de la cabeza es desproporcionadamente grande respecto al resto del cuerpo, algo que se repite en otros menos conocidos como Tyler Zeller, de los Charlotte Hornets. De todos modos, visualmente es un juego que está a un nivel alto, y donde sobresalen las escenas de inicio de cada partido, así como los efectos de iluminación en el pabellón y el parquet, aspectos muy buenos y a la altura del mejor, tal vez por encima, que podríamos decir que incluso mejora en las canchas callejeras.
7.5
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.