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Ciencia y tecnología

ORIGAMI-BOTS

Crean unos robots de papel con exoesqueletos que se transforman solos

¿La primera generación de Transformers? Atención a cómo se convierten en barcos y planeadores.

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Crean unos robots de papel con exoesqueletos que se transforman solos

Los robots de origami, el arte del plegado de papel para obtener formas y figuras variadas sin recurrir ni a tijeras ni a pegamentos, consisten básicamente en láminas delgadas de metal o plástico que se doblan en robots capaces de caminar, escalar e incluso nadar. Es el arte de la papiroflexia aplicado a la robótica básica. Y aunque en sí de momento su uso no es demasiado práctico, sí que suponen un paso para llegar a un futuro en el desarrollo robótico, como uno hecho de carne que puede ser tragado y reparar daños internos.

Exoesqueletos que se transforman solos

El prestigioso Instituto Técnico de Massachussets o IMT ha dado el paso siguiente en la senda de los robot origami, construyendo unos elementos que le dan a estos pequeños bots habilidades extra: exoesqueletos con los que se transforman en robots más complejos. La forma visualmente más sencilla de explicarlo sería con una escena de Vengadores: La Era de Ultron, cuando Iron Man se mete dentro del Hulkbuster, un gigantesco traje de batalla que constituye un robot ‘Mecha’ en sí mismo y le da más poder del que ya de por sí Tony Stark tiene con el traje.

Esto es lo que hacen los exoesqueletos creados por el MIT: servir de ayuda al robot origami y darle una estructura como un barco para que pueda ir sobre el agua, una forma más aerodinámica para que pueda avanzar más rápido por tierra o incluso un par de alas para deslizarse. Suena a Ciencia Ficción e historia manganime totalmente, pero mirad el vídeo aquí puesto, realmente espectacular porque el robot se construye sólo, sin que ningún operario lo pliegue en partes, rueda hasta el exoesqueleto de la misma forma y el propio exoesqueleto, esa armadura extra, coger la forma deseada por sí solo.

El calor, la clave

El robot primario es básicamente un pequeño cubo magnético que mediante campos magnéticos puede ser controlado sin manos, y la clave de este y de la transformación a su alrededor de los exoesqueletos la tiene el calor, ya que estos están diseñados y construidos de tal forma que cuando se les aplica calor por unos segundos, adquieren la forma deseada.

Como vemos, esto le da la posibilidad al robot primario de adaptarse a cualquier terreno. Y aunque esta prueba es a nivel muy rudimentario aún, la idea de un robot llevando varios exoesqueletos que le aportan diferentes habilidades es una que sus creadores desarrollan con el fin de aplicarlas a futuros bots que realicen operaciones mineras en el fondo del mar, construcción de complejos en colonias espaciales, procesos de terraformación, etc.