3 años de Bayonetta 2; 3 razones para jugarlo

Bayonetta 2 se lanzó en Japón el 20 de septiembre de 2014

Parece que fue ayer cuando nos volvimos a poner a los mandos de la Bruja de Umbra, pero no. Bayonetta 2, el juego más redondo de Platinum Games - y que se llevó un 10 en esta casa - cumple tres años. Se lanzó en Japón un 20 de septiembre de 2014, aunque en Occidente tardaríamos un mes y cuatro días más en quedarnos anodadados con su sistema de combate impoluto, la espectacularidad que derramaba por los cuatro costados, su banda sonora y mil razones más. Como son tres años los que cumple, nos vamos a centrar en tres motivos principales para jugarlo.

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El sistema de combate, una oda al hack'n slash

Si a principios de 2009 Platinum Games elevó las cotas de calidad y perfección bajo las que habría que medir a partir de aquel momento el género de los sopapos tridimensionales, en 2014, con la secuela de Bayonetta, perfeccionó lo cuasi perfecto. La velocidad y frenetismo de cada combate, la gran cantidad de combos disponibles, las diferentes armas que varían dichas combinaciones, las sinergias entre ellas, las esquivas, el Clímax de Umbra...

En definitiva, manejar a Bayonetta era satisfactorio. Saber controlarla era como una danza, una técnica que requería tiempo, esfuerzo y concentración para despedazar de decenas de maneras distintas a los ángeles y demonios.

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Espectacularidad en cada fotograma

Wii U no es precisamente la consola más potente de su generación; competía con otras máquinas que eran capaces de mostrar efectos y texturas más detalladas. Sin embargo, Bayonetta 2 probablemente sea unos de los juegos más espectaculares de los últimos años.

Cualquier combate está lleno de efectos, movimientos, brillos, chorretones de sangre mientras todo se mueve a una velocidad endiablada de 60 fotogramas por segundo. Pero es en los jefes finales, cuyo tamaño escapa a los bordes de la pantalla, donde tienen lugar los momentos más espectaculares.

Sin embargo, Bayonetta 2 entra por los ojos incluso en las (pocas) partes donde el juego es más pausado y se incita a la exploración. Los diseños de las ciudades, la arquitectura, la construcción de los niveles... Todo es digno de pertenecer a un libro de arte.

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Una banda sonora que estará en tu reproductor durante semanas

Bayonetta 2 funciona como un todo jugable y audiovisual. Su cuasi perfección viene no tan solo por la suma de sus partes, sino por la combinación y conjugación de todas ellas. La música, y en concreto, cómo la utiliza - marcando los momentos climáticos, dando ritmo a los combates, parodiando momentos argumentales - es un elemento fundamental en la fórmula y está compuesta por Masami Ueda.

Pero a pesar de que cuando más brilla es en conjunción con las pulsaciones del mando y la vista de la pantalla, la mayoría de pistas son una obra maestra escuchadas por separado.

Es una lástima que Bayonetta 2 haya cumplido tan solo tres años, porque este artículo se nos queda algo corto por todos los motivos que hay para retomar (o coger por primera vez para el afortunado que aún no lo haya jugado) la obra de Yusuke Hashimoto. Probablemente ni siquiera con 20 años/razones explicaríamos todos los motivos por los que hay que jugar la coproducción de Platinum Games y Nintendo.

Lo único que se le puede achacar a Bayonetta 2 es algo de lo que no tiene culpa: haber sido lanzado tan solo en una plataforma que no han podido disfrutar muchos jugadores que, por otra parte, seguro que tienen cruzados hasta los dedos de los pies para que lancen una remasterización para Nintendo Switch.

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