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Los videojuegos de Batman antes de Rocksteady
El pasado del Caballero Oscuro
Cualquiera que haya terminado Batman: Arkham Knight no se habrá llevado una sorpresa con esta noticia, pero no por ello es menos triste. Esta semana hemos sabido que Warner Bros no planea desarrollar nuevas entregas de la saga Arkham, a la cual daremos el valor que se merece cuando pase un tiempo prudencial, aunque... ¿por qué esperar tanto? El estudio británico Rocksteady contaba tan solo con Urban Chaos, un título olvidable para PS2 como única experiencia, pero fueron capaces de hacer justicia no solo con el personaje que nos ocupa en concreto, sino con los videojuegos de súper héroes en general, tradicionalmente mal tratados en consolas y PC.
Solo podemos darnos cuenta de lo que hicieron echando la vista atrás y viendo algunas de las aventuras -en su mayoría, desventuras- del Caballero Oscuro a lo largo de la historia del sector. No están todos los que son, pero sí los más relevantes.
Primeras entregas en los años 80
El primer videojuego de Batman data de 1986, desarrollado por la muy prolífica en esa década Ocean Software -que también tuvo éxito con licencias como Robocop o Rambo-, y lanzado en Spectrum, Amstrad CPC, Amstrad PCW y MSX. Hoy puede parecer sencillamente lo que es, un juego con más de 30 años a sus espaldas, pero entonces recibió bastantes buenas críticas por los poquísimos medios especializados gracias a su ambientación en una batcueva en 3D en la que Batman debía encontrar las siete piezas del Batmóvil para poder rescatar a Robin. Curiosamente, hace 7 años vio la luz un remake, por supuesto, no oficial.
La buena recepción de Batman sirvió para que dos años después llegará su secuela oficial, Batman: The Caped Crusader, también a cargo de Ocean, aunque en nuestro país fuera publicado por Erbe. A pesar de desarrollarse en 2D, usó una mecánica novedosísima por entonces que consistia en la presentación de la acción en forma de viñeta de comics, estando de paso más centrado en la acción -uso de batarang incluido- que en la exploración de su predecesor. No solo eso, sino que el juego ofrecía dos historias independientes, tituladas Pájaro en mano y Un destino peor que la muerte, protagonizadas por dos de los mayores antagonistas del hombre murciélago: el Pinguino y el Joker, respectivamente.
Las películas de Tim Burton marcan el camino
En 1989 se estrenó el primer gran film de Batman, con Michael Keaton en el papel protagonista y Jack Nicholson como el Joker, lo cual fue caldo de cultivo para un nuevo videojuego, también realmente bueno y también en 2D, a pesar de contar con innumerables versiones. La más buscada era la de NES, por el simple hecho de que ahí estaba la mayor base de jugadores, aunque también contaba con un port más generoso técnicamente en MegaDrive, que curiosamente tiene poco que ver debido a los estrictos acuerdos de exclusividad que se podía permitir firmar Nintendo. Ambas estaban muy basadas en la trama de la película, aunque la versión de la consola de Sega era mucho más fiel a la misma. Como la grandísima mayoría de videojuegos de finales de los 80 y principios de los 90, la acción y las plataformas eran las mecánicas predominantes, aunque también había tiempo para fases de conducción al volante del Batmóvil. En 1991 tendría una secuela similar en fondo y forma titulada Batman: Return of the Joker.
En 1992, Burton y Keaton se unirían a Michelle Pfeiffer (Catwoman) y Danny de Vito (Pingüino) para Batman Returns, una nueva entrega cinematográfica, que obviamente tuvo su réplica en los videojuegos. Tuvo versiones para varias plataformas, siendo Sega la encargada de publicarlo en sus consolas (Master System, Mega Drive y Game Gear), mientras que Konami lo hizo en las de Nintendo, teniendo especial éxito comercial la de SNES, una consola recién salida al mercado y que comenzaba a dar los primeros coletazos de lo que sería una trayectoria magnífica. De hecho, era esta la versión más potente, ya que mientras que las demás eran estrictamente videojuegos de acción en 2D, la de SNES seguía el desarrollo de beat em up que antes había popularizado Double Dragon y posteriormente perfeccionado Final Fight, contando con jefes finales por cada fase y con una considerable variedad de armas y gadgets.
Por desgracia, la cuesta abajo cinematográfica de Batman se vio acompañada de videojuegos de una calidad similar, y la mejor muestra de ello es Batman Forever, con versiones para SNES, Mega Drive, Game Boy, Game Gear y PC. Pudiendo controlar tanto a Batman como a Robin, el juego volvía a ofertar una propuesta similar a la de su predecesor, conteniendo además un modo entrenamiento que funcionaba como si de un juego de lucha se tratara, habiendo comodos competitivos y cooperativos. Lamentablemente, esta a priori atractiva fórmula se veía ensombrecida por unos controles nada intuitivos y unas mecánicas demasiado simples que limitaban al jugador a poco más que aporrear botones sin descanso.
La debacle cinematográfica se vio refrendada también con Batman & Robin, lanzado en 1997 para PlayStation, destacando por ser su primer acercamiento al mundo abierto, con eventos dinámicos, tráfico, peatones y la posibilidad de elegir entre tres personajes: Batman, Robin y Batgirl, con Mr. Freeze como antagonista, al igual que el film. La ambición del juego seguramente fue desmesurada, ya que a un apartado técnico notable no le acompañó una jugabilidad a la altura, lastrando lo que podría haber sido un debut brillante en las tres dimensiones.
El Caballero Oscuro, de capa caida
Batman Vengeance supuso la puesta de largo del personaje en PlayStation 2, llegando en 2002 a la consola y resultando un juego simplemente aceptable, cuyos mayores lastres fueron una dificultad exagerada en determinados momentos y cierta sensación de repetitividad. Al estar basado directamente en la serie de animación, gráficamente resultaba llamativo, además de aprovechar una gran cantidad de gadgets y fases de conducción que por desgracia no aportaban la suficiente variedad al título. En 2003 llegaría su secuela, Batman: Rise of Sin Tzu, al que no le valió el factor sorpresa de su predecesor y cosechó bastante peores críticas, siendo uno de los argumentos que más jugaron en su contra, aunque parezca increible, el poco carisma del principal villano.
Pero mención aparte merece, aunque tengamos que dar un nuevo salto hacia atrás, Batman: Gotham City Racer, lanzado en 2001 en PlayStation y merecedor de aparecer en nuestra sección de los peores videojuegos de la historia. El estar adornado con escenas animadas de cierta calidad nodebe ser ápice para dejar de considerarlo uno de los peores videojuegos de Batman jamás publicados, y que ofrece nada más que lo que indica su título: carreras y persecuciones al volante del Batmóvil en unos escenarios de texturas dignas de una época pasada y donde hablar de detalles resulta excesivamente generoso.
Un nuevo comienzo
Curiosamente, lo que fue un comienzo prometedor coincidente con la primera entrega de la trilogía de Christopher Nolan protagonizada por Christian Bale, no pasó de eso. Publicado por Electronic Arts para PS2, Xbox, Game Cube y Game Boy Advance en 2005, Batman Begins fue un acercamiento muy digno a lo que años más tarde refinaría Rocksteady, ya que Batman era capaz de intimidar a sus enemigos, y por primera vez, se implementaban mecánicas de sigilo versátiles gracias al uso de granadas de humo, granadas flash e incluso un gadget capaz de invocar una horda de murciélagos que dejaban a los enemigos totalmente aterrados, algo que también podía conseguirse interactuando con el entorno.Además, el juego destacó también por contar con las voces del reparto principal de la película, excepto con Gary Oldman en el papel del comisario Gordon.
Ya en 2008 fue el propio Oldman quien anunció el desarrollo de una secuela basada en El Caballero Oscuro, la segunda entrega de la trilogía cinematográfica. Más tarde se sabría que sería el estudio Pandemic (Mercenaries, The Saboteur) el encargado de llevar a cabo el proyecto, aunque esteterminaría cancelado y el estudio cerrado poco después de pasar a ser propiedad de Electronic Arts.