Resident Evil: Revelations
Resident Evil Revelations, Análisis PS4 y Xbox One
La aventura episódica de Nintendo 3DS vuelve a remasterizarse para la actual generación de consolas con ciertos añadidos y la intención de que ningún fan de la saga deje pasar las revelaciones de esta entrega.
Análisis de Resident Evil Revelations - PS4/Xbox One
El interés de Capcom para que toda la audiencia posible conozca la saga Resident Evil está claro desde hace bastantes años, adaptando las entregas más reconocidas de la franquicia a todos los sistemas posibles a través de ports, remasters y remakes. Quizá el caso más extremo es el de Resident Evil 4, que ha sido adaptado – con más o menos suerte – a prácticamente todas las consolas lanzadas al mercado desde su estreno en GameCube.
Resident Evil Revelations va por el mismo camino desde su estreno en 2012 para la portátil Nintendo 3DS. Ha aparecido en casi todas las máquinas de la pasada generación y ahora vuelve a estrenarse en forma de remaster, con mejoras y añadidos aquí y allá, para las plataformas de la actual generación: PS4, Xbox One y, más tarde este mismo año, Nintendo Switch.
Quizá el lanzar una y otra vez un mismo juego con pequeños retoques en su acabado no es la solución preferida por los jugadores para volver a adentrarse en una aventura o hacerlo por primera vez, pero en un panorama en el que la retrocompatibilidad es algo anecdóticamente implementado y usado, es loable que una empresa tenga interés en preservar de alguna manera sus obras para que no queden en el olvido.
Revelations se lanzó en la portátil de Nintendo con el lema principal de devolver la saga a sus raíces de survival horror tras el viraje total a la acción que supuso la quinta entrega. Siguiendo un formato episódico de serie de televisión, la trama se divide entre distintos escenarios que obligan al jugador a tomar el control de varios personajes a la vez que va variando el tono y el ritmo del juego conforme jugamos con unos u otros protagonistas.
La línea principal sigue a Jill Valentine y a Parker Luciani en una historia – que tiene lugar entre los hechos de Resident Evil 4 y su continuación – en torno a la investigación del Queen Zenobia, donde Chris y Jessica han desaparecido. Un barco cuasi fantasma repleto de personas contagiadas por un virus biológico y convertidas en BOWs (armas bio orgánicas). Es aquí cuando el juego se centra en sus raíces de survival horror: poca munición, zonas angostas, laberínticas y claustrofóbicas, enemigos de los que es mejor huir que acabar con ellos, puzles … Al menos, en los primeros compases, pues nuestro arsenal va aumentando – y mejorando gracias a las piezas que encontramos en los escenarios – y con ello disminuye la sensación de sentirse desprotegido ante los enfrentamientos.
Los niveles del resto de personajes están influenciados directamente por la cuarta y la quinta entrega. La acción es la protagonista cuando pasamos a controlar al equipo de Chris Redfield y Jessica Sherawat, el de Quint Cetcham y Keith Lumley o a Parker y Jessica, en una trama con constantes saltos temporales, flashbacks, flashforwards y giros de guión. Por tanto, una parte importante de las aproximadamente siete horas y media de la campaña las pasamos enfrentándonos a Hunters, perros contagiados por el T-Abyss y otros BOWs como si de un shooter se tratara, aunque sea este el aspecto más pobre del título por culpa de unos niveles planos, unos patrones de los enemigos simples – aunque es uno de los aspectos mejorados de esta nueva remasterización, siguen quedándose atascados en ocasiones y sus patrones son sencillos –, un gunplay que no se siente satisfactorio y un control que no está enfocado al género, a pesar de incluirse cuatro esquemas de mapeo de botones distintos (unos más enfocados al shooter y otros al survival horror).
No son solo esas las novedades de esta remastización. El principal cambio viene por parte del remozado apartado gráfico, que ahora se mueve con total fluidez a 60 fotogramas por segundo y a una resolución de 1080p. Se nota también una mejora de las texturas en los personajes principales, en la iluminación y la calidad del sonido, pero a la vez las armas, algunos elementos de los escenarios y ciertos enemigos parecen extraídos directamente de los assets de Nintendo 3DS, además de la niebla que caracterizaba algunos entornos del juego en la portátil.
A ello hay que sumar nuevas armas desbloqueadas desde el principio de la aventura – las clásicas de Jill, Chris y Parker – y más contenido para el modo Asalto; para los que no hayan tenido suficiente Resident Evil tras acabar la campaña, este modo cooperativo envía a los jugadores a adaptaciones de los niveles de la historia en los que acabar con hordas de enemigos de creciente dificultad. Podremos elegir entre 25 personajes de la saga para hacerles frente y se suma un nuevo nivel, “El Barco Fantasma: Caos”, enfocado a aquellos que hayan quemado este modo y quieran un reto de dificultad extrema. Eso sí, en el momento de realizar este análisis era raro encontrar más de cinco o seis partidas online abiertas, y casi todas con el requisito de tener un nivel alto en Asalto, por lo que en los primeros compases puede ser complicado encontrar a alguien con quien jugar.
Este análisis se ha hecho con una copia de prensa para la versión de PS4.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.