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Kirby's Blowout Blast

  • Plataforma3DS7
  • GéneroPlataformas, Acción
  • DesarrolladorNintendo
  • Lanzamiento06/07/2017
  • TextoEspañol
  • EditorNintendo

Análisis de Kirby's Blowout Blast

Kirby está de celebración, y en su 25º aniversario vuelve a 3DS con Blowout Blast, un minijuego descargable que se aleja un poco del plataformeo con diferentes habilidades que ha hecho popular a la bola rosa de HAL Laboratory.

Ya han pasado 25 años desde que Kirby's Dream Land diera el pistoletazo de salida a la saga de HAL Laboratory en abril de 1992, y de Game Boy en adelante no han sido pocas las iteraciones que han salido en todas y cada una de las consolas de Nintendo, a excepción de la malograda Virtual Boy. Sin embargo, con Kirby: Planet Robobot estrenado el año pasado y la futura entrega de Switch (aún sin título definitivo) anunciada para el que viene, la casualidad quiso que un aniversario tan señalado se fuese a quedar en blanco. O al menos así era hasta que la compañía nipona decidió ampliar y relanzar dos de los minijuegos de Planet Robobot: desde el pasado abril podemos descargar de la eShop Team Kirby Clash Deluxe, versión F2P del modo “Héroes legendarios”, y ahora también nos llega Blowout Blast (a un precio de 6,99€) con la intención de sacar algo más de partido al concepto de “Desafíos 3D de Kirby”.

Por si alguien no estuviese familiarizado con este minijuego, los desafíos 3D se llaman así precisamente porque abandonan la tradicional perspectiva lateral para plantear una serie de pequeños niveles en los que seguimos el avance de Kirby desde diferentes ángulos que sacan provecho al efecto estereoscópico de la consola (aunque el framerate se resiente con él activado), así como a la posibilidad de un movimiento en 360 grados dentro de sus márgenes. El recorrido es tan o más lineal que en las fases 2D clásicas, y el diseño no utiliza esta nueva libertad para introducir más exploración, sino para dar mayor importancia al apuntado en las habilidades de engullir y disparar enemigos. Con las típicas transformaciones fuera de escena, el juego se convierte en una especie de shooter plataformero en el que la cantidad de enemigos engullidos (nos podemos zampar varios a la vez) y el número de objetivos alcanzados con cada proyectil aumenta los puntos recibidos, haciendo de Blowout Blast un arcade donde el reto no es tanto llegar al final como hacerlo consiguiendo la mayor puntuación posible por el camino.

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Cambio de fórmula aparte, tampoco dejamos de estar ante un Kirby, lo que significa que el nivel de dificultad inicial es muy suave y jugadores de cualquier perfil se pueden plantar ante los créditos en menos de dos horas. No obstante, lo que da sentido a Blowout Blast es no limitarse a eso e ir a por los trofeos de oro que desbloquean los niveles EX, versiones alteradas más difíciles que las normales. Aquí es donde el juego empieza a brillar por subir algo más la exigencia para desbloquearlas y luego superarlas. Los requisitos para alcanzar los mejores trofeos (también los hay de platino) pasan por recoger monedas desperdigadas por el escenario, eliminar a todos los enemigos, no recibir daños, engrosar la cifra del contador a base de cadenas de impactos, y hacer todo ello con rapidez. Al principio parece una tarea muy asequible viendo la simplicidad del planteamiento y un diseño de niveles bastante básico, pero a medida que profundizamos en estos retos extra la dificultad aumenta hasta llegar a un desafío frenético, claramente ideado para los más hábiles.

Esta curva ascendente es la principal baza de un título que por lo demás tampoco resulta demasiado ambicioso o variado, como su condición de minijuego descargable puede adelantar. Cada nivel tiene su ambientación y está compuesto por una serie de mini-fases que culminan en un jefe, pero la mayoría de elementos visuales y jugables son heredados de Planet Robobot, e incluso ignorando eso la repetición puede terminar haciendo mella dentro del propio Blowout Blast. Exprimirlo se traduce en sacar varias horas de un juego que, desde ese punto de vista, tiene un precio competitivo. Pero también implica dedicar gran parte de esas horas a pasar por situaciones similares, y dominar mecánicas sencillas como el posicionamiento y dirección de nuestro protagonista sin que los niveles o los enemigos hagan cosas demasiado interesantes más allá de casos puntuales. No hay nada intrínsecamente fallido en la propuesta, que funciona bien a un nivel mecánico y ya se presenta desde el primer instante como un spin-off en lugar de un Kirby tradicional, pero dada su naturaleza tendrá problemas a la hora de enganchar con el mismo éxito a todos los jugadores.

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Para los fans de Kirby es una golosina más que añadir a la colección, ya que dispone del encanto audiovisual clásico de la saga y la mejoría respecto al modo del que bebe es clara. El uso de amiibos para desbloquear estatuas y melodías también refuerza esta idea de ofrecer una pizca más del universo Dream Land antes de cerrar el capítulo de 3DS y poner rumbo a Switch (hay otro de camino, pero ya de enfoque multijugador). Para los seguidores menos acérrimos, Blowout Blast puede pecar de redundante o limitado si ya se cuenta con Planet Robobot en la estantería. Y en caso contrario, probablemente sea preferible gastar algo más y adquirir directamente su antecesor (o el también notable Triple Deluxe) para recibir un paquete mucho más completo que sirva como muestra de lo que HAL Laboratory puede hacer con su mascota. Pero esto en ningún momento anula las bondades de un colorido “score rush” que podemos disfrutar en sesiones más cortas que sus compañeros. Como entretenimiento destinado a proporcionar pequeñas inyecciones de adrenalina, Blowout Blast desempeña con eficiencia su labor siempre que le demos la oportunidad de sacar las garras y no nos quedemos en la capa superficial.

7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.