Pierde el brazo y le ponen uno prostético con Bluetooth
Una nueva técnica conecta las prótesis directamente a los huesos.
Poco a poco, y cada vez más, nos vamos acercando a ese futuro que obras como Ghost in the Shell o Yo, Robot describen. Uno en el que no hemos construido Terminators, sino que nosotros mismos nos hemos convertido en algo parecido, reemplazando las partes ‘no funcionales’ de nuestros cuerpos por unas más duraderas. Las extremidades robóticas no son cosa de ahora, pero sí una nueva técnica que va más allá de las prótesis habituales.
Un brazo prostético con Bluetooth
El futuro es controlar un miembro protésico mediante la mente, como si fuera un brazo o una pierna normales. Eso ya se ha probado, pero exige conectar la extremidad al cerebro del paciente. La técnica que un grupo de doctores ha probado con éxito en los Países Bajos va más allá, ya que se trata de que el paciente pueda mover su nueva extremidad protésica con la mente sin que en ningún momento haya habido que conectársela al cerebro. Como han hecho con el paciente manco Johan Baggerman.
Este hombre perdió su brazo en un accidente de camión en 2010, y entre 2013 y 2016 ha necesitado tres cirugías complicadas y rehabilitación para lograr el propósito de la nueva técnica. ¿Por qué tanto tiempo? Por la complejidad de la técnica en sí, que para empezar coloca el brazo prostético directamente en el hueso de la extremidad, algo que nunca se había hecho. Y la ‘magia’ de poder moverlo con la mente viene porque en una de las operaciones un especialista conecta uno a uno los nervios del brazo de Baggerman en el ‘socket’ o zócalo de la prótesis para que pueda moverla, básicamente como conectarlo a un robot, solo que aquí los cables son nervios humanos ‘soldados’ al brazo robótico.
¿Cyborgs o humanos?
Al conectar los nervios al socket del brazo, este usa un brazalete con tecnología bluetooth que recibe las señales. Los nervios del brazo, incluidos los usados para mover partes como la mano, amplifican las señales neuronales una vez las heridas han cicatrizado, permitiendo que el paciente abra y mueva la mano robótica como si fuese la que tenía antes del accidente. En sí recuerda a cosas como la mano de Luke Skywalker en El Imperio Contraataca, sólo que en sus primeros estadios. Pero es increíble ver que lo que antes era ciencia ficción ahora es cada vez más plausible.