La batería líquida, una fuente de energía que no se calienta
Este invento produce energía y a la vez enfría el dispositivo.
¿Cuál es uno de los mayores problemas que tenemos en verano concernientes a los múltiples dispositivos electrónicos que usamos? Exacto, el calor. Lo bueno de las temporadas cálidas es que las baterías del portátil, del móvil, de la consola, del smartwatch, etc tardan más en agotarse. Pero aún así lo hacen, y recargarlas exige poner el dispositivo en un sitio fresquito o al menos apartado del sol, y aún así usar un aparato electrónico en verano mientras se carga es cuasi imposible de la calor que genera el proceso + el calor en sí del día.
La batería mojada
¿A que viene esto? A que si ya el proceso de carga usual eleva la temperatura de un dispositivo, en condiciones como los días de calor extrema del verano pasado la situación es peor porque son grados extra añadidos. ¿No sería estupendo que el proceso de carga no generase calor? Pues sí, y de hecho un equipo de científicos de la firma IBM y la Universidad ETH de Zurich lo acaban de hacer posible creando una pequeña batería capaz de proporcionar energía a los chips de un dispositivo al mismo tiempo que enfriarlos. De hecho incluso en pleno proceso de carga es capaz de suministrar energía disipando el calor que ambos procesos originan.
De momento hay baterías que usan electrolitos líquidos y utilizadas a gran escala para almacenar energía, como la creada por la Universidad de Harvard, capaz de durar una década completa con una degradación mínima. Pero lo que este descubrimiento reciente de la batería disipadora puede traer consigo son chips más pequeños y eficientes, células solares capaces de almacenar su propia energía o dispositivos usados para vigilancia que no dependan de estar conectados a una red de energía local.
Batería disipadora
¿Cómo funciona? Creada mediante una impresora 3D, la batería consta de un sistema con un micro canal de forma afilada que conduce los electrolitos usando muy poca potencia de bombeo. Los electrodos resultantes presionan el líquido dentro del marco de la membrana en la que los iones pueden flotar, generando energía. El resultado de todo esto es una corriente de 1,4 vatios por centímetro cuadrado, con 1 vatio del total usado para alimentar la propia batería. De esta manera crea energía para los chips y al mismo tiempo los enfría.
De momento la batería resultante no genera la suficiente energía como para hablar de una fecha de salida al mercado. Pero el prototipo está creado y la tecnología demostrada. Y para sus autores, el potencial de esta va más allá de los chips, ya que se pueden instalar para rayos láser, paneles solares que almacenen energía dentro de las células solares e incluso para baterías de mayor tamaño, pues en casos como la telefonía móvil o la informática, un sistema capaz de generar energía y auto-enfriarse al mismo tiempo sería sin duda más que bienvenido, ya que podríamos cargar el móvil en pleno verano sin miedo a que nos salga ardiendo.