Estas gafas inteligentes se adaptan a cualquier problema de la vista
Olvida eso de tener que ponerte y quitarte las gafas constantemente.
Llevar gafas para ver bien es algo tan inevitable para muchas personas como molesto en según qué situaciones, como hacer deporte o ir a la playa. Pero hay un defecto ocular que puede ser realmente molesto como es la presbicia o vista cansada, un problema que dificulta el ver de cerca y obliga a ponerse gafas para leer o examinar algo a corta distancia, y quitárselas para ver a lo lejos. En situaciones como conducir usando un GPS exige ponérselas para ver el dispositivo y quitárselas para ver la carretera, algo que este nuevo gadget quiere evitar.
Gafas inteligentes con autofocus
Creadas por Carlos Mastrangelo, profesor de ingeniería eléctrica e informática en la Universidad de Utah, se trata de un par de smartglasses o gafas inteligentes concebidas para evitar situaciones propias de la presbicia y otros defectos oculares, y que son capaces de centrar el foco de visión de manera automática allá donde el usuario esté mirando, ya sea intentando leer la letra pequeña de una carta u observando de repente un coche que se aproxima a lo lejos. Mostradas en el CES de Las Vegas celebrado el mes pasado, las smartglasses están compuestas de dos lentes líquidas que en caso de la presbicia evitan tener que andar poniéndose y quitándose las gafas.
¿Cómo funcionan? Pues mediante un sensor de distancia situado en el puente de las gafas que usa luz infrarroja para cualcular la distancia entre las propias gafas y el objeto hacia el que estemos mirando. El sensor es el encargado de enviar las órdenes sobre cómo las lentes líquidas deben curvarse en todo momento, como si fueran un ojo humano jóven que aún tiene su lente flexible, algo que se va perdiendo a medida que vamos haciéndonos más viejos.
Por si alguien está pensando en si las smartglasses tienen una curva de ‘lag’ o retraso muy pronunciada entre que el sensor emite la orden y las lentes obedecen, decirles que las gafas tardan 14 milisegundos en curvar las lentes y por tanto cambiar el foco de visión, y que la batería situada en el armazón de las gafas tiene para más de 24 horas de uso continuado, por lo que para el día a día de muchos parece que tendrá batería de sobra hasta llegar a casa.
Se adaptan a cualquier problema de la vista
Como se puede ver en la foto, el prototipo de Mastrangelo es grande y aparatoso, algo que ha prometido se corregirá en una versión que según el experto será “mucho más ligera, delgada, estilizada y mejorada”. Una segunda generación que incluirá un dispositivo de escaneo del ojo y una cámara de profundidad para que las lentes de las gafas puedan auto-ajustarse de manera más precisa a lo que se está mirando con ellas, además de usar la energía de forma más eficiente para aumentar la autonomía.
Presentadas con éxito en el CES pasado, su creador ha recibido elogios por parte de las compañías y sigue trabajando en ellas, señalando que estarán disponibles en el mercado en un plazo de 2-3 años a un precio de entre 500 - 1000 dólares, realmente elevado aunque por un producto único cuya tecnología quizás la veamos ser usada de forma estandarizada por las ópticas de todo el mundo en unos cuantos años.