China vende tests para detectar el sida en máquinas expendedoras
Es una iniciativa de la Asociación China para la prevención del virus VIH.
Según la definición médica, el VIH o Virus de la Inmunodeficiencia Humana es un microorganismo que ataca al Sistema Inmune de las personas, debilitándolo y haciéndoles vulnerables ante una serie de infecciones, algunas de las cuáles pueden poner en peligro la vida. Y el Síndrome de la Inmunodeficiencia Adquirida o SIDA es el estado de la infección por el VIH caracterizado por bajos niveles de defensas y la aparición de las llamadas infecciones oportunistas. Desde que se propagó su difusión en los años 80, el objetivo de la Medicina ha sido desarrollar una cura que lo elimine por completo. Pero hasta que ésta sea encontrada, lo primero es saber detectarlo a tiempo.
Tests VIH en máquinas expendedoras
Desde que a finales de los años 90 surgieran las aldeas del sida, focos del virus VIH provocados por una población pobre de aldeanos de la China profunda que vendían su sangre y se contaminaron en el proceso, la enfermedad del SIDA ha sido un objetivo pendiente del gobierno que ha ido en aumento, ya que en 2014 el país registró un 14,8 % más de nuevas infecciones del Virus de la Inmunodeficiencia Humana. El problema es que el SIDA va en aumento porque un alto porcentaje de usuarios portadores no sabe que lo tienen y no reciben tratamiento a tiempo.
Para ello la Asociación China para la Prevención del VIH y las Enfermedades de Transmisión Sexual ha puesto en marcha una polémica medida, colocando en la Universidad Petrolera del Suroeste, en la ciudad de Nantong (provincia central de Sichuan) una máquina expendedora que vende test de diagnóstico del VIH en el campus. Y lo hace al lado de otras máquinas que venden dulces y bebidas, motivo que ha provocado cierta polémica en las redes sociales chinas como Weibo, el Twitter chino, que mostró en la Red imágenes de estas máquinas que han convertido el tema en uno de los más discutidos.
Diez veces más barato
De cara a poder ponerlo al alcance de todos, las máquinas expendedoras venden el test a 30 yuanes chinos, 4€ al cambio, un precio 10 veces menor que lo que cuesta un test en la farmacia. Por este motivo más gente puede comprarlo, aunque la picaresca también puede llevar a que algunos se aprovechen de estos precios y compren en grandes cantidades para revenderlos por Internet a precios superiores y sacarles beneficio. La medida tiene tanto defensores que la alaban porque ataca directamente el problema de la falta de concienciación, tanto detractores que critican que las máquinas no tienen utilidad alguna.
El fuerte debate social se ha visto aumentado por el hecho de que las máquinas expendedoras se han instalado un mes después de un estudio muy publicitado en los medios oficiales del país que advierte del incremento de casos de infección del VIH en adolescentes y jóvenes. Tantos que se han convertido directamente en grupo de riesgo.