PES 2017
- PlataformaXBO8.7PCPS48.7PS3360
- GéneroDeportes
- DesarrolladorKonami
- Lanzamiento15/09/2016
- TextoEspañol
- VocesEspañol
PES 2017, Análisis
PES 2017 se vislumbra como el juego de la saga de Konami más fluido y dinámico de la última década. una auténtica oda jugable sobre el terreno de juego que sigue teniendo margen de mejora en modalidades y licencias.
Nota: Este análisis ha sido actualizado con la nota del apartado multijugador, nota final y contenido sobre los modos online.
Konami vuelve a la carga otro septiembre más con la nueva entrega de Pro Evolution Soccer 2017. Este año ya no toca decir que PES ha vuelto o ha dejado de hacerlo, porque el buen camino lo inició hace dos temporadas y el año pasado ya fue, para muchos, el título de fútbol a seguir. Por lo tanto, lo que tenemos delante con esta nueva entrega de la mítica saga de Konami es ni más ni menos que lo que se podía esperar -al menos en lo jugable- tras las buenas sensaciones del año pasado: un título que analiza sus errores e intenta corregirlos para ofrecer una experiencia de juego sencilla, divertida y electrizante. Porque así es PES 2017: un juego pensado para los amantes de todo aquello que se sucede en los noventa minutos de juego.
La saga ha ido evolucionando de manera clara desde que su reinado acabara con PES 6, un título que para muchos completaba la perfecta obra de Konami vista en PES 3 y PES 5 de Playstation 2. Sea como sea, entre esos anda el mejor Pro Evolution que hemos probado (cada uno tiene el suyo y motivos válidos en cualquiera de los frentes). Empezó la nueva generación por aquellos entonces con 360-PS3 y el drama de la compañía japonesa se fue fraguando poco a poco. Desde PES 2008 hasta 2013, la saga iba dando tumbos sin saber como apuntalarse en las nuevas máquinas.
En frente, FIFA había conseguido una fórmula de éxito y simulación que dejaba atrás esos desastres de los primeros años 2000 y el cetro cambió definitivamente de manos entre 2009 y 2010. El primer gran viraje -criticado por muchos por su acabado, pero que puso la semilla del cambio- fue en 2014. En 2015 se consiguió hacer “lo mejor que se puede hacer con lo que tenemos”, sin más. Con ese motor y recursos se consiguió algo notable. Para contentar al fan de PES, pero tal vez no para acercar a quienes habían cambiado de licencia. Y el año pasado se dio un gran salto al frente con PES 2016. Más fluido, con más opciones, más verosímil. Para muchos PES había vuelto definitivamente (tiene una nota en Metacritic por encima de FIFA, de hecho), aunque algunos echaban en falta algo. Ese algo es lo que ofrece PES 2017.
PES 2017 es sin duda alguna el juego de Konami más fluido y ágil de las últimas dos generaciones. Y eso, teniendo en cuenta lo bien que funcionaba la anterior entrega, es garantía de éxito. Se nota que el equipo de desarollo ha cogido el punto del engine de esta saga y ha conseguido -defintiivamente- dejar atrás todos esos movimientos anquilosados del pasado. Pulir a PES 2016 con más fluidez de movimientos, con animaciones que se enlazan de manera natural y con físicas que impactan de manera realista. Es lo primero que salta a la vista de la versión final: como fluye todo. Pero no es lo único que ha cambiado en esta nueva entrega.
Sencillo, directo, adictivo
Si hay una manera de definir la jugabilidad de PES es con esta palabra: sencillez. En un momento en el que muchos juegos deportivos nos abruman con un sinfín de combinaciones de botones y posibilidades, Pro Evolution Soccer tiene como gran éxito el hecho de poder ofrecer una jugabilidad realista con la base que todos conocemos. No necesitamos diversos tipos de pases o de disparos -los hay- para poder recrear el fútbol en cada uno de sus partidos. Y ahí radica uno de sus aciertos: sencillez no es simpleza, y PES 2017 es un ejemplo de ello tanto en ataque como en defensa. Tenemos los clásicos botones de pase, pase al hueco, centro, disparo y regates con stick derecho en ataque; presionar, entrada, presión de compañeros, entrada fuerte de la defensa. Y a partir de ahí, múltiples opciones.
Si nos centramos en las tareas ofensivas cuando tenemos el balón en nuestra posesión, nos damos cuenta de como afecta en lo positivo el sistema de pases a un toque que tanto se ha promocionado para esta nueva entrega. El First Touch no es nada más que una oda al juego de toque, permitiendo dos cosas: por un lado, muchas combinaciones a ras de suelo y movimientos inteligentes de los jugadores para buscar la portería contraria; la otra, aporta una fluidez al juego que hace que todo fluya si sabemos dar el balón en el momento justo y al compañero que toca. El juego rápido se ve beneficiado -a veces incluso demasiado preciso- de estos pases, pero no es lo único. Los desmarques para pases y centros al hueco están a la orden del día, y los apoyos cuando un delantero arrastra y deja el hueco también se ven con facilidad. no falta el pase y disparo manual con el gatillo izquierdo que permite darle precisión absoluta a ciertos momentos que el juego lo precise y que vale la pena explorar por las ventajas que ofrece. En este apartado hace falta recalcar que el pase al hueco por alto sigue sintiéndose excesivamente preciso y poderoso, con algunas parábolas forzadas que lo convierten en una herramienta muy eficaz, tal vez demasiado teniendo en cuenta el tipo de mecánica que es y cómo se aplica a la vida real.
A todo esto se añade el elenco de disparos tanto desde dentro como fuera del área. Los jugadores tienen algunos recursos en espacios cerrados para disparar a portería, y de nuevo contamos con el tiro de calidad para ajustar el balón a la cepa del poste o a la escuadra. Aunque se han retocado, es cierto que los disparos lejanos siguen siendo muy efectivos en ciertos momentos y con jugadores que tengan buenas estadísticas en este sentido, pero a cambio vemos porteros bastante más apañados que en PES 2016. No son perfectos, en algunos mano a mano echaremos en falta que salgan con más decisión o tapen mejor la portería, pero sacan varias manos de mérito en disparos rasos, remates a bocajarro y balones ajustados que eran casi siempre gol hace un año. Queda margen de mejora, sí, pero ya no parecen ser un problema tan importante.
El uno contra uno también se ha visto mejorado en esta entrega, con atacantes que saben salir trastabillados de una entrada que no es lo suficientemente fuerte para tirarlos al suelo y que permite seguir con el balón controlado. La sensación es que por primera vez en años (demasiados), cuando decidimos hacer un pequeño recorte con el stick izquierdo a un lado para luego hacer otro hacia otro costado, el jugador responde al momento y con extrema precisión. Esto unido a que las ya mencionadas refriegas y contactos entre jugadores son más humanas (un choque no significa perder el balón per se) hacen que veamos una recreación del fútbol de contacto más que verosímil.
El mejor amigo del jugador
El balón vuelve a responder de manera realista sobre todo a ras de suelo, con pases de todo tipo, rebotes que se generan por lances del juego y un “peso” convincente. La ya manida aleatoriedad de situaciones que tantas veces hemos repetido en los análisis hace acto de presencia sin que los rebotes y situaciones extrañas dominen el juego. Todo es mucho más lógico, dentro de la sorpresa que te puede llevar un choque entre varios jugadores o un balón largo que pega en la espalda del defensa, y no hay tantas situaciones desesperantes por un desenlace poco verosímil. Eso no significa que no haya sorpresas, al contrario: da gusto ver como tras más de 100 partidos, sigue habiendo balones divididos que no sabes si van a ser tuyos o no. Y esto acostumbra a pasar a la larga con muchos juegos de fútbol. En este punto es importante destacar el papel de los árbitros. Son bastante permisivos sobre todo dentro del área -hemos visto muchas jugadas que no pasaría nada si pitaran penalty- y tienen algún que otro momento con la ley de la ventaja discutible, pero no llegan a desesperar como en otras ocasiones.
Es cierto que el balón no es perfecto y eso se nota en algunas acciones. Los disparos se siguen viendo excesivamente potentes, aunque la física del balón no es su problema sino la velocidad a la que sale del pie del jugador. Más discutibles son los pases al hueco por alto. Muchos de ellos parecen teledirigidos, con el balón haciendo algún movimiento en el aire que no acaba de ser todo lo realista que podemos esperar, como si se ajustara para caer justo donde está pensado que caerá. Aunque no es una sensación que tengamos siempre, y en cambio en centros al área (córners, jugadas por banda) las sensaciones del balón son más que solventes.
Una buena defensa
Nuestras herramientas defensivas nos permiten un control mucho más coral de todo lo que sucede en la zaga del equipo. El sistema mantiene elementos de entregas pasadas: con X pulsado hacemos presión con el jugador, y si la apretamos una vez haremos la entrada normal. Se ha eliminado la entrada múltiple que tantas faltas provocaba, y a cambio tenemos un sistema más compacto a la hora de perseguir a quien tiene el balón. Las entradas fuertes, bien calculadas, son una auténtica gozada de realizar por como se desliza el jugador y como rebaña el balón o detiene un disparo justo a tiempo. Pero lo más interesante es sin duda el control de los jugadores de CPU. Dejando pulsado cuadrado ordenaremos que el defensa más cerca vaya a presionar. Si pulsamos dos veces, ordenaremos que vaya más de uno a por el esférico. Este sistema es ideal para controlar de manera más táctica a nuestra defensa, ya que podemos escoger con el stick derecho un central, mandar con cuadrado al lateral a presionar y nosotros tapar a nuestro gusto el posible pase o salida de regate del extremo de turno. Con la cruceta también podemos marcar la altura a la que la lína de defensa queremos que esté, e incluso provocar el fuera de juego.
La importancia de la táctica
Son varias las novedades tácticas que hacen que PES 2017 sea un auténtico caramelo para los usuarios que disfrutan con la evolución de los partidos y quieren controlarlo absolutamente todo. Por un lado podremos decidir varias tendencias de nuestro equipo y maneras de jugar. Si queremos las líneas más o menos juntas, una defensa adelantada, un juego por el centro, por las bandas, etc. Este es el planteamiento inicial, que junto a la formación traza un plan para cuando el árbitro señale el inicio de partido. Pero las tácticas avanzadas son el futuro y uno de los grandes aciertos por como se ejecutan en esta entrega. Podremos escoger dos tipos de tácticas de ataque y de defensa que cambian radicalmente la manera de jugar.
Es impresionante ver como podemos moldear nuestro equipo según las necesidades del partido. Podemos activar el falso nueve, y veremos como nuestro delantero baja más allá de la línea de tres cuartos a pedir el balón. Esto implica que los interiores ocupen su espacio en muchos de los ataques. Podemos ensanchar el campo de manera obligada: pase lo que pase, los extremos se quedan pegados a la cal. Los contragolpes con esto -la sensación es que está un poco dopada esta acción- son letales, porque podemos hacer cambios de juego y balones largos que pillen desprevenidos a los defensas con cierta facilidad. Eso sí, en jugadas estáticas notaremos que si venimos con el balón desde la izquierda, nos faltará movilidad para la transición al otro lado porque el extremo derecho estará pegado a la cal. Laterales ofensivos: que suban y doblen a nuestros extremos dejando huecos importantes atrás. U otra más: intercambio de bandas de tal manera que los interiores se abren mientras los extremos buscan diagonales, algo interesante cuando jugamos con extremos a pierna cambiada tipo Nolito en el City.
A todo esto se añaden maneras de defender también muy variadas. Buscar una presión alta que muerda a los rivales cuando tienen el balón, retrasar las líneas esperando balones largos o directamente acumulando varios jugadores dentro del área para cerrar los partidos en los últimos minutos. Es una auténtica gozada ver como esto te lo hace la propia CPU con equipos pequeños y encontrarte un pelotón de jugadores por el centro que detienen todos los disparos con partes del cuerpo variadas.
Lo mejor de todo esto es que tiene una incidencia real en el juego. La táctica avanzada que decidamos será la que se ejecute en el campo. Si Rakitic dobla a Messi por la banda es porque hemos seleccionado esta opción. Si Neymar se queda pegado a la banda esperando un balón aunque se juegue al otro lado, es porque así lo hemos ordenado. Las opciones in-game con tan solo pulsar la cruceta se multiplican y permiten, como en la vida real, ver muchos partidos en uno de manera dinámica y natural, según necesidades.
A balón parado tenemos un buen elenco de opciones en las faltas (directas, con jugadores al lado del balón, tocando en corto, controlando al posible receptor de un centro) y se ha mejorado sobre todo los córners, donde podremos escoger algunas jugadas preasignadas como meter los jugadores dentro del área, hacer el tren para que se coloquen de manera escalonada, entrar al primer palo, etc. Si a todo esto añadimos las distintas variantes de formaciones según si tenemos o no el balón, el resultado es que en la pizarra, PES es un juego excelente, con grandes opciones y una personalización ejemplar.
Lo mejor de esto es que tiene una aplicación también en los equipos controlados por la CPU. Veremos equipos que buscan el balón largo, un Real Madrid que centra mucho más que un Barça, equipos pequeños que pasado el minuto 75 se apelotonan dentro del área… es cierto que en la máxima dificultad sigue habiendo desajustes y equipos débiles tienen un control del balón que no les atañe, pero en general la respuesta de la IA si nos movemos en dificultades medias-altas es más que convincente tanto en ataque como en defensa. Tal vez se les puede achacar, eso sí, que no busquen demasiado el disparo lejano con ciertos jugadores que están hechos para estos menesteres.
Fuera del terreno de juego
PES 2017 es un juego que brilla en el terreno de juego y que ofrece una jugabilidad sólida de principio a fin. Pero por desgracia no podemos decir lo mismo de su oferta de modalidades de juego y licencias, dos quebraderos de cabeza que acaban pasando factura al conjunto del juego. Por un lado tenemos una ausencia de licencias cada vez más acusada. Ya no se trata solo de que se hayan perdido algunas tan relevantes como la Liga Española, sino que cuesta ver una liga enteramente licenciada en el juego (no pasa con Portugal, tampoco con Italia) a nivel europeo. La presencia destacada de ligas sudamericanas compensa en parte el golpe, pero por el camino también se ha perdido la licencia de la Copa Libertadores. Tenemos la Champions de Asia, que acaba siendo poco relevante, la Champions League y la UEFA, pero con pocos equipos reales (y ausencias sonadas, como el Bayern de Múnic). También faltan campos reales, y es una lástima porque uno ve como se ha recreado el Camp Nou y tener esta experiencia con los principales estadios sería un puntazo. Consulta aquí todas las licencias.
Es algo que se compensará con el tremendo editor que permite cambiar nombres de equipos, pasar fotos de camisetas oficiales, estadios, editar plantillas y de paso exportarlo para que los jugadores puedan disfrutarlo si no son demasiado apañados con estas mecánicas. Es un peaje que los usuarios de PES ya están acostumbrados a pasar, pero tal vez sería bueno crear un servidor con las creaciones para que la gente se las descargue directamente (NBA 2K tiene algo similar para las plantillas) de manera directa desde el propio juego. Como no hay slots infinitos, obliga al final a limitar qué creaciones queremos para nuestro juego, aunque al menos podemos compensarlo con los grandes ausentes. En Xbox One no se pueden exportar Option Files, por lo que la ausencia de licencias es algo más grave en este caso.
A nivel de modos de juego, conservadurismo. A las ligas y copas disponibles, además de las competiciones licenciadas, se añade de nuevo la Liga Master con todo lo que ya conocíamos (gestión de plantilla, ojeadores, fichajes, entrenamientos para potenciar habilidades de los jugadores, selecciones nacionales, filiales…), el My Club que viene a ser una réplica algo light de Ultimate Team con posibilidad de jugar competiciones en línea y también offline, el modo Ser Leyenda donde vamos a realizar un gran periplo con nuestro jugador creado fichando por los mejores equipos del mundo y el modo entrenamiento.
Para el online, partidos en formato de divisiones, vestíbulos para jugar con amigos y vestíbulos para hacer partidos de 22 jugadores, un formato que permite saciar el concepto de Clubes Pro de FIFA pero que no parece ser tan completo ni competitivo como el título de EA. Entre las novedades para el online destaca que este año habrá cambios de medias semanales según lo que hagan los jugadores con sus equipos reales, y de hecho Konami ya ha dicho que para la salida del juego estarán los fichajes del mercado de agosto hechos.
Una vez probado el sistema online, las sensaciones son positivas. Los partidos que se buscan en un rango de conexión recomendado funcionan sin problemas y el hecho de tener plantillas actualizadas con lo que ha sucedido la semana anterior le da mayor realismo (y acaba con esos problemas que vimos el año pasado sin fichajes mientras iban pasando las semanas). El modo temporadas nos permite competir en rangos de 10 partidos para subir de nivel, ganando y perdiendo puntos según el resultado final y el nivel de nuestro rival. El modo más atractivo es My Club, que permite crear un equipo de ensueño con un sistema Ultimate Team pero con varias particularidades. Aquí todo es más accesible para el jugador, que solo al empezar ya contará con jugadores top gracias a ojeadores especiales, al tutorial y a regalos (nosotros tuvimos un buen portero y un buen central de la liga argentina, Pogba, Morata, Reus como jugador escogido de inicio y Cavain). El sistema de ojeadores para buscar jugadores de un tipo concreto, la química de estos con el tipo de director técnico que fichamos (cada uno tiene su formación y estilo de juego) y las opciones online como offline hacen que, sin ofrecer un sinfín de opciones y jugadores como en otros títulos deportivos, tengamos semanas de juego por delante. Y lo mejor para algunos, de manera gratificante por las recompensas inmediatas.
De entre los otros modos online destacan los campeonatos a los que nos podemos apuntar y se rigen por unas normas concretas y los vestíbulos para jugar con un jugador, el creado por nosotros o uno real, y que permite jugar buscando en servidores lo que mejor nos encaje. La propuesta es divertida, pero es cierto que le falta empaque respecto a otros modos similares de otros juegos. Veremos si se amplía con campeonatos y propuestas de equipos en el futuro.
Apartado técnico
PES 2017luce especialmente bien en repeticiones y cámaras cercanas ya que se han recreado con acierto decenas de caras de jugadores reales. Solo hace falta ver la intro -hará las delicias de los fans del Barça- para darse cuenta de lo bien que lucen. A esto se añaden animaciones fluidas, movimientos realistas en regates, choques, saltos por alto, balones divididos y demás y en un acabado sólido en términos generales. Pero es cierto que al juego le falta todavía dar un paso al frente a nivel visual global. Cuando jugamos con la cámara de televisión vemos como algunos elementos como el césped o las caras de los jugadores no tienen tantos detalles y matices como se podría esperar en consolas de la actual generación, y algunos efectos climáticos como la lluvia son casi imperceptibles con la cámara normal de juego (nos damos cuenta que llueve por la reacción del balón o por las repeticiones). Con la base sólida, es exigible ver un acabado más potente a nivel de detalles y con mejoras en la ambientación para darle un empaque a la jugabilidad que merece.
A nivel sonoro, pocas sorpresas. Contamos con un elenco de melodías que acompañan en los menús sin muchos alardes pero agradables en su gran mayoría y el sonido ambiente de los partidos es convincente, con algunos detalles de calidad como el himno en el Camp Nou. Los comentarios vuelven a ser los de Carlos Martínez y Maldini, de nuevo desaprovechados por frases que carecen de buenos enlaces entre ellas y algunas a destiempo. Se han grabado nuevas intervenciones, pero no serían lo más destacado: al principio de cada partido se le pregunta a Maldini qué jugador será clave en, por ejemplo, unas semis de Champions. Y en un Arsenal-Madrid te puede decir tranquilamente que Mertesacker. Explicando el por qué, pero sin sentido alguno teniendo en cuenta el contexto y jugadores sobre el campo.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.