Resident Evil 4
Resident Evil 4 HD Remaster, Análisis
El juego que marcó a un género y cambió la saga de Capcom llega a 1080p y 60 frames por segundo para Xbox One y Playstation 4.
Resident Evil 4 fue uno de los grandes bombazos que nos dejó Gamecube (y Playstation 2 a posteriori). Uno de esos juegos que marca un antes y un después, aunque en el caso de Resident Evil como saga eso significó también muchas cosas y no todas precisamente buenas. No se puede dudar de la calidad que atesoraba un título que marcaba el camino a los shooters en tercera persona que veríamos a posteriori (y que comparte la capacidad de influir de manera decisiva en el género con otros grandes nombres como Max Payne o Gears of War), pero es cierto que de un plumazo dejó enterrado durante mucho tiempo -crucemos los dedos con Resident Evil 7- el concepto de Survival Horror que tantas buenas sesiones nos había dado la saga de Capcom desde la primera entrega de PSX hasta Code Veronica y Resident Evil 0. En todo caso, Resident Evil 4 fue un hito del género de la acción en su momento, y eso se tradujo en varias versones para diversas plataformas y generaciones posteriores. Y ahora, no podía ser de otra manera, le toca el turno de Playstation 4 y Xbox One.
En una generación donde los remasters están a la orden del día cuesta identificar, e incluso clasificar, los que son acertados y los que no. Se han convertido en carne de polémica todas esas revisiones que vienen de justo una generación anterior, con apenas novedades, mientras que otras han caído con algo más de gracia. Dos ejemplos de estos son precisamente de Capcom: Resident Evil Remake y Resident Evil Zero representan un estilo de juego que, valga la redundancia, ya no se estila. A pesar de ser juegos de hace más de una década, ofrecen algo que no está presente en el catálogo de consolas actual. Pero Resident Evil 4 queda a medio camino en esta ‘simple’ separación entre revisiones. No es de la pasada generación, pero su presencia en la industria ha sido constante: salió en Playstation 2, un primer port en PC, en Wii (con un uso del wiimote que pocos pueden igualar), en móviles, en Xbox 360 y Playstation 3, en forma de otra versión para PC y ahora en Playstation 4 y One. Además, el tiempo le pesa algo más que otros remasters de la saga porque el género que él mismo influyó ha avanzado muchísimo. Pero sigue manteniendo esa alma de título especial. Y podría ser, como es nuestro caso, que ahora, tanto tiempo después, apetezca revisitar a Leon.
La acción nos traslada seis años después de los acontecimientos de Racoon City con Leon S Kennedy como protagonista. Empezaba fuerte el juego conectando con el que es para muchos el mejor de la serie, Resident Evil 2, aunque esta vez el emplazamiento, el objetivo y la puesta en escena eran totalmente distintos. Nuestro objetivo era encontrar a la hija del presidente de los Estados Unidos y devolverla sana y salvo. Por el camino, la trama que habíamos construido -no sin fisuras- en anteriores Resident Evil empezaría a tambalearse. Pero poco importó en su momento ante el poderío a todos niveles que nos ofrecía esta cuarta entrega numerada. La acción, en una aldea con habitantes españoles, cara de pocos amigos y muchos peligros.
Porque Resident Evil 4 es, ante todo, un juego de acción en el que dispararemos más que preguntar, más que solventar puzles, más que explorar. El título de Mikami -el que debería haberse cortado la cabeza mil veces tras aseverar la exclusividad eterna en Gamecube- cambió la perspectiva de la cámara, que se ubica justo detrás de Leon y limita en cierta manera nuestros movimientos. El enfoque es importante, y de hecho sorprende lo cerca que está la cámara del personaje acostumbrados a otros TPS que con el tiempo han ampliado el campo de visión y también la movilidad de sus protagonistas. Al empezar, y sin llegar a la media hora, habremos disparado más veces que en las primeras horas de los Resident Evil clásicos.
Con el stick izquierdo avanzamos con nuestro personaje, que puede mirar a su alrededor con el analógico derecho. Éste, cuando presionamos uno de los gatillos, sirve para apuntar con el arma y disparar a los enemigos. Explicamos esta perogrullada para profundizar en una mecánica sencilla para la que sí ha pasado el tiempo y que se nota algo anquilosada en las plataformas de nueva generación. Por un lado no se puede caminar y apuntar a la vez, y por otro como no hay un cambio de perspectiva de la cámara de la posición neutra a la de apuntado, la mirilla no se centra exactamente en el medio como pasa con otros TPS modernos. En realidad no es una queja porque el juego era así en su momento y se mantiene tal cual, pero es cierto que tiene menor precisión que otros juegos contemporáneos tanto por la perspectiva desde la que se apunta como por la propia precisión -no se puede ajustar- que tiene el control desde el stick derecho. Al principio cuesta (re) acostumbrarse, y seguramente quienes no hayan jugado nunca al título se les hará más duro de la cuenta.
Esto y algún que otro botón y combinación de los mismos -como el uso del cuchillo- es probablemente lo único que podemos achacarle a nivel jugable, y es que los años no pasan en balde. Por lo demás, en Playstation 4 usamos el panel del DualShock 4 para acceder rápidamente al menú y el resto de movimientos como correr, girar 180 grados, los Quick Time Events cuando desequilibramos a los enemigos, cargar el arma y demás, se hacen como antaño y funcionan de manera correcta doce años después.
El juego destaca por la cantidad de balas que gastaremos con un buen elenco de armas, más disponible y presente que anteriores juegos de la saga. Nos encontraremos algunos puzles interesantes (en la iglesia, el de los gemelos o uno que solventa Ashley), aunque ya se le nota que no son tan libres como antaño, y también grandes jefes finales, uno de sus puntos fuertes no solo por las cabezas pensantes de todo lo que sucede en esta aldea, sino también por los monstruos que vamos encontrándonos como los ogros, el prisionero o los regeneradores que nos darán caza por primera vez en la cámara frigorífica. Entre ellos y la variedad de aldeanos (con armas, con objetos arrojadizos, cócteles molotov, con motosierras…) la variedad de situaciones y agobio por falta de munición o como plantear las refriegas es sin duda una de las virtudes del título, que se puede terminar en unas 12-14 horas olvidándose, eso sí, de varios extras interesantes. No faltan los contenidos extras como Separate Ways, con Ada de protagonista paralela a los avances de Leon, o Assignment Ada, minijuego donde tenemos que recuperar cinco muestras de las plagas en la isla con Ada también de protagonista; y mercenarios, donde acabmos con hordas de enemigos en varios escenarios intentando conseguir la máxima puntuación.
A nivel técnico, el juego luce mejor que en anteriores remasters gracias, por un lado, a los 1080p de resolución pero sobre todo a los 60 frames por segundo. Es pisar la primera aldea con los primeros enemigos y darse cuenta que todo va mucho más fluido a como lo recordábamos en el pasado. Es cierto que el aumento de resolución le hace pasar factura en ciertas texturas, sobre todo en los exteriores, que luce de manera irregular por ser de baja resolución y excesivamente planas, pero en general los modelados de los personajes, aliados y enemigos, todavía aguantan bastante bien. El rendimento del juego es muy sólido a pesar de tener gran cantidad de enemigos y explosiones y efectos en pantalla y solo le podemos achacar lo que se hereda de un juego de hace tantos años: animaciones algo toscas, físicas discutibles (disparo a la cabeza y el enemigo salta hacia atrás como si le hubiera alcanzado un lanzacohetes) y más dientes de sierra de la cuenta. Un remaster con retoques mínimos, pero que prima la resolución y el rendimiento. El juego llega subtitulado al castellano y voces en inglés salvo la de los aldeanos, que está con ese ya entrañable español neutro y esas míticas frases “A por él” o “detrás de ti, imbécil”.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.