La resolución 4k quedará anticuada en 2020
Los juegos Olímpicos de Rio 2016 han finalizado y Tokio ya se prepara para su cita dentro de otros 4 años. Para entonces, Sony y Panasonic esperan tener televisiones que soporten el futuro de la calidad de visionado: el 8k o ultra alta definición. Con esta propuesta, las compañías quieren sacar una ventaja competitiva frente a sus rivales surcoreanos y chinos.
Los Juegos Olímpicos han finalizado, dejando a Estados Unidos como gran ganadora de esas medallas hechas de smartphones reciclados. Dentro de cuatro años tendrán su sede en Tokio y para entonces, en vistas al 2020, Sony y Panasonic quieren tener listas sus nuevas televisiones en 8K. Esta tecnología se denomina ultra alta definición y duplica al actual tope situado en los 4K. La definición de estas últimas televisiones es de cuatro veces 1080 p, por lo que el nuevo proyecto duplica el estándar máximo en que se puede emitir y recibir una señal de video.
Ya se ha testeado la señal
Los más afortunados y pudientes habrán disfrutado en su hogar del evento deportivo en una televisión 4K, ajenos a que en Japón la cadena NHK ya estaba testeando su señal con tecnología 8K, aunque no es la primera vez que hace este tipo de pruebas. Ya ha retransmitido conciertos en esta calidad, siendo el último el de la estrella del pop japonés Kyary Pamyu Pamyu.
Aunque esta tecnología es muy cara, tanto Sony y Panasonic están trabajando juntas en llegar a Tokio 2020 con televisores 8K. Para ello también cuentan con el apoyo de la cadena nipona NHK y otras productoras capaces de emitir señales de video a esta resolución. La previsión es que esta tecnología sea el nuevo estándar de emisión 2018 y dos años después entre en los hogares japoneses. El resto del mundo tendrá que esperar.
Una tecnología muy cara
Ambas compañías están invirtiendo con fuerza por sacar sus nuevas televisiones 8K cuanto antes y a un precio razonable. Sin embargo es un tecnología recién desarrollada y, por lo tanto, cuesta mucho producirla. El ejemplo más claro lo ha dado Sharp, que puso a la venta en Japón en octubre de 2015 la primera televisión en 8K a un precio muy elevado: algo más de 160.000 euros o 16 millones de yenes al cambio. Además hay que tener en cuenta el factor tiempo, necesario para que el público adopte esta nueva tecnología.
Por otro lado también quieren estar atentas a los movimientos de la competencia. Aunque sus televisores 4K se han vendido bien, las compañías niponas centrarán todos sus esfuerzos en duplicar la resolución de sus televisores que venderán cada una por su lado aunque investiguen el mismo campo en conjunto. Según creen, tomar esta iniciativa les impulsará en el mercado audiovisual actual y les pondrá por delante de su competencia surcoreana y china.