No son pocas las alternativas de Pokémon que han hecho ruido a su llegada al mercado sin lograr obtener resultados especialmente notables. Basta con echar un rápido vistazo a la herencia de la franquicia de Nintendo para darse cuenta de que el éxito de una fórmula determinada se debe en muchas ocasiones a elementos que están fuera de nuestro entendimiento. Aunque muchas veces no seamos capaces de entender el porqué de la incontestable popularidad de algunos productos, sí que es fácil por lo general admitir que en la mayoría de los casos cuentan con algo que los diferencia del resto. Además, a lo largo de los años la Industria ha aprendido a exprimir al máximo de estos productos, por lo que ya cualquier videojuego que alcance ciertas cotas de popularidad cuenta con su correspondiente adapción al cómic/manga, series animadas y toda clase de mercadotecnia derivada. Yo-Kai Watch es un buen ejemplo de esto último, una obra creada a imagen y semejanza de Pokémon con el beneplácito de Nintendo y el sostén de Level-5 como la compañía más experimentada en JRPG de cuantas han desarrollado para Nintendo 3DS. Después del enorme éxito de Inazuma Eleven o de Profesor Layton, tras intentarlo con Fantasy Life o de no tener tanta suerte con propuestas como Little Battlers Experiencie, Yo-Kai Watch se convirtió hace pocos años en el nuevo producto viral japonés por excelencia, con la figura de su mascota Jibanyan omnipresente en prácticamente todos los establecimientos públicos que podamos imaginar (estaciones de metro, tren, quioscos, pequeños y grandes supermercados, tiendas de cómics...). Aunque sea ahora cuando se estrena la franquicia en España mediante este lanzamiento y su correspondiente serie de animación en Boing, Yo-Kai Watch cuenta ya con un importante recorrido que lo sitúa en la cima de los productos de entretenimiento más populares del momento a nivel mundial. Pero no sería justo hablar de Yo-Kai Watch como un "mero" sucesor espiritual de Pokémon o como un producto que nace fruto única y exclusivamente de una compleja estrategia comercial. El retoño de Level-5 es una de las pocas obras del catálogo de 3DS que apuesta por ofrecer un filosofía de juego distinta de la que el género nos tiene acostumbrados, con un punto de partida bastante familiar que se va expandiendo a medida que pasan las horas hasta construir un delicado y complejo universo. Cientos de misiones secundarias, más de 200 criaturas por descubrir y un buen puñado de carismáticos personajes secundarios aguardan impacientes en la ciudad de Floridablanca, en la que Nate sale un día a pasear para demostrar ser el mejor caza-insectos que ha conocido jamás su peculiar escuela pese a las constantes burlas de sus amigos...Floridablanca: la Tsukuba de ensueño Retado por su grupo de amigos, Nate decide un día adentrarse en el bosque para demostrar que es el mejor cazador de insectos que jamás haya conocido la ciudad de Floridablanca, donde se ha criado desde su infancia. Su valía le empuja a situarse en una zona "peligrosa" para los niños en la que descubre una interesante sorpresa: una máquina expendedora de cápsulas. De una de ellas surje Whisper, un misterioso fantasma que toma la forma antropomórfica de uno de los Yo-Kai (o monstruos) de la mitología japonesa, y que introduce a Nate en el mundo de estas extrañas criaturas. Whisper asegura que la ciudad está repleta de 'Yo-Kai' que campan a sus anchas creando toda clase de problemas, aunque para poder detectarlos en necesario hacer uso de un reloj especial, denominado "Yo-Kai Watch". Unas pocas horas más tarde Nate comienza a entender algunas de las incógnitas que se habían planteado a lo largo de su corta infancia. ¿Por qué se pelean nuestros padres? ¿Por qué algunos niños actúan con malicia? ¿Quién nos protege en secreto cuando más lo necesitamos? A lo largo de su aventura, Nate localiza a Yo-Kai malignos cerca de zonas conflictivas, por lo que pronto descubre el efecto real de estas criaturas en su día a día. Aquí reside también una de las claves del éxito del argumento de Yo-Kai Watch, dado que sus protagonistas explican los problemas a los que nos enfrentamos sin rehuir de situaciones comunes, como una discusión entre sus padres (motivada por un Yo-Kai maligno) o la extraña actitud de uno de nuestros amigos "de toda la vida", por citar dos ejemplos entre tantos. Pero quizás incluso más importante que el papel que desempeñen los Yo-Kai en esta aventura es el sentido del humor o la peculiar actitud de Nate ante los acontecimientos que tienen lugar en Floridablanca. Los comentarios sarcásticos o simplemente humorísticos quitan peso a los acontecimientos o nos invitan a seguir jugando para descubrir qué sucederá a continuación, algo que se suele recompensar con escenas con toques de surrealismo, simplemente totalmente alocadas e irreverentes. La aventura es fantástica en el sentido propiamente dicho de la palabra: nunca sabemos cuál será la resolución de un problema porque normalmente no tiene demasiada coherencia. Además, el argumento va de menos a más e introduce algunas subtramas que vale la pena no perderse. Recuerda en este aspecto Yo-Kai Watch a los JRPGs más elogiados de la "época dorada" de SNES, siempre coherentes con las normas que proponen en su propio mundo. ¿Hazte con todos? Contar con un argumento interesante es vital para que un JRPG nos mantenga pegados a la pantalla, especialmente si viene acompañado también de un mundo rico en matices, bien construido y coherente consigo mismo. Como en todo JRPG que se precie, Yo-Kai Watch cuenta con varios aspectos troncales en su desarrollo. El primero es la exploración, que tiene lugar entre distintas ciudades (o zonas), algunas mazmorras y zonas de peligro donde nos las veremos con los Yo-Kai más exigentes. Aquí podemos hablar con personajes secundarios (que no suelen aportar gran cosa a la trama), convencer a nuevos Yo-Kai para que se unan a nuestra causa, capturar insectos, pescar en los ríos... Y, lo que es más importante, podemos también ir realizando las innumerables misiones secundarias que algunos de los aldeanos nos proponen. Las misiones secondarias pueden ser tan variopintas como repetitivas. Mientras que algunas requieren paciencia y dedicación, otras nos proponen recolectar siempre los mismos objetos (o comprarlos con el dinero que obtenemos de los combates), con lo que perdemos un valioso tiempo yendo de aquí para allá, visitando zonas que generalmente ya conocemos de memoria. Esto no debería de representar un problema de ser por la gran cantidad que detectamos a medida que avanza la aventura. Tampoco termina de convencernos el hecho de que cumplimentar una de estas misiones otorgue casi el doble o el triple de puntos de experiencia que el combate constante contra los Yo-Kai que se esconden en los bajos de un coche o tras alguna máquina expendedora. Si queremos que nuestro equipo sea fuerte y que cuente con las mejores habilidades debemos dedicar tiempo a estas misiones, ya que "subir de nivel" mediante los combates es una opción lenta y a veces tediosa. Quizás por este motivo completar el modo Historia no es una tarea excesivamente compleja que deba de llevarnos más de 20 o 30 horas de juego. Sin embargo, esta cantidad se puede duplicar si nos dedicamos a realizar las peticiones de los aldeanos o a explorar en profundidad las mazmorras o zonas peligrosas del mapeado. Hay una gran cantidad de contenido oculto o que no estamos obligados a completar si queremos ceñirnos a la trama principal, como las fastuosas pesadillas en las que hemos de huir de un terrorífico Yo-Kai o algunas misiones secundarias más complejas que requieren contar con ciertos Yo-Kai específicos en nuestro grupo de combate. Aunque el nivel de dificultad de la aventura es por lo general bastante asequible, hay algunos altibajos en los enfrentamientos ante jefes finales que podrían confundir a los jugadores menos experimentados en este campo. Esto se debe también en parte al caótico sistema de combate, el segundo aspecto troncal sobre el que se asienta esta obra. La ruleta de los Yo-Kai Como en todo JRPG que se precie, a Yo-Kai Watch no le vale con ofrecer una divertida exploración o un argumento entretenido: tiene que demostrar su valía también con unos combates a la altura de la circunstancias Curiosamente es en este aspecto donde el título muestra sus carencias, al hacer uso de un sistema de combate un poco caótico y sin apenas opciones de personalización. Nate puede llevar consigo un grupo de seis criaturas, cada una correspondiente a un elemento específico. Cada elemento representa a su vez un estilo de combate, quizás más enfocado hacia el combate cuerpo a cuerpo o hacia los estados alterados, parte fundamental de la estrategia que hemos de seguir ante ciertos enemigos, sobre todo los jefes finales. Los Yo-Kai conectan entre sí y mejoran sus atributos, con algunos especiales, cuando unidos a varios miembros de un mismo elemento. Los Yo-Kai se distribuyen como si de una ruleta se tratase, con tres en el frente y otros tres en la retaguardia, siendo posible rotar entre ellos durante los combates con un trío siempre atacante. La ruleta se sitúa en la parte inferior de la pantalla, con opción a elegir algunos comandos (animáximum -ataque especial-, objetos, purificar y objetivo, que nos permite seleccionar un enemigo sobre el que centrar nuestros ataques) con los que básicamente escogemos una estrategia de combate. Sólo uno de ellos, animáximum, nos permite interactuar realmente con los personajes que vemos en pantalla, ya que para realizar un ataque especial es necesario realizar alguna filigrana en la pantalla táctil (realizando circulos con el lápiz, despejando vapor, rompiendo rápidamente una esfera...). Convéncelos a todos Aunque en Yo-Kai Watch no existen los enfrentamiento aleatorios, Nate cuenta con una brújula que le indica en todo momento en qué zonas debe explorar para localizar a un Yo-Kai. Los combates ante enemigos comunes son muy asequibles y prácticamente basta con activar el modo turbo para que nuestros Yo-Kai se deshagan de ellos sin demasiados problemas. Sin embargo, los enfrentamientos ante jefes finales son muy exigentes y demandan una gran velocidad de reflejos para purificar los estados alterados o para realizar los ataques especiales. Contar con un grupo del mismo elemento es crucial para tener alguna ventaja sobre sus poderosos ataques, así como gastar algo del dinero que vamos obteniendo en objetos curativos. Sobra decir que capturar a los Yo-Kai más fuertes de cada zona es también esencial para salir victoriosos de los combates más exigentes. Puede que la palabra "capturar" no sea la más adecuada para describir el sistema de adquisición de nuevos Yo-Kai, ya que son ellos los que deciden unirse a nuestro grupo (otorgándonos su medalla específica) cuando les lanzamos algunos objetos especiales (arroz, por ejemplo) o simplemente cuando de forma aleatoria deciden que somos merecedores de su respeto. Podemos intercambiar Monedas especiales para conseguir algunos Yo-Kai específicos, pero la mejor forma de conseguir los servicios de estas criaturas tan características es batallando contra ellas hasta que tengamos algo de suerte. En total hay más de 200 Yo-Kai que coleccionar. Como podemos comprobar, la mecánica de los combates no es tan compleja como el de otros JRPGs que han visto la luz en el catálogo de 3DS, sino que se convierte en un complemento para desarrollar el argumento. Se trata sin duda de un aspecto muy a tener en cuenta por parte de aquellos que esperen un sistema de juego que nos permita profundizar en las habilidades especiales de nuestros guerreros o en estrategias específicas, etcétera. Colorido y dinámico El tercer y último aspecto de relevancia en Yo-Kai Watch es sin duda el aspecto gráfico, a medio camino entre el cell-shading y la clásica recreación de una ciudad al estilo "JRPG", con un elaborado diseño de caminos y viviendas que podemos explorar. El diseño de la ciudad de Floridablanca intenta rendir homenaje a la ciudad de Tsukuba, diseñada a finales de los años 60 y de cierta popularidad en Japón. Se mire como se mire, los auténticos protagonistas de la aventura son los Yo-Kai, que con sus peculiares y alocados diseños nunca dejan de sorprendernos pese a que echamos en falta algo más de variedad en la selección de monstruos que descubrimos durante las primeras horas de juego. La variedad de entornos no encaja con las limitaciones de la cámara, que sólo nos permite rotar en un pequeño ángulo, por lo que es relativamente común encontrarnos con la sombra de Nate tras un edificio sin saber qué es exactamente qué se esconde tras ella. La sensación 3D no destaca y se limita a cumplir su cometido. El estilo 'anime' está muy presente en toda la aventura con algunos cortes animados que ilustran los momentos más importantes de la historia. A la cantidad y variedad de contenido hay que sumar el imprescindible modo Multijugador que ofrece la aventura, parco en detalles y con algunas limitaciones en el 1vs1 entre criaturas, que sólo se ofrece en modo local. Muy lejos de lo que Pokémon ha ofrecido hasta la fecha con sus últimas entregas, Level-5 ha prometido que se trata de una función que mejorará en futuras entregas, aunque queda bien claro que esta aventura se ha planteado para un jugador. También cuenta con opciones Streetpass de intercambio de objetos o de uso de la cámara Yo-Kai. Ofrece asimismo tres casillas para guardar la partida antes de comenzar (o un total de tres jugadores). Su edición española llega a las tiendas completamente doblada y traducida al castellano por los mismos personajes que tendremos oportunidad de oír cuando se estrene la serie animada en Boing, uno de los principales reclamos publicitarios de la aventura (en Japón se estrenó primero el videojuego y posteriormente, gracias a su éxito, se lanzaron otros formatos).