Quantum Break vs Uncharted 4

Durante este primer semestre de año salen a la venta dos de los títulos más esperados de la industria. Se trata de Quantum Break por un lado y de Uncharted 4 por el otro. El juego de Remedy será el primero en saltar al ruedo del mercado, tanto en Xbox One como en PC para el 5 de abril, mientras que el título exclusivo de Playstation 4 lo hará más tarde, para mediados principios del mes de mayo después de dos “mini retrasos” que no estaban previstos pero que han sido, según su desarrolladora, necesarios. Ambos juegos están llamados a liderar el género de la aventura de acción en la nueva generación de consolas. Con muchas similitudes y también con muchas diferencias. Los enfrentamos para ver en qué compiten, qué comparten y en qué se complementan las esperadas obras de Remedy y Naughty Dog.

Ambos proyectos destacan por haberse anunciado hace ya bastante tiempo y haber tenido un desarrollo que ha dejado con ganas de más a los jugadores. Cada feria, cada nuevo evento y cada nuevo tráiler era motivo para generar nuevas y mayores expectativas. Por un lado, Los padres de Max Payne y Alan Wake se estrenarán en la nueva generación de consolas –y con Windows 10 como invitado de última hora- con una IP inédita, con todo lo que esto siempre supone. Por otro, Naughty Dog vuelve a la saga con la que triunfó en Playstation 3 después del descanso que se tomaron para sorprender, también, con The Last of Us. Uno tiene pinta de ser el inicio de un nuevo mundo, el otro, al contrario: con cara de querer ser el cierre definitivo (aunque es atrevido decir esto en una industria que nunca quiere dejar atrás a los nombres que funcionan).

Dos maneras de entender la aventura que están claramente marcados por la tendencia que se estableció en la pasada generación de consolas: los disparos a diestro y siniestro por delante de todo. Dos juegos, también, que quieren trascender la experiencia única de juego para ofrecer algo más, algo que pueda asemejarse a la espectacularidad del cine. Se dijo, y con razón, que Uncharted ofrecía de manera más que brillante el concepto bien entendido de juego hollywoodense, en el que el espectáculo audiovisual y los scripts acompañan perfectamente y dan empaque a una jugabilidad (sobre todo Uncharted 2) a prueba de bombas. De Remedy no hace falta decir lo que pretenden viendo la fuerte narrativa que envuelve Alan Wake y el proyecto “serie” con el que quieren introducirnos Quantum Break.

Con sus muchas diferencias, pero también similitudes, vamos a ver qué tienen por ofrecernos ambos títulos que están llamados a luchar por reinar, con permiso de Lara Croft, en el género de la aventura de acción. Con más acción que aventura, como es tendencia.

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Por un lado, Quantum Break basará el uso del tiempo como gran baza jugable. A los tiroteos de una compañía que sabe lo que se hace con armas de fuego de por medio se le une la posibilidad de manipular el tiempo a base de unos poderes sorprendentes. Correr a gran velocidad para huir, detener en una burbuja todo lo que suceda o un escudo temporal son algunos de los ganchos que tenemos por delante. No tendremos el Bullet Time que tantas buenas horas de diversión nos dio en los ya míticos Max Payne, también la tercera entrega ya en manos de Rockstar, pero no parece que haga falta esa gestión temporal con un abanico de posibilidades que pretende activar la creatividad de los jugadores. La gestión de los poderes y lo que podemos ir aprendiendo y desarrollando hacen que sea un elemento tremendamente atractivo para dar un giro de tuerca a un TPS clásico.

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Por otro, Uncharted tiene un papel que puede parecer más conservador a priori pero que no se ha instalado en el inmovilismo. Está claro que una cuarta entrega, si llega, es porque la saga funciona. Y lo que funciona no debe tocarse. El título destaca por su sistema de tiroteos y agilidad de movimiento, ideal para combinarse con ataques cuerpo a cuerpo que han mejorado entrega tras entrega. Pero si algo ha querido Naughty Dog con esta entrega es crecer en escala. Se abren los espacios de tiroteos para que tengamos incluso refriegas a 360 grados y se ha añadido un punto de verticalidad que nos hace ampliar horizontes. Tanto en ataque como en defensa. El gameplay visto y probado hasta el momento muestra estos elementos y también la presencia, a modo de transiciones, de las secciones de plataforma que también será necesario combinarlas con los disparos. Se funden dos de las mecánicas habituales de la saga. Por último, la intensidad quiere estar presente en forma de misiones tipo persecución y similares en las que tenemos que apuntar mientras se suceden acontecimientos a nuestro alrededor.

En Quantum Break, aunque hay algunos saltos y se puede explorar ciertos documentos y extras, la fuerza de lo que acompaña a los tiroteos se centra sobre todo en las fases detectivescas donde, al más puro estilo Batman, tenemos que investigar ciertas zonas para poder desarrollar la trama. No solo eso, sino que los puzles que nos iremos encontrando, así al menos se nos mostró en la demostración que vimos en las instalaciones de Remedy, también se aprovecharán de nuestros poderes a la hora de retorcer el tiempo para poder seguir con nuestro avance.  No faltarán lo que se conocen como “brechas temporales” que nos permiten contextualizar y adentrarnos todavía más en la trama del juego del estudio europeo.

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Quantum Break se nos presenta como un producto transmedia que quiere fundir disciplinas como el propio videojuego con el de las series tan de moda desde hace algunos años. El formato episódico del juego, intercalando las fases jugables con una especie de capítulos que narran y amplían la historia es un ejemplo del ambicioso proyecto que hay detrás de Quantum Break. El juego va de nuestro héroe, pero la serie sobre los villanos. Con esta premisa se intenta elevar el tono narrativo de un producto que quiere mostrar músculo, sobre todo, a través de la trama y el argumento que se irá desarrollando delante de nosotros. El potencial narrativo de Remedy está fuera de toda duda, y salvando algunos detalles, el ejemplo más claro es el más reciente: Alan Wake. Capaz de crear una atmósfera y un contexto único con personajes interesantes y giros inesperados. Ahora se cambia de tercio –no estamos ante un juego donde el terror y el thriller se dan de la mano- pero las potencialidades de sus creadores siguen presente.

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Por su parte, Uncharted 4 tiene pinta de seguir la estela de sus anteriores entregas, donde el género de película de acción (a nadie se le escapa la tópica y típica comparación con Indiana Jones) encaja perfectamente por el ritmo, las secuencias y el desarrollo de una trama de aventuras que siempre ha sido sencilla pero muy eficaz gracias a su ritmo y giros (con matices en una tercera entrega que probablemente tuvo bastantes altibajos en este sentido). Como comentamos en nuestro último artículo sobre Uncharted 4, la fuerza volverá a estar en los personajes. Drake se come la pantalla con su carisma, y siempre ha estado muy bien acompañado de otros personajes potentes como Elena o Sully. A ellos se añaden otros que quieren tener un peso importante, como es Nadie (¿estará al nivel de Chloe?) o, sobre todo, el hermano de Drake, que parece ser tendrá un papel relevante. Así que tal vez la trama siga siendo más sencilla sobre el papel que la propuesta del tiempo y casi “dos mundos” de Quantum Break, pero los personajes de Naughty Dog también están para darle más fuerza al argumento.

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Por su parte, Uncharted 4 quiere poner al límite Playstation 4 como hicieron con sus entregas respecto a Playstation 3. Poco se puede decir que no se haya dicho ya del acabado audiovisual del juego de Nauhgty Dog, confirmado también que irá a 180p y 30 frames por segundo y que en el multijugador sacrificará resolución para ganar fluidez: 900p y 60 frames por segundo. Centrándonos en la campaña, son los modelados de personajes lo que más brilla sin duda de su aspecto visual. El lujo de detalles faciales de Nathan Drake es simplemente impresionante, y pasa lo mismo con el resto de personajes que van pasando por la pantalla. La gran cantidad de elementos visuales, detalles y extras que hemos visto en escenarios (rocas irregulares, vegetación por doquier, efectos de partículas)  también sorprende en su conjunto. Veremos hasta donde llega cada juego teniendo en cuenta, claro está, que el diseño artístico es distinto en uno y otro caso.

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