Análisis Stella Glow

Canto de Cisne

Activos desde 2005, el estudio Imageepoch nos ha traido juegos como la serie Luminous Arc de Nintendo DS, Arc Rise Fantasia de Wii, Yoshi's New Island de 3DS o el más mediático Criminal Girls: Invite Only, tanto en su versión original de PSP como en el controvertido en Occidente remake para Vita. Pero como en este mundo las ventas de juegos deciden quién sigue y quien no, los malos resultados del estudio les obligaron a declararse en quiebra a mediados del año pasado. Imageepoch ya es, por desgracia, historia. Y el juego que debía convertirse en la celebración de sus diez años en la industria ha acabado por ser su canto de cisne. Nos sumergimos en un puro Japan RPG estratégico con brujas cantantes y un sistema de combate lleno de posibilidades.

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Bruja de la Destrucción

Nuestro viaje por el último juego de Imageepoch empieza con una historia sobre reinos destruidos por la ira de un Dios que vive en la Luna, héroes que se sacrificaron y poderosas brujas condenadas a no exhibir su poder. Y como suele ser habitual en ocasiones, nuestro héroe principal es un joven noble, diestro con la espada, inconscientemente valiente y amnésico. Pero un primer encuentro con Hilda, la Bruja de la Destrucción, pronto pone las cosas en marcha. Hilda congela la aldea en la que Alto vive, y amenaza al reino entero, siendo nuestra Quest viajar por el universo del juego reuniendo y entrenando a las 4 brujas que pueden unirse para pelear contra Hilda y su cohorte de brujos.

Ciertamente no es la más original y es fácil de predecir, pero durante sus alrededor de 40 horas de juego encontramos que el tono se va volviendo más oscuro –Hilda es un encanto desalmado- y con algunas historias interesantes –la bruja condenada a vivir como una paria fuera de la sociedad- dentro de un gigantesco reparto de personajes en el que el problema es que las brujas buenas son el tópico de los tópicos JRPG, con la inocente y extremadamente joven, la arisca, la sin sentimientos o la fiel, y todas siempre siempre al servicio de Alto, el protagonista masculino. Lo divertido de la propuesta es que aquí el componente social importa tanto como el combate, ya que de él dependen muchas cosas. Cuando no estemos peleando, estaremos relacionándonos con el resto de personajes. Y esto es clave para el combate, puesto que estas secciones de socializar nos permiten ir reforzando la confianza de las brujas en Alto, lo que se traduce en nuevas habilidades para combatir.

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Incluso podemos salir de fiesta con el grueso de personajes masculinos para que nos den sus propias recompensas, aunque nos quedamos sin romance. Pero en sí, para algunos este apartado se volverá pronto monótono y seguro que preferirá salir a explorar para encontrar los items y equipo. Eso si, el tema de la interacción social tiene su importancia incluso en el final del juego que veremos, según tal bruja o tal otra confíe más o menos en nosotros. Stella Glow tiene alrededor de una decena de finales, y si queremos verlos todos vamos a pasar más de las 40 horas mencionadas –esas son para el grueso de la historia y el leveleo de los personajes básicamente-, sobre todo si queremos irnos también a por las misiones e historias paralelas, algunas más interesantes que las principales en un ejemplo de juego que habría necesitado de una reescritura aquí y allá para que todos sus protagonistas fueran más interesantes, aunque tal como está la trama puede sorprender que a pesar de las bromas tiene una historia bastante dramática de destinos escritos y sacrificios.

Vamos al corazón de todo RPG, su sistema de combate. Stella Glow nos presenta batallas por turnos en una cuadrícula en la que movernos por casillas dentro de escenarios isométricos. Empezamos con lo peor, con una IA poco agresiva que a veces se retira demasiado en vez de avanzar, aunque también eso facilita que no haya picos de dificultad desmedidamente absurdos y que en general sea un RPG recomendado si no somos habituales de este género - cosas como los ataques Counter son automáticos. Pero ahora lo bueno, que es mucho y  compensa de esto. Al principio el combate de Stella Glow parece prototípico, pero tiene una serie de añadidos para garantizar que cada enfrentamiento sea diferente. En primer lugar al movernos podemos decidir también la dirección en que nos encaramos al enemigo, lo que exige analizar bien las opciones de movimiento del enemigo para no terminar dándole la espalda y regalarle un flanqueo así por la cara.

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Entramos en combate con seis personajes de estilo Chibi y clases establecidas, ya que Alto por ejemplo es el experto en espadas, Klaus un lancero -con la ventaja que tiene en combate al no tener que pegarse al enemigo- y la bruja Lissete con doble capacidad como clériga sanadora y maga al mismo tiempo. Hay que tener en cuenta que el orden de ataque lo deciden nuestras acciones, ya que si con Lisette nos limitamos a pegarle al rival un golpe de melee cercano con el báculo, cuenta como ataque normal y nuestro siguiente turno no tardará mucho, pero si soltamos una magia devastadora de 8 casillas que destroza a tres rivales, nuestro nuevo turno de ataque tardará más en llegar. Otro elemento interesante es que antes de cada enfrentamiento se nos imparten unas condiciones de victoria y derrota. Consigue todo lo que te pida el juego para vencer a modo de reto adicional, y no sólo tendrás una recompensa de objetos mayor, sino retos extra a la dificultad.

Hay un elemento que al principio no gusta por el tema de que le resta libertad al gameplay, pero luego entendemos su inclusión. La subida de nivel de los personajes se produce de manera automática, y nosotros no podemos incidir en aspectos como darle más salud y carisma para luego potenciar los puntos de magia y de habilidad, sino que todos suben. Pero esto está hecho con una razón, ya que cuando subimos de nivel automáticamente se nos restaura la vida y la magia. El componente táctico estriba en escoger al personaje que sepamos que va a levelear pronto -solo hay que mirar la pantalla de debajo- y que esté a punto de morir y enfrentarlo a un rival para que se cure, restaure y suba de nivel todo a la vez. Claro está que supone un componente de riesgo evidente, ya que si nos equivocamos nos jugamos la integridad de nuestro héroe, pero abre las opciones de cara a no limitarnos a avanzar, pegar, curar y pegar otra vez, y darle la vuelta al combate tras subir de nivel y curar a quien estaba a punto de caer.

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Otro elemento que le añade una buena profundidad al combate son las canciones de las brujas, básicamente habilidades de alto nivel de estos personajes que inciden en todo el grupo y el mapa de batalla. Mover a Alto al lado de una de ellas y usar el comando Conduct hará que la bruja cante una canción que durará tres turnos completos. Cada tema musical tiene sus ventajas, como un hechizo que duerme a los enemigos, otro que sube las opciones de que todos los miembros golpeen con críticos, o el de Lisette, que cura a todos los aliados en cada turno que dure la canción. Como decimos, en conjunto con las habilidades de los otros personajes da como resultado combates directos y llenos de posibilidades en cuanto a por cual estrategia decidirnos.

Visualmente, Stella Glow destaca por su colorido y por el diseño de los avatares semi-animados con los que se van sucediendo las cinemáticas de diálogos, pero con cosas que chocan como un personaje femenino que es tan tímida que se oculta la cara, pero que a cambio va semidesnuda tipo Quiet de MGS V sin importar ir enseñando el cuerpo. Cuanto más avanzamos, más complejos se van haciendo los entornos, y el toque Chibi de los personajes in-game es irresistible ciertamente, aunque siempre cumpliendo más con modestia que con contundencia gráfica. Igual que en el sonido, que viene con un doblaje inglés competente –la actriz que da a vida a la malvada Hilda le echa ganas- aunque textos en completo inglés, pero su baza estriba en una BSO estupenda, que por momentos recuerda a la de los Atelier, pero que con la excusa de las brujas y sus hechizos musicales se marca unos temas Vocaloid estupendos, a veces líricos y otros rockeros y contundentes.