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Superhot

Superhot

  • PlataformaPC8.8NSW8PS4XBO8.8
  • GéneroAcción
  • DesarrolladorSuperhot Team
  • Lanzamiento25/02/2016 (PC)03/05/2016 (XBO)19/07/2017 (PS4)19/08/2019 (NSW)
  • TextoEspañol
  • EditorSuperhot Team

Análisis SUPERHOT

SUPERHOT es el shooter más imaginativo de los últimos años, un título en el que nada se mueve hasta que tú lo haces... y hecho esto, no hay vuelta atrás. Un indie con valores de producción de triple A que no podéis dejar escapar.

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Super Hot ha recorrido un largo camino para llegar hasta el día de hoy, a su lanzamiento. No sólo pasó por una campaña de crowfunding que -afortunadamente- tuvo éxito, sino que nunca ha sido la gran estrella en ninguna de las grandes ferias del sector, como el E3, donde siempre se mostraba en recopilatorios de títulos 'indie' sin recibir la verdadera atención que merecía, al igual que otros proyectos como No Man's Sky o Inside. Sin embargo algunos teníamos verdadera fe en las posibilidades de este proyecto desarrollado en Polonia, que ya apuntaba maneras desde un pequeño prototipo jugable colgado gratuitamente en internet hace unos años. Ahora que hemos podido completarlo, no queda otra que reconocer que aquella idea, concepto de mezclar el shooter con las mecánicas de puzle de movimiento, no sólo funciona a gran nivel sino que además conforman el que puede ser, con facilidad, el juego del género más imaginativo de los últimos años. Uno alejado de los cánones (ni campaña cinematográfica ni espectacularidad mediante scripts, tampoco -y esto es una pena- modos multijugador); sólo jugabilidad en su más pura esencia.

Esto no debería llevar a engaño, es decir, Super Hot tiene una pequeña campaña que se puede completar en entre dos y tres horas, y supone un soplo de aire fresco a las que encontramos de forma más masificada en los grandes nombres del género. Básicamente, arrancamos con una pantalla de ordenador en la cual vemos varias aplicaciones y tras ejecutar Superhot.exe, comenzamos a disparar a enemigos coloreados en rojo. Pronto, emerge una pantalla de chat y recibimos así más información. Decir más al respecto no es lo más apropiado teniendo en cuenta de que aquí gran parte de la gracia del título reside en su capacidad para sorprender, pero al igual que ocurre con los recientes Pony Island y el inferior, pero igualmente interesante Caléndula, existe un componente de meta-juego que hace que la experiencia sea sumamente interesante y afortunadamente no se queda en la superficie: va todo lo lejos que podría considerando las circunstancias. Tanto es así que cuando parece que el juego termina, la aplicación se cierra y tenemos que volver a ejecutarla en Steam (este análisis se basa en la versión PC, dicho sea de paso) para seguir avanzando.



El tiempo como lugar físico
Super Hot es esa rara clase de videojuego que se ha construido con las mecánicas como centro absoluto, de forma que si éstas no funcionasen, no se podría sostener de otra forma. Estamos siempre jugando, no hay cinemáticas ni elementos añadidos, por lo que sus responsables han tenido que ingeniárselas para ofrecer desafíos en cada una de las fases para que la cosa funcione. Y lo hace. La premisa es la de un shooter en el que nada se mueve si tú no lo haces, es decir, las balas de los enemigos no te impactarán hasta que tú te desplaces lo suficiente como para que lleguen a alcanzarte. El tiempo es así un lugar físico, no imperceptible, y de esta forma cada partida se convierte en una suerte de puzle en el cual debemos intentar no acabar con la cabeza hecha añicos. Nuestro personaje es frágil: sólo aguantamos un impacto. Los enemigos, dependiendo del arma utilizada, pueden soportar entre tres golpes -si vamos a puñetazo limpio- o uno, dependiendo de si portamos un arma de fuego, un bate de béisbol o una katana. Partimos así de una pequeña desventaja, pero no tardaremos en sacar partido de otras herramientas a medida que aprendemos a dominar las mecánicas.

Así, lo que al principio puede parecer extremadamente complicado, poco a poco va modulándose al tiempo que el jugador adquiere cierta experiencia. El manipular el tiempo y que esto afecte a todo lo que hay en pantalla -no nos movemos a diferente ritmo que los enemigos, vamos al unísono- da de sí la improvisación de estrategias tales como acercarnos a una pared y caminar hacia adelante para que los enemigos vengan a por nosotros, en lugar de tener que salir a por ellos, o el forzarles a colocarse en línea para que con una bala podamos acabar con dos a la vez. Si bien es cierto que las posiciones de inicio de éstos son siempre las mismas, es decir, hay un script que ordena que cada extremo del mapa aparezca uno - o varios - el factor tiempo implica que no siempre tienen por qué estar mirando hacia una dirección u otra y que por tanto hay que saber en todo momento a por quién nos interesa ir primero. Es un juego que como decimos, aplica cierta mecánica de puzle, pero que no está exento también del ensayo y error: cuanto mejor conozcamos las rutinas de movimiento, más partido podemos sacar de la situación.



En la primera mitad de la campaña, el principal objetivo es ir acabando con los enemigos usando algunas de las ya citadas armas disponibles, buscando zonas seguras del mapeado para evitar que las oleadas del ejército virtual que nos persigue termine con nosotros, pero llegado cierto punto se añade otro elemento que no es tan original -se ha visto en otros juegos, vaya- pero que aquí funciona de forma magnífica: el tomar posesión de un cuerpo enemigo. No nos sirve para controlarle y disparar con él, simplemente trasladamos nuestra conciencia de un recipiente a otro y de esta forma podemos evitar recibir un impacto en un momento determinado y así salvarnos de una muerte segura. No obstante, os aseguramos algo: morir es bastante común. Y afortunadamente como ocurre con Hotline Miami entre otos juegos, el respawn es tan automático, sin tiempos de carga ni ralentizaciones de ningún tipo, que engancha y pica sólo por la inmediatez de poder volver a intentarlo.

Decíamos que su modo principal puede rondar las 2-3 horas, algo menos quizá si nos hacemos rápido con las mecánicas y tenemos suerte con los patrones de movimiento de los enemigos y la ruta de los proyectiles, pero en verdad esto es sólo el principio. Tras completar la campaña, se desbloquean los modos Endless y Challenge. El primero es un survival en el que vamos enfrentándonos a oleadas de enemigos de forma continuada, a lo largo de un buen puñado de niveles que desbloqueamos de forma progresiva. Aquí se ponen en práctica todas las herramientas ya aprendidas además de otras que obtendremos sobre la marcha, y huelga decir que engancha una barbaridad. Challenge es un modo desafío, y al igual que el anterior ofrece un buen puñado de ellos: desde acabar con todos los enemigos usando sólo un arma concreta -por ejemplo la katana- hasta hacer un speed run del juego completo. Super Hot esconde otros secretos (algunos pequeños minijuegos en su menú) pero la gracia es descubrirlos en primera persona.

Si a nivel de mecánicas es robusto y sólido, y únicamente echamos en falta alguna posibilidad de jugar contra otras personas sacando partido de sus excelentes ideas aplicadas al género (saliendo en PC no tardarán en llegar mods, así que es cuestión de tiempo), no lo es menos a nivel visual. Super Hot es sencillo: escenarios mayormente blanco, armas en color negro, enemigos rojos. Su paleta de colores limita a estos tres la mayoría de lo expuesto en pantalla, pero tanto la presentación de las cosas como su estilo artístico son dignos de elogio, amén de sus físicas, claro está: ver cómo los enemigos se desintegran al recibir un impacto, o se resquebrajan poco a poco, cristal a cristal, en distintas posiciones dependiendo de dónde les hayamos impactado; también la posibilidad de que una de nuestras balas impacte en la del rival y se anulen entre sí, o que un cuerpo se divida en dos con un tajo de la katana... es un verdadero espectáculo visual, sin necesidad de sobrecargarlo con modelos ultrarrealistas.

8.8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.