Gaming Club
Regístrate
españaESPAÑAméxicoMÉXICOusaUSA

Juegos Ocultos y Olvidados #6

Para el primer programa de este año hemos preparado tres títulos bastante desconocidos que seguramente colmarán vuestras ganas de descubrir nuevos nombres.

Motörhead

Nos ha dejado Lemmy, un rockero de leyenda que ha muerto con las botas puestas, encarnando como nadie los ideales del rock’n roll y que actuó con su grupo, Motorhead, hasta el final, siempre fiel a sí mismo y a su público. Su paso más conocido por los videojuegos es en Brutal Legend, ese sentido homenaje de Tim Schafer a sus héroes musicales. Pero bastante antes de eso, el bajista protagonizó un poco conocido título en Amiga con el nombre de su grupo y su cara en la portada.

El juego no tiene mucha historia y se nota que es un producto licenciado en el que no se han calentado demasiado la cabeza. Se trata de Beat’em up en el que Lemmy reparte puñetazos buscando rescatar a los miembros de su grupo, raptados por representantes de otros géneros musicales para impedirles tocar en directo. Para encontrarlos, deberemos recorrer escenarios como “Rap City” o “Nashville, la ciudad del Country”, cada uno con tipos diferentes de enemigos. Para darle variedad, al final de cada fase tendremos una breve secuencia de conducción, que acabará con un clon del arcade Tapper, manejando a Lemmy en un bar para tratar de beber toda la cerveza que le llega desde las barras. Gráficos simpáticos y buen acabado, entretenido de jugar, pero poco más, aunque nos sirve para rendir homenaje al As de Ases y recordar su gran frase: “nacido para perder, vivido para ganar”.

One Vs One Government

Pasamos a otra rareza de los sales recreativos, un título de baloncesto divertido y bastante desconocido que apareció exclusivamente en Japón. Se trata de un One Vs One, que desde la lejanía podría parecer un juego de lucha a lo Tekken  si no fuera por ese balón de baloncesto. El plano principal y el movimiento es 2D, con personajes poligonales, pero se usa la dimensión extra para hacer movimientos con los que zafarnos de la defensa rival.

Es un juego arcade, rápido y directo, con movimientos espectaculares y una amplia plantilla que incluye cosas tan curiosas como un hombre-mono y un niño pequeño, además de contar con un modo de dos vs dos, bastante caótico. No es el mejor juego de baloncesto del mundo, ni mucho menos, pero resulta entretenido y si puliera algunos defectos (como una IA bastante rara que le da por hacer tiros imposibles cada dos por tres), sería un juego más que notable. Además de la versión original, tuvo una versión para PSX, que igualmente se quedó en Japón.

Run Saber

Uno de los éxitos indiscutibles de finales de los 80 fue Strider, un título superlativo a todos los niveles, audiovisuales y jugables. Imaginativo, diferente y cautivador, fue uno de los juegos importantes de su época y Sega estuvo lista para conseguir los derechos de la versión arcade y trabajar directamente en una fantástica conversión para Mega-Drive. El parecido con la famosa recreativa sirvió a Sega para vender el sueño del “arcade en casa”, adelantándose a una Nintendo que todavía no había iniciado el paso a los 16 bits fuera de Japón. Al final, Super Nintendo nunca disfrutó de su propio Strider, así que la compañía Horisoft, bajo sello de Atlus, se lanzó a hacer un juego pensado para llenar ese hueco.

No era un simple crónico, tenía ideas propias, pero las similitudes eran más que palpables. La posibilidad de engancharse a paredes y techos, la forma de moverse, los saltos… cualquiera puede darse cuenta del parecido. Dicho esto, Run Saber era un producto que buscaba superar a su inspiración. Contaba con niveles más largos, ofrecía como mínimo tres jefes distintos en cada fase y algunos momentos bastante atractivos como el gran jefe a final de la primera fase, en donde montábamos sobre un avión haciendo “loops” mediate Modo 7, obligándonos a encgancharnos en su superficie y seguir respondiendo a los ataques enemigos. Definitivamente le falta algo para ser tan bueno como Strider, no era tan visualmente puntero, y la música no estaba a la altura, entre otros detalles, pero un buen esfuerzo.