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Need for Speed

Need for Speed

  • PlataformaXBOPS47PC7.5
  • GéneroConducción
  • DesarrolladorGhost Games
  • Lanzamiento05/11/2015 (XBO, PS4)17/03/2016 (PC)
  • TextoEspañol
  • VocesEspañol

Análisis de Need for Speed (2015)

Need for Speed regresa a las calles de la ciudad con un reboot repleto de elementos sólidos y un buen acabado visual, pero falto de algunos elementos para llegar a cotas más altas.

"Da igual ganar por 1 cm que por un kilometro. Ganar es ganar",
Dominic Toretto

Puede que la saga Need For Speed naciera en los 90 –ese mítico ElNino de NFS III y su velocidad de infarto-, pero fue en el nuevo siglo, cuando el boom del Tunning estalló en la cultura Mainstream con el éxito de pelis como A Todo Gas que a muchos les descubrió una cultura que otros llevaban años cultivando, y con ese mágico primer Underground cuando NFS se reinventó. Underground y la recordada Samantha nos llevaron al salvaje e ilegal mundo de las carreras nocturnas, las chicas guapas, el respeto ante todo y las canciones a todo volumen en cochazos de infarto. Pero tras algunas entregas desafortunadas que casi arruinan este mundillo –NFS Undercover o The Run no alcanzaron las cotas de brillantez de otros como el Most Wanted original-, EA respira hondo, se toma un año sabático y mira a los mejores, a ese Underground 2 y su pionero open world nocturno, a Carbono y sus clases. ¿El resultado? Este NFS, nuevo reboot de la serie pero sin perder de vista a lo que la hizo grande. Cargad el NOS, que brillen esos neones, poned el ‘Act A Fool’ de Ludacris petando y volvamos a la noche de los drags, los drifts y la poli tocanarices persiguiéndonos.

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"Vamos a pasarlo bien"

Need for Speed apuesta por ofrecer una trama envolvente. Las cinemáticas se desarrollan enteramente en primera persona, buscando la inmersión del jugador en todo momento, algo similar a lo que también hizo Activisión en su nuevo Guitar Hero. Más allá del interés que la historia pueda suscitar, no olvidemos que estamos ante un supuesto reboot de la franquicia, los personajes son arquetípicos y estereotipados: tenemos al friki que considera un arte casi "espiritual" el tuneo de tu vehículo, la mujer mecánico que sólo piensa objetivamente, el grandullón bonachón que parece caer a todo el mundo cual San Bernardo y la rubia que da un toque de sensualidad al asunto. Esto realmente no es malo del todo, la caricatura de su existencia nos recuerda en todo momento que estamos ante una obra de ficción, desenfadada y más propia del imaginario de directores como Rob Cohen (Fast and Furious, XxX).

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La gente de Ghost apuesta por el "protagonista mudo" y sin rostro, un recurso clásico, que aunque simple, cumple perfectamente su cometido: hacerte partícipe en este mundo de carreras locas. Un mundo que por otro lado resulta bastante inverosímil y se acoge perfectamente a la frase que popularizó Stevie Wonder a mediados de los 80, si bebes no conduzcas. Durante el transcurso de la historia asistiremos a fiestas, reuniones y demás menesteres sociales abarrotados de supuestos adolescentes en donde nadie absolutamente nadie estará consumiendo alcohol, eso sí, el "Monster" irá directo por vía intravenosa. Los actores por su lado resultan bastante creíbles, más allá de si su edad física se corresponde con sus prioridades en la vida.

 Ciudad Fotorrealista, Pero Vacía

Si algo destaca y brilla con luz propia en este Need For Speed, es su apartado gráfico. Ghost Games ha hecho un trabajo sensacional en este sentido, y se notan las optimizaciones del Frosbite 3, que está exprimido hasta la última gota en la ciudad de Ventura Bay. La urbe está estructurada en varios distritos de gran tamaño que, además, no poseen tiempos de carga al desplazarse entre ellos, lo que crea una sensación muy buena de estar en una enorme ciudad sin límites técnicos a la hora del desplazamiento. Ventura Bay, claro esá, tiene sin embargo las clásicas limitaciones artificiales en cuanto a barreras invisibles y ajustes para que no nos salgamos del escenario que siempre caracterizan a este tipo de juegos, pero obviando esa salvedad, las sensaciones al volante son positivas.

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Como característica especial del título en su apartado gráfico, y amén de lo bien conseguido que está el mapeado en cuanto a ambientación y efectos de iluminación, destaca sobre manera su enfoque meramente nocturno. Porque sí, podría parecer que el título puede perder de alguna manera por implementar solo el ciclo de noche, pero, nada más ponernos a volante por primera vez, quedamos maravillados por el trabajo y el cuidado que se ha tenido en la iluminación, los efectos climáticos, la ciudad, el asfalto, la inmersión sonora… Este Need For Speed logra sumergirnos de lleno en el más puro Underground de Ventura Bay, y conducir por una urbe fotorrealista es toda una delicia.

El diseño de los vehículos también está muy logrado, y hará que nos pasemos horas en el garaje investigando y personalizando nuestros coches, diseños que luego se verán muy bien reflejados sobre el asfalto debido, de nuevo, al potente motor gráfico de este Need For Speed. Sin embargo, mencionar que se sigue echando en falta una cámara interior en las opciones de visualización de los vehículos, lo cual chirría un poco a estas alturas. La vertiente arcade del título puede justificar esta decisión, pero parece más una cuestión de desidia a la hora de implementarlo que una decisión de cualquier otro tipo. Finalmente, destaca en el título la poca cantidad de vehículos que hay en las carreteras, dando como resultado, y paradójicamente, una de las ciudades más vacías que hemos visto en un NFS en cuanto a coches en carretera, y muy por debajo de, por ejemplo, el Most Wanted de 2012.

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En cuanto a su jugabilidad, NFS sigue en esa línea que apuesta por un estilo puramente arcade y apenas encontraremos cambios importantes en la experiencia. El titulo ha conseguido el equilibrio perfecto entre velocidad y derrapes, y en unas pocas carreras cogeremos con rapidez la tónica general del control y la respuesta de los vehículos, teniendo que aprender solo a jugar con el freno de mano para resolver las curvas con acierto. La experiencia, como ya ha demostrado la fórmula de la saga, es sencilla pero altamente adictiva y entretenida, siendo una de las principales señas de identidad de los Need For Speed. Sin embargo, es importante destacar que no existe forma física de pausar o reiniciar los eventos y carreras, lo cual nos ha parecido un fallo técnico muy importante, pese a que pueda justificarse con el enfoque online del título.

 

IA y Conexión permanente, Obstáculos Insalvables

Y es que si tuviéramos que quedarnos con los dos grandes fallos de este nuevo Need For Speed, esos son su Inteligencia Artificial y su Conexión Permanente, un requisito indispensable para poder disfrutar del título. En primer lugar, la IA del juego es tosca y pobre, pero a la vez injusta e irreal. Y creednos, estos son las dos formas más suaves que se nos han ocurrido para calificarla. Así, podemos estar en medio de una carrera, uno contra uno, contra la Inteligencia Artificial, sacamos del circuito a nuestro rival y este se queda congelado en el sitio sin saber cómo dar marcha atrás y continuar la carrera. Seguimos adelante, compitiendo contra nadie hasta la meta, pero justo antes de alcanzarla nuestro rival se tele transporta mágicamente a unos escasos metros detrás de nosotros, mete un acelerón brutal y gana a carrera.

Y ese es uno de los ejemplos más suaves. Habrá veces que ni siquiera podamos superar las segundas y primeras posiciones debido a la ventaja que llegan a adquirir éstas con respecto a nuestro vehículo, en lo que muchas veces da como resultado una experiencia bastante frustrante. Esto, unido a lo que os decíamos (no hay botón o manera física de pausar el juego) generará situaciones límite. Imaginaros el escenario. Vais con uno de los coches más veloces del juego y que os ha costado los créditos conseguidos en las diez últimas misiones, en una carrera de más de treinta kilómetros y los vehículos rivales os adelantan una y otra vez con coches inferiores sin que podáis evitarlo. Y eso, claro, sin tampoco poder reiniciar la misión. Son, en este sentido, errores que nos han parecido algo graves y sin explicación aparente.

Por otro lado, el ya consabido asunto de la conexión permanente es uno de los grandes puntos a tener en cuenta en el título de EA. Exigir algo así cuando el juego se puede disfrutar cien por cien en solitario nos ha parecido algo excesivo y que recuerda a las medidas más restrictivas de los juegos de PC. Además, para qué engañarnos, al final del día, y pese a su componente multijugador en cuando a las modalidades competitivas se refiere, lo único que esa conexión permanente refleja en la experiencia de juego es el cruzarnos con cinco o seis vehículos de otros jugadores mientras conducimos de una misión a otra. El multijugador es contextual, de forma que cada evento al que accedemos muestra una tabla en la que pueden apreciarse los líderes en puntuación entre nuestros amigos, lo cual no viene a ser nuevo en la saga y tan solo da cierta sensación de “pique” con nuestras listas de PSN o XBL. Por cierto, destacar también en este apartado que se han eliminado los elementos que, en este sentido, más enriquecían la experiencia de Autolog, como la puntuación de los radares de velocidad, aunque sí abundan los coleccionables y que esta vez se presentan como miradores que visitar o vehículos rivales que derrotar en desafíos especiales.

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Personalización y Tuning

Algo por lo que se caracteriza la saga Need for Speed es por ofrecer, casi en todos sus títulos, la posibilidad de modificar tu vehículo. Tanto tuning como racing se ven las manos en el reboot ofreciendo infinidad de opciones:  notaremos como la potencia de nuestro motor se ve incrementada con cada modificación, el agarre o la frenada mejorarán así como la respuesta ante las curvas, ofreciendo una sensación de progreso muy satisfactoria que irá en crecimiento a medida que desbloquemos más partes, algo que por otro lado choca con el modo online cayendo en el típico problema de todos los juegos con este modo. Tu habilidad como conductor se pondrá en duda frente aquel quien haya invertido más horas desbloqueando características con las que mejorar su vehículo. En cuanto a las opciones de modificación quizás estemos ante uno de los más completos de la saga con opciones estéticas como: tamaño y color de guardabarros, alerones, capó y retrovisores así como infinidad de apartados racing: embrague, válvulas de escape y otros.

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Sonando como un V12 rugiente

Need For Speed logra mantener unos grandes estándares de calidad. Los efectos de sonido, aunque  en su gran mayoría reciclados de la anterior entrega (Need for Speed Rivals) encajan a la perfección y en todo momento te hacen sentir el poder de tu vehículo, aunque por otro lado apenas se notan diferencias a la hora de tunear el vehículo: los neumáticos sonarán siempre igual al realizar un derrape, el tubo de escape petardeará de la misma manera al activar el óxido nitroso y el rugir del motor no ofrecerá diferencias cambiemos lo que cambiemos. Donde luce bastante este reboot es en la elección de temas musicales. Todo amante de la electrónica, trance y derivados del sintetizador encontrará aquí grandes melodías que ambientarán la perpetua nocturnidad de la ciudad y motivarán la aceleración en las carreras. Destacamos una canción en particular, 'Under Control' de GoMad! & Monster porque se trata del primer grupo español que se cuela en la BSO de un NFS.

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7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.