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Afro Samurai 2: Revenge of Kuma - Volume One

Afro Samurai 2: Revenge of Kuma - Volume One

  • PlataformaPS44XBO4PC4
  • GéneroAcción, Aventura
  • DesarrolladorRedacted Studios
  • Lanzamiento22/09/2015 (PS4, PC)09/10/2015 (XBO)
  • TextoInglés
  • VocesInglés

Afro Samurai 2: Revenge of Kuma - Volume One, Análisis

Samuráis, katanas, sangre y hip-hop son sólo algunos ingredientes de Afro Samurai 2: Revenge of Kuma, secuela del beat 'em up de la pasada generación con más flow que llega esta vez en formato descargable y episódico para PlayStation 4, Xbox One y PC. Conozcamos más sobre lo último de Redacted Studios y Versus Evil en nuestro análisis.

Actualizado a

Afro Samurai adaptaba en 2009 el peculiar manga y anime de Takashi Okazaki y Gonzo, respectivamente, en una suerte de beat 'em up para PlayStation 3 y Xbox 360 que si bien no revolucionó el género, sí lograba trasladar tan singular universo que mezclaba samuráis, hip-hop y steampunk feudal con un resultado sólo aceptable. Ahora, y tras la cesión del desarrollo original de Namco Bandai Games a Redacted Studios y Versus Evil, llega su secuela para PlayStation 4, Xbox One y PC en formato descargable y episódico, título que conserva las señas de identidad de la saga −acción, sangre, cel shading y katanas, todo ello con mucho estilo− pero que no logra adaptarse a los tiempos actuales debido a una serie de contratiempos que lastran totalmente la experiencia a sus mandos. Veamos si Afro Samurai 2: Revenge of Kuma - Volume One logra convencer a sus fans en nuestro análisis.

¿Combos a lo afro?
Los que jugaron a la primera entrega en la pasada generación quizás se sientan contrariados al descubrir que en Afro Samurai 2 no controlamos a Afro; y es que en esta ocasión tomamos el rol de Kuma, tal y como el propio título del juego nos sugiere. Kuma, antiguo compañero de la infancia de Afro en la escuela de samuráis, se embarca en una orgía de sangre y vísceras con el objetivo de vengarse de su antiguo amigo, al que culpa de la muerte de sus seres queridos. El título recoge ciertos elementos de la obra original para contarnos un nuevo arco argumental, único elemento de interés para los fans de la saga. Así, tras precipitarse por un precipicio, los Siete Vacíos recuperan el cuerpo de Kuma y lo reconstruyen como si de un perturbador rompecabezas se tratara, juntando partes de su cuerpo y añadiendo otras para hacer de él una especie de cyborg asesino con sed de venganza.

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Ataviado con sus dos katanas y una cabeza de oso de peluche de considerables dimensiones, Kuma emprende un viaje hacia la locura con el objetivo de acabar con cualquier incauto que se cruce en su camino. A partir de aquí y desde el primer momento a los mandos de Revenge of Kuma, experimentaremos todo tipo de sensaciones, en su mayoría negativas. Lo primero que nos golpeará con fuerza será su descuidada puesta en escena, tanto en el apartado audiovisual como en el plano técnico. Desarrollado bajo el motor gráfico Unity 5, Afro Samurai 2 decepciona totalmente en este sentido, quizás el peor parado junto a su jugabilidad, pero ya habrá tiempo para profundizar en lo segundo. Con todo, que no os extrañe sentiros ante una remasterización en alta definición de la generación pasada, sí, en un título planteado para consolas de nueva generación y PC.

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Modelados tan básicos como descuidados impropios del momento actual, texturas −en su mayoría− a baja resolución que en pantallas de gran diagonal resultan todavía más escandalosas, escenarios vacíos sin ningún atractivo, un uso del cel shading que trata de ocultar éstas y otras deficiencias gráficas... A todo ello debemos sumar una serie de bugs y bajadas de framerate que no sólo dan mala imagen; incluso llegan a condicionar la jugabilidad en irritantes enfrentamientos −si morimos debemos empezar de nuevo insufribles oleadas de enemigos− y quick time events muy mal calibrados. Además, las animaciones no están al nivel, con movimientos forzados y robóticos. Tanto es así que en movimiento incluso resulta más atractiva la primera entrega; sólo podemos elogiar el tratamiento que reciben los protagonistas a nivel de detalle y un diseño artístico, por lo general, que respeta la esencia de la obra que adapta.

En este sentido se nos narrará una historia mediante diferentes técnicas, siendo la presencia de viñetas al más puro estilo manga la más acertada; así, los diferentes artes e ilustraciones están a buen nivel, aunque los constantes monólogos −que no diálogos− de una narrativa cuanto menos soporífera rompe el ya escaso ritmo de juego general. No exageramos si decimos que de las casi tres horas que nos ha llevado completar este primer capítulo, la mitad corresponden a escenas animadas y eternas descripciones a cámara lenta, todo en perfecto inglés sin opción a contar con subtítulos de ningún tipo; los textos de los diferentes menús vienen también en la lengua de Shakespeare, todo hay que decirlo, con un diseño poco inspirado y anticuado. Y por si no fuera suficiente, las diferentes voces presentan una calibración desigual a lo largo de toda la aventura, con lo que deberemos subir y bajar el volumen para tratar de entender lo más mínimo, con la molestia que ello conlleva.

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Si logramos soportar todas estas particularidades de una saga venida a menos con esta desafortunada secuela, aún debemos afrontar su parte más negativa, parte esencial de todo videojuego que se precie: la jugabilidad. Y en este caso se mantiene bajo mínimos, con una propuesta de juego y unas mecánicas que parecen sacadas de los peores exponentes del género de hace una década; o incluso más. Muchos pueden justificar su sencillez a su desenfadada personalidad o a una propuesta accesible para todas las edades. Esta premisa queda totalmente descartada si tenemos en cuenta el elevado nivel de violencia y de escenas crudas, salpicado todo ello por litros y litros de sangre, desmembramientos y un lenguaje decididamente ofensivo, elementos inherentes al manga y anime originales. Y es que a pesar de presentarse como un beat 'em up clásico, las sensaciones al pad no pueden ser más nefastas.

Precisión nula, saltos descontrolados, combos ridículos que invitan a machacar el botón de ataque sin sentido alguno y una cámara fija que nunca nos proporcionará la mejor perspectiva. Por suerte, el nivel de dificultad no es muy elevado y pereceremos en pocas ocasiones; de no ser así, el título sería totalmente injugable. Como decimos, cuenta con una jugabilidad muy básica, con un botón de ataque, otro de defensa, opción a defendernos y a realizar un movimiento final si encadenamos suficientes golpes a modo de combo. Gracias a un selector de estilos de lucha, podremos cambiar entre tres modalidades poco variadas entre sí a excepción del modo rage o los susodichos golpes finales. Según el tipo de enemigos que tengamos que afrontar −de nula variedad, por cierto− tendremos que recurrir a un estilo u otro, poco más en este sentido. Por último, podremos completar el árbol de habilidades de cada modalidad sin esfuerzo alguno, ya que obtendremos puntos de skill en todo momento; curiosamente, la última técnica se podrá desbloquear en el siguiente capítulo.

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Una de las pocas bondades de Afro Samurai 2 llega con una banda sonora a cargo, otra vez, del rapero RZA, que ya creó los temas para la primera entrega y el anime. Eso sí, los temas son poco variados y a menos que seamos seguidores de este estilo, rápidamente acabaremos aborreciendo las mismas notas una y otra vez. Eso sí, el extra-bass de los diferentes ritmos añaden ese toque moderno y underground que tan bien le sienta a la serie.

4

Mediocre

Podía ser pero no ha sido y tras pasar unos breves minutos con él quedará archivado en la estantería para no jugarlo nunca más. No lo compres, no digas que no te lo advertimos.