Disgaea 5: Alliance of Vengeance
- PlataformaPS48.3
- GéneroRPG, Estrategia
- DesarrolladorNippon Ichi Software (NIS)
- Lanzamiento09/10/2015
- TextoInglés
- VocesInglés, Japonés
Disgaea 5: Alliance of Vengeance, Análisis
El Inframundo más divertido está de vuelta con Disgaea 5, un Japan RPG que se deja de dramas para ofrecernos una historia llena de monstruos, demonios y cosas raras como almas convertidas en pingüinos, pero igual de delirante y divertida que lo que la saga nos tiene acostumbrados.
“DOOOOOD!!!”
Aunque el año pasado pudimos viajar al Netherworld en PS Vita con una edición brillante del descacharrante Disgaea 4, lo cierto es que llevamos desde 2013 y la secuela Disgaea D2 sin poder visitar el inframundo en la sobremesa. Y sobre todo, sin poder verlo en la generación actual ya asentada. Pero todo esto cambia con Disgaea 5: Alliance of Vengeance, que viene directo a PlayStation 4 para que veamos lo bien que le ha sentado el cambio de sistema en esta historia de venganza y rebeldía contra un tirano de demonios que encantará a los fans de la serie y a los que echen de menos un sistema de combate tan estratégico como lleno de posibilidades.
Para los no iniciados en la saga estrella de Nippon Ichi, la serie Disgaea versa sobre demonios, reyes del inframundo y todo tipo de criaturas, aunque siempre bajo un prisma doble de estética desenfadada y ultra-colorista, y humor constante en sus diálogos. Dicho de otra forma, aunque hablemos de criaturas del averno e historias de tiranos subyugantes y héroes , estas no pueden ser más divertidas, con los llamados Prinnies a la cabeza (almas condenadas que van al Infierno reconvertidas en pingüinos azules que siempre dicen 'DoooD' al final de una frase). Pero esta vez el estudio ha querido bajar un peldaño con respeto al humor y al cachondeo con el que se tomó la historia del vampiro Valvatorez en Disgaea 4, y aunque la trama de esta sexta entrega de sobremesa (no olvidemos el mencionado D2) sigue siendo pródiga en momentos de risas, la trama de la venganza nos dan a Killia, un protagonista más oscuro, menos conseguido que Valvatorez de D4, pero efectivo para la historia y que junto a Seraphina, una especie de demonio del amor que nos llenará de mensajitos de cariño extremo, se embarca en la tarea de derrocar al Void Dark, un poderoso señor del Inframundo que inicia la mayor guerra vista en el Netherworld, provocando que el resto de reinos se levanten en su contra.
Esto se traduce en una misión dantesca –podemos hablar de unas 30 horas mínimo- en la que la trama se va construyendo gradualmente –los nuevos en la serie advertirles que hay que echarle paciencia al inicio con los tutoriales-, aunque llega a perder fuerza pasado su ecuador, ya que no la hemos encontrado tan bien escrita como otras de la saga y estirándose demasiado para llegar a su climax, aunque por suerte los personajes secundarios son más atractivos que Killia y la cargante en ocasiones Seraphina –por más que el guión del juego busque hacerlos más ‘humanos’ conforme más sabemos de ellos. Pero por suerte, si no algo no falta son cosas que hacer en este juego. Y aquí Disgaea 5 las demuestra en el escenario que sirve como hub central, un espacio propiedad de la princesa demonio que sirve no sólo para acceder a las usuales tiendas de items o a las misiones de la Campaña principal, sino a muchas otras que los fans de la serie conocen bien. Eso sí, la idea central de la venganza está muy bien aplicada en la escritura de personajes y motivaciones, ya que todos los que vayamos a reclutar han sufrido a manos del Void Dark, y todos quieren vengarse, aunque al estilo Nippon Ichi de diálogos y acciones delirantes
Y es que la idea detrás de Disgaea no es precisamente centrarse tanto su trama como su jugabilidad, que se resume en 'grindear', levelear, subir de nivel como locos, combatir y combatir, preparar a nuestro grupo y combatir en su mezcla de RPG y estrategia. Como en otros RPGs, es posible subir a dos-tres personajes a niveles considerables haciendo todo lo que el Netherworld nos ofrece hasta que estemos tan ‘petados’ que el modo Historia sea un paseo –aunque os advertimos de que tiene algunos picos de dificultad considerables repentinos. Pero Disgaea va más de la estrategia y la colaboración en grupo que de pasarse la Campaña de un tirón, y es recomendado que practiquemos combos, alianzas entre personajes y disfrutemos de todo lo que nos ofrece en su sistema de combate, del que hablaremos más tarde.
“Welcome to my lovely world, Sir Killian!”
Como decimos, Disgaea siempre ha sido más que solo una Campaña. Y desde sus primeros minutos nos hacemos una idea de la extensión con su hub central. Tenemos una sala de estrategia en la que planear antes de combatir, una sala de entrenamiento para cogerle el truco a las nuevas habilidades, un panel con todo tipo de misiones extra que nos recompensan por cumplir objetivos, la Asamblea Oscura –el senado de Disgaea 4 remodelado-, la opción de capturar, interrogar y enviar a los enemigos a una sala de tortura que nos redunde en recompensas, y el remodelado Item World en el que perdernos y perdernos durante horas subiendo de nivel y desbloqueando los objetos más raros y poderosos del Netherworld, mejorando los que tenemos. De hecho tienen que transcurrir varios episodios para que nos dejen acceder a una mazmorra que no se termina nunca, con plantas y mapas generados de forma aleatoria y objetivos cambiantes. Ideal si nos atascamos en la campaña y necesitamos volvernos más poderosos, pero también un sitios de esos que a los fans de ‘levelear’ les puede tener atrapados mucho tiempo aparte de la Historia en sí. Y de forma similar, el Chara World nos permite hacer lo mismo pero con los personajes en sí.
A la hora de reclutar personajes para nuestro grupo –tenemos más de 100 disponibles-, estos irán apareciendo según vayamos cumpliendo misiones, conociéndolos en los distintos mundos y ayudándoles/derrotándoles, con la novedad de que esta vez su pago es en monedas y no en Maná, por lo que podemos desarrollarlos con más rapidez. Esta variedad de personajes, clases y diferentes estilos se traduce en una de las novedades de Disgaea 5, su sistema de equipos o Squads, que nos permite dividir a todo el reparto en diferentes grupos según su especialización y brinda diferentes habilidades y bonuses a cada uno, como capturar enemigos, poder interrogarlos, o subir de nivel el grupo entero con sólo un miembro combatiendo. El grado de libertad es tal que podemos reclutar a un guerrero ya avanzado, letal en el combate cuerpo a cuerpo, y transformarlo de tal forma que cambiamos sus habilidades volviéndolo un experto en el ataque a larga distancia, pero débil en cuanto a pegar de forma cercana.
Vamos con el apartado central: Su sistema de combate. Como en toda serie con personalidad propia, los fans no quieren cambios radicales, por lo que Nippon Ichi ha mantenido las mismas bases de los Disgaea, implementando las distintas novedades que cada entrega ha brindado. Pero ello no es óbice para que esta entrega tenga novedades con respecto a los antecesores, aunque podemos seguir construyendo escaleras humanas con nuestro grupo –hacer que se suban uno a los hombros de otro para llegar a sitios complicados o aumentar la fuerza del golpe-, y sacrificar a un pobre Prinnie por el bien del equipo matando al enemigo con su inmolación forzosa. Básicamente entramos en combate con un grupo de varios personajes, los colocamos en el tablero de batalla, les damos órdenes y finalizamos el turno. Pero en Disgaea el grupo lo es todo, y las ventajas que se tienen con el sistema de alianzas, de afinidades entre personajes, de equipación con la clase de armas en que son más diestros –vuelve el Dual Magichance de D4 y el Weapon Mastery de Disgaea D2-, reportan más beneficios que pelear uno contra uno en plan lobos solitarios. Juntar a Killia y su enamorada Seraphina frente a un rival supone golpear con más fuerza por el combo doble que hemos conseguido. Y si logramos colocar al grupo entero, imaginad el golpe tan devastador que sueltan. El humor sigue presente, sobre todo con cosas como hacer un counter al counter que el rival nos ha dado al golpearlo en primera instancia, y así hasta hacer un counter del counter de un counter incluso.
Lo bueno de este sistema de combate es que apela tanto a los fans de la saga, que se encontrarán como en casa, como a los más neófitos en esto de los SRPG, que también tienen aquí un juego que les va enseñando las bases estratégicas paso a paso –aunque eso sí, bastante complejo. La mayor novedad que encontramos es la mecánica de Venganza, implementada por el propio argumento y la motivación de los personajes, que nos otorga críticos, hechizos rebajados en su invocación a coste 0 de puntos de magia y nuevos golpes en los personajes Overlord como consecuencia de haber rellenado un medidor en base a los golpes recibidos y los compañeros/aliados que han caído en batalla. Pero cuidado, porque el enemigo también tiene el mismo indicador Revenge y lo usa en su favor como nosotros. Para añadir más salsa a los combate tenemos las Evilities, habilidades para cada personaje –por ejemplo en el caso de Seraphina es hacer más daño a los personajes masculinos-; y la mecánica del Geo System, que da ventaja según el color de la zona en que tengamos al personaje en cuestión.
En el aspecto visual, Disgaea 5 vuelve a ser uno de esos juegos que por su estilo y colorido entran por los ojos. Se nota el salto a la nueva generación, ya que de 10 unidades en pantalla pasamos a 100 y por lo tanto a los combates más multitudinarios de toda la serie, pero el estilo artístico de mantiene fiel a los canones que Hour of Darkness estableció en PS2, por tanto no esperéis un festival de fotorrealismo, aunque sí muchos efectos de luz con los golpes especiales y animaciones delirantes y divertidas. El apartado artístico de Takehito Harada sigue siendo espectacular, pero Nippon Ichi no aprovecha para darle más detalles a sus personajes, que parecen iguales a los de los Disgaea de PS3. La BSO es una delicia en su constante variedad de estilos, pasando de Openings grandiosos con toques de órgano de iglesia a temas de blues sureños, un poco de J-Pop extremadamente azucarado para el Hub de Seraphina –es lo que le pega- o cortes de batalla a medio camino entre un grupo de Gothic Metal y el Danny Elfman con coros de los films de Tim Burton. Para los puristas que no les guste un Japan RPG en inglés tienen disponible la banda de diálogos en su versión original japonesa. Pero eso sí, una vez más, todo el texto en pantalla viene en la lengua de Shakespeare y no en la nuestra de Cervantes.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.