Rare Replay
Rare Replay
Rare vive y quiere volver por la puerta grande. El primer paso es un recopilatorio de 30 juegos que repasan la prolífica y mágica historia de la compañía creadora de juegos como Conker, Knight Lore, Banjo o Perfect Dark. 30 títulos por 30 euros.
Muchas veces los usuarios y la prensa se han preguntado “qué está haciendo Rare”. Una compañía que ha maravillado al mundo durante años y que poco a poco se ha ido diluyendo, sobre todo, desde la pasada generación de consolas. Destacados lanzamientos en los años ochenta, una alianza muy poderosa con Nintendo en los 16 bits y un ritmo de juegos excelentes en la época de Nintendo 64. Cuando pasó a manos de Microsoft, Rare todavía tuvo cuerda para sacar algunos juegos destacados en la primera consola de la compañía de Redmond y tener un papel importante en la line-up de Xbox 360. Pero poco a poco se alejó de esa desarrolladora de juegos especiales, con un toque de humor siempre presente y su buen hacer en géneros como la aventura y los plataformas. Tras coqueteos con Kinect y rumores diversos, Rare vuelve. Lo hace con Sea of Thieves, una nueva IP que desprende aroma a Rare por los cuatro costados, y con este Rare Replay. 30 años, 30 juegos. A 30 euros. Por todo lo que ofrece este recopilatorio se la ha echado tanto de menos.
El producto en sí llama la atención. El precio significa que los juegos salen a un euro por cabeza, y aunque es cierto que no todo lo que tiene esta compilación es brillante e imprescindible, sí que es un perfecto hilo conductor que repasa la trayectoria de la compañía. Seguramente alguno de los juegos no interesan a algunos usuarios, de la misma manera que poder recuperar joyas como Conker o Banjo tendrían un precio superior a un euro en caso de venderse por separado. Por desgracia, y esto ya sabemos que no es culpa de Rare, en este repaso a 30 años de magia pura en formato videojuego faltan algunos. Y no son poca cosa. Nombres como Donkey Kong o Goldeneye son obras maestras de la Rare de antaño, pero por temas de licencias y propiedades (Donkey es de Nintendo, James Bond está en manos de Activision) faltan piezas importantes en la prolífica historia de la compañía.
El formato de la compilación es el siguiente. Una base con la gran mayoría de juegos de la compilación (principalmente todos desde los años ochenta hasta el 2000) y aparte los juegos que salieron en Xbox 360 y que se reproducen 1:1 en Xbox One (incluida alguna caída de framerate si estaba en el original de turno). En esta compilación ha tenido mucho que ver la nueva característica de la consola que pretende hacer retrocompatibles los juegos de 360. De esta manera tenemos juegos exclusivos como Kameo, Banjo Caches y Cachivaches, los dos Viva Piñata o Perfect Dark Zero, a los que se suman las versiones HD de tres joyas del catálogo de Rare como Banjo Kazooie, Banjo Tooie y el primer Perfect Dark.
Los títulos de 360 se pueden arrancar desde el recopilatorio o de manera individual desde el menú de Xbox One. Una vez arrancan, se sincroniza la consola con los datos que tengamos de nuestra 360 y pasamos al menú de la antigua consola de Microsoft. Tienen sus propios logros heredados de las versiones originales (una lástima porque se podrían haber replanteado logros como los de Banjo, que solo tiene 200, o los de Perfect Dark Zero, que a día de hoy se podrían plantear de una manera más atractiva) y todo funciona como vimos en su plataforma de origen. Dejando pulsado el botón menú podemos volver a Rare Replay, por lo que no tenemos que salir y arrancar de nuevo el recopilatorio.
Durante las sesiones realizadas con los juegos de 360 la sensación es exactamente la misma que la de sus versiones de hace algunos años, por lo que la experiencia para quienes ya lo compraran en su momento será exactamente la misma. Esto, a nivel de rendimiento, es una buena noticia porque en el caso de las versiones HD de titulos de Nintendo 64 se sabe ya que van perfectamente. Pero no es oro todo lo que reluce, y mientras juegos como los Banjo están traducidos al castellano, no sucede lo mismo con los Perfect Dark, que están en inglés, incluso Zero que en su versión retail nos llegó totalmente traducido. En Viva Piñata el tono de voz era en español de sudamérica.
Pero hay otros clásicos en el que la respuesta del control hace que la experiencia se resienta. Es algo que se nota mucho más en nombres como Sabre Wulf, donde el personaje tiene un recorrido (esas diagonales) que a veces es difícil de controlar, o en Underwurlde, juego que nos puede desesperar rápidamente por saltos incontrolables y una física que puede frustrar. Títulos de calidad contrastada, pero que el tacto con el mando a veces no será tan preciso como nos gustaría. En general, con sus limitaciones de la época, los juegos tienen su miga. Gunfright, Digger T Rock o los títulos de conducción como los dos RC Pro AM, Cobra Triangle (y sus disparos) y el simple pero adictivo Slalom funcionan bien, teniendo en cuenta los más de veinte años que han pasado desde su salida.
Esta propuesta también se amplía con playlists de instantáneas donde tenemos tres vidas para superar cinco minijuegos seguidos de distintos juegos. Playlist de resistencia donde tenemos que aguantar hordas en varios juegos, de velocidad donde tenemos que ser los más rápidos en cada juego, etc. Se echa en falta alguna playlist más, sobre todo porque la propuesta es desafiante y nos atrapará durante largas sesiones y la idea es para desarrollarla con calma. Además, tanto las instantáneas como las playlists se limitan a los juegos hasta Battletoads Arcade. Seguramente era muy complicado introducir esta idea con los juegos de 360 (que arrancan por su lado aparte de la Replay), pero añadir desafíos a juegos de la época Nintendo 64 como Conker, Jet Force Gemini, Blast Corps o Killer Instinct era perfectamente posible y hubiera sido la guinda a una modalidad con mucho potencial.
De las entregas de Nintendo 64 destacan casi todos menos Killer Instinct Gold. El título tuvo su tirón en su momento dentro del género de la lucha pero lo cierto es que el tiempo todavía le pesa más a esta entrega, que palidece ante otros juegos de lucha de la época que han vuelto en formato descargable con unas bases y mecánicas mucho más perdudaderas en el tiempo. La decisión de incluir esta entrega es algo discutible por dos motivos. El primero, porque nos quedamos sin el primer Killer Instinct de Super Nintendo, mucho más clásico y atractivo. El segundo, que la versión porteada es peor que el Killer Instinct 2 Classic que llegó con la versión Ultra de la temporada 2 de la saga de lucha y que contaba, por ejemplo, con la posibilidad de jugar combates online vía Xbox Live.
Pero el papel algo secundario al que se ha relegado Killer Instinct en este Rare Replay se compensa con tres titulazos de Nintendo 64 que vuelven a la carga. Por un lado tenemos Blast Corps, al que muchos -entre el que me incluyo- tenemos un cariño especial por su naturaleza tan arcade como divertida. Era como volver a la Rare de los ochenta pero con las posibilidades de Nintendo 64: inmediatez en su fórmula. Destrucción de todo tipo de elementos con varios vehículos, limpiando caminos para triunfar en las misiones, con multijugador intenso… el juego funciona fluido y bien, y aunque lo que nos impresionaba visualmente ha pasado a un segundo plano, la jugabilidad se mantiene intacta. Junto a él está Jet Force Gemini, acción y exploración que siempre quedó en un segundo escalón por debajo de nombres como Banjo o Conker pero que muchos descubrirán con este recopilatorio. Seguramente algo repetitivo a la larga en propuesta, pero esto es algo que no empaña una propuesta notable que en la Rare Replay la respuesta en el control es buena, sin fisuras.
Dejamos para el final a Conker, un juego muy especial. Un título que parecía un nuevo Mario 64 o un nuevo Banjo, y que acabó siendo una cosa totalmente distinta. Una ardilla borracha, mal hablada, violenta y que está en medio de un mundo de personajes tan extremos y surrealistas como el propio Conker. Calificado para mayores de 18 años, sin llegar a España por este motivo y con polémicas con Nintendo (no quiso distribuirlo en Europa) le dieron un aura especial a un juego que además de divertido, transgresor y paródico, era muy bueno. Una aventura excelente que cogía referencias cinéfilas de la época y conseguía ofrecer una gran variedad de situaciones con Conker de protagonista, capaz de recrear al Soldado Ryan o a Neo en Matrix. La versión es la original de Nintendo 64, por lo que no existe censura alguna en todo lo que dicen o hacen los personajes. Si eliges este juego, estarás horas antes de probar otros porque el carisma del personaje, los hilarantes diálogos y el humor hasta las últimas consecuencias te atrapa totalmente. Eso sí, cuenta con algún bajón puntual que no hemos visto en otros juegos de la misma consola de origen.Por el camino, además, nos hemos perdido el remake de Xbox.
Un juego que censuraba algunas situaciones del original (este es el motivo por el que no se ha añadido) pero que a cambio aportaba un apartado visual que hoy todavía hubiera sido muy bonito de ver y un multijugador replanteado que tenía elementos interesantes, además de estar subtitulado al castellano a diferencia de la entrega de Nintendo 64. Probablemente tener la opción de jugar a uno u otro hubiera sido la mejor decisión, teniendo en cuenta que Reloaded fue probablemente lo mejor que hizo Rare en Xbox (con permiso del único representant del recopilatorio, Grabbed by the Ghoulies).
Esto y la presentación y navegación en el recopilatorio hacen que tenga un gran empaque. Navegar por los menús es sencillo, tenemos a mano una ficha con los cuatro datos básicos de cada juego, con un solo botón podemos salir de los títulos y volver al menú, vemos los hitos pendientes para superar en cada juego, algo que aporta rejugabilidad, y en general se ha cuidado la presentación: tenemos marcos que compensan y mantienen la resolución original de los títulos (son marcos personalizados para cada juego), los títulos más veteranos -menos N64 hacia delante- permiten añadir un filtro CRT como si jugáramos en una tele de tubo y se han añadido otros atajos para los que se frustren con los juegos: poder rebobinar cuando fallamos en algún momento y en ciertos juegos, grabar cuando queramos tipo emulador.
A nivel de rendimiento, todo lo que hemos visto ha sido bueno. Es cierto que en algunos juegos de la época Spectrum hemos visto ciertos “cruces de colores” que afean el resultado final (sucedía en los originales) y que durante nuestras sesiones en las instantáneas y playlists sufrimos un par de cuelgues que nos echaba directamente del juego, teniendo que arrancarlo de nuevo (eso sí, nunca durante una partida sino en el menú). Otro elemento que se indicaba es que los logros de los juegos de 360 se trasladaban a Rare Replay, pero al menos en el caso de Perfect Dark Zero a nosotros no nos ha sucedido. Detalles menores que están presentes sin ser algo frecuente.
Excelente
Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.