Galería: los diez momentos terroríficos de Silent Hill

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El inicio de todo

¿Cheryl, dónde puedes estar? El prólogo de Silent Hill es algo que nos ha quedado a todos grabado en la memoria. Ese inicio en medio de una calle en la que no se ve absolutamente nada, simplemente se oyen pasos mientras intentamos cruzar una ciudad llena niebla. A lo lejos vemos una silueta que parece ser Cheryl mientras se escapa. El desarrollo de estos primeros minutos, viendo como se va oscureciendo todo y cada vez estamos más perdido es algo que ha quedado para siempre en la retina de los jugadores de la saga Silent Hill. Era el inicio de una de las mejores franquicias del género de terror que recordamos. Nuestros primeros passo en una zona totalmente oscura, el sonido tétrico, esa silla de ruedas rota, un poco de sangre en una cama y una banda sonora que nos indicaba que estábamos en el peor lugar posible. Hasta llegar a los primeros enemigos.

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Un susto de muerte

Siguiendo con el primer Silent Hill, uno de esos momentazos que nadie puede olvidar como pasa por ejemplo como la primera vez que un zombi se levanta en Resident Evil Remake es el de la zona de taquillas. A pesar de ser un juego de Playstation, lo cierto es que el título de Konami sabía jugar perfectamente con la ambientación y una banda sonora magistral para meternos de lleno en un mundo de pesadilla. Y dentro de ese mundo es inolvidable ese momento de la taquilla, que va sonando y se va moviendo. Cuando la vemos todo ensangrentada, solo podemos esperar lo peor una vez abierta. Pero el verdadero susto llega poco después. Y de estos tipos de momentos los hay de todos colores en Silent Hill, pero nos quedamos con este por ser de los primeros que nos encontramos en la saga.

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Un enemigo inolvidable

Uno de los enemigos más icónicos que nos hemos encontrado en la saga Silent Hill es sin duda Pyramid Head, un personaje grotesco que apenas sabemos como podemos acabar con él, ya que los disparos que realizamos parece que encajen siempre en la zona metálica. El arma de enormes dimensiones que va arrastrando y su paso lento pero constante lo convierten en una de las peores pesadillas de Silent Hill. La primera vez que lo pudimos ver fue en Silent Hill 2, en una pequeña escena en la que se levanta en una zona totalmente cerrada donde vamos dando golpes mientras impedimos que nos de con su impresionante cuchilla, espada, decidle como queráis. Dar vueltas por esa habitación pequeña y oscura no fue nada fácil cuando apenas teníamos información de lo que se nos venía encima.

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Ponte guapa

Uno de los grandes momentos de la tercera entrega de la saga se encuentra en la habitación del espejo gigante en Silent Hill 3. Es eun momento desagradable en el que no sabemos qué está sucediendo a nuestro alrededor. Estamos ante un espejo gigante y vemos un reflejo que no es el nuestro real y que se va degradando poco a poco. La sangre va llenando el suelo en el que estamos, la oscuridad empieza a hacerse evidente y la música sube algunas notas. Ahí sabemos que estamos a punto de morir sin más y sin entender qué sucede en esa habitación del pánico. Uno de los momentos más imponentes sin duda de esta tercera parte por la puesta en escena y lo desagradable de lo que vemos en pantalla.

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Mansión de pesadilla

Silent Hill 3 tiene en uno de sus niveles más icónicos parte de su éxito. La Borely Haunted Mansion a la que entramos. Una voz desde megafonía nos da la bienvenida mientras nos va hablando y dejando un mal cuerpo evidente. La mansión es como un museo del terror decrépito en el que la sangre y lo grotesco se funden perfectamente. Lo peor seguramente es escuchar como el loco del megáfono nos va interpelando mientras deja a las claras que no llega allí no es la mejor de las ideas. La oscuridad, el sonido de las puertas, relámpagos que nos asustan  y el tramo final en el que la banda sonora aporta su grano de arena mientras intentamos escapar de esa locura son parte del “encanto” de una de las zonas más terroríficas de la franquicia.

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Un lugar confuso

Después de una introducción que deja a las claras que Silent Hill 4 quiere mantener el nivel de tensión de las entregas anteriores, empezamos en un apartamento en el que todo lo que se ve es tremendamente desagradable. Es un momento distinto ya que nos movemos en primera persona y vamos viendo objetos manchados de sangre, que también está por las paredes. Intentamos descubrir qué es esa habitación. Son momentos de tensión y desconcierto que van in crescendo con esa llamada telefónica o el momento en el que miramos por la mirilla de la puerta y bueno… los que lo hayáis jugado ya sabéis a qué nos referimos. Algunos otros elementos, como un cuadro en el que parece que esté Pyramid Head o la sombra del niño en el armario hacen que el inicio de la cuarta entrega numerada de la saga no pueda ser más esperanzador.

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El inframundo

Hay muchos momentos en Silent Hill 4 que merecen ser recordados, sobre todo porque algunos de ellos son sorprendentes y otros son terribles: no tenemos nunca la sensación de estar a salvo en ningún lugar de los escenarios que vamos visitando. Uno de los momentazos más desagradables y sorprendentes que todo el mundo recordará si ha pasado por allí es el de la cabeza gigante. Estamos en un pasillo repleto de sillas de rueda que se van moviendo a su antojo hasta que entramos en una de las puertas que están disponibles y nos encontramos algo tremendamente desagradable: una cabeza gigante y con elementos como esos ojos que no saben donde miran que acaban dando un punto surrealista a nuestro avance por esta entrega de la saga de Konami.

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Rabia e impotencia

En una de las últimas entregas de la saga vemos un momento turbio y horrible como pocos. No es muy habitual ver a niños morir en videojuegos o en el cine, y en este caso no tuvieron ningún reparo en hacerlo. Estamos al otro lado de una puerta intentando avisar al niño hsta que vemos como cierto personaje se acerca al niño que va jugando en el suelo. Es un momento muy bien conseguido porque vemos la desesperación del protagonista, incapaz de abrir la puerta mientras grita desesperado para que detenga ese asesinato. Naturalmente no se detiene mientras nos van avisando de un mensaje sobre nuestro destino que no nos gusta nada. Una vez muerto, la puerta se abre para desespero de nuestro protagonista, que llora la muerte de Charlie sin haber podido hacer nada por evitarlo.

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El mal interior

Para Meristation este es uno de los mejores finales que hemos visto en el mundo de los videojuegos. Sí que es cierto que Silent Hill 2 tenía finales de todo tipo, algunos hilarantes como el del perro, pero el final más perturbador de todos era sin lugar a dudas el que conocíamos toda la verdad sobre James Sunderland  y esposa, personaje que hemos intentado recuperar durante toda la aventura. La revelación de lo que sucede realmente, la catarsis personal de James y la sensación de que estábamos persiguiendo una sombra, la nuestra, lo convierten en uno de los momentos inolvidables de la saga Silent Hill y en probablemente el mejor final que se ha visto de todos los que han ido llegando en diversas entregas. Para muchos, el mejor juego de la franquicia entre otras cosas, por esto.

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Lo que nunca veremos

PT, siglas que responden a Playable Teaser, fue una de las grandes historias del pasado E3. Una manera de vender la llegada de un nuevo videojuego que no esperábamos. Una demo jugable en un pasillo que a base de puzles rebuscados podíamos acabar solucionando para conocer qué había detrás de esa demo de terror: Un nuevo Silent Hill con Guillermo del Toro y Hideo Kojima a los mandos del proyecto. Por desgracia, la propuesta ha quedado cancelada tras el divorcio entre el genio japonés y Konami, y nos quedaremos sin ver de lo que eran capaces todos ellos. En PT no podemos olvidarnos de muchos momentazos, como por ejemplo la primera vez que aparece la figura fantasmal en el pasillo y literalmente se nos ponen los pelos como escarpias. O lo que sucede cuando por fin conseguimos entrar en el lavabo de esa sala. Una pequeña joya que se ha retirado ya de la Store y que nos dejó grandes momentos.