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No es fútbol, son videojuegos
League of Legends abarrota el Palacio de Vistalegre de Madrid con la LCS. Síguela en directo en vídeo Las estrellas de los e-sports
La inocente curiosidad de un anciano de setenta años es tan sincera como las preguntas indiscretas de un niño. "¿Quién canta hoy aquí?", pregunta a un grupo de jóvenes que no superan los quince años. "Venimos a ver partidas de videojuegos", responden. El señor, sorprendido, retoma su camino echando la vista atrás con algo de desconfianza en un alarde de naturalidad. Es normal. Está descubriendo cómo la antaño plaza de toros de Vistalegre, con capacidad para 14.000 personas, es asediada por chicos y chicas de una generación que no comprende vestidos con gorros verdes y que pronuncian palabras que suenan a otras lenguas para ver a equipos de jugadores de videojuegos competir.
Como a otros muchos de su generación, que miles de personas se reúnan para ver jugar a un videojuego en un estadio resulta extraño, pero así son los deportes electrónicos que ya han llegado a España de la mejor manera posible, de la mano del videojuego League of Legends (LOL) y de las finales de su Championship Series (LCS), un evento itinerante que ya ha recorrido escenarios deportivos de Seúl (World Cup Stadium), Londres (Wembley Arena) o Los Ángeles (Staples Center) a lo largo de sus cinco temporadas. No son once contra once sobre el campo, pero comparten escenarios. Los mejores equipos profesionales de League of Legends venidos de todo el mundo se enfrentan este fin de semana en Madrid.
Sábado y domingo son los días elegidos por Riot Games, diseñadores de este popular videojuego, para llevar el Palacio de Vista Alegre de aficionados a este espectáculo donde dos equipos formados por cinco jugadores cada uno luchan por destrozar la base del rival es un escenario simétrico. Cada jugador controla estratégicamente un héroe que baila al son de las estrategias preparadas con antelación en duras sesiones de entrenamiento. Son jugadores profesionales, por lo que trabajan su jornada laboral para mejorar en la competición. Los entrenamientos son duros y requieren sacrificios: desde viajes al extranjero para competir hasta ajustar la formación académica a la vida de la alta competición.
Dedicarse profesionalmente a los deportes electrónicos no es sencillo. Tampoco está aceptado por todo el mundo. Enrique Cedeño 'xPeke', uno de los jugadores españoles más destacados de League of Legends, lo explicaba a MeriStation en esta entrevista: "Sigue sonando raro [decir que eres jugador profesional de videojuegos], pero ya no tanto. Yo ya no pienso en el qué pensarán. A lo mejor hace cuatro años sí que podía pensar al comentarlo que la gente me vería como raro, pero llega un momento en el que dices que te da igual lo que piense la gente". 'xPeke' entra en el Palacio de Vistalegre vitoreado por sus seguidores, que se agolpan en la zona de VIPS para pedir autógrafos y fotos.
A su lado se encuentra Carlos Rodríguez 'Ocelote', otro titán del League of Legends con millones de seguidores en todo el mundo (entre Facebook y Twitter supera los 800.000 seguidores). Él ha competido al más alto nivel, pero ahora juega en otra liga que comienza a compartir con 'xPeke', la de concebir los e-sports como un negocio de pleno derecho siguiendo el mismo camino que los jugador de los grandes clubes de fútbol al retirarse para transformarse en mánagers de sus propios clubes, aliados excepcionales de promoción para las marcas y gestores de sus propias gaming houses, hogares donde los jugadores profesionales conviven a lo Gran Hermano durante toda la temporada.
Mientras, en la grada, miles de jugadores lanzan vítores con cada jugada. No gritan gol, pero en el exterior del palacio difícilmente se puede diferenciar el sonido ambiente de un partido de fútbol. Quieren espectáculo: han pagado entre 12 y 30 euros para ver la competición. A pie de pista, la realización también sorprende. Una titánica unidad móvil emite la señal de vídeo al exterior a través de Internet con una realización donde no faltan las cámaras aéreas, los planos detalle de los jugadores y los comentaristas. A media altura, como estrellas de la música, se ubican los diez jugadores de los dos equipos en guerra. Gritan, se inquietan, maldicen, planifican, cambian de estrategia, sienten. Cualquier error puede costarles la clasificación al Mundial de League of Legends.
Un rentable fenómeno de masas
League of Legends es uno de los videojuegos online más jugados en la actualidad. El título de Riot Games para ordenador conecta más de setenta millones de jugadores en todo el mundo y facturó más de 900 millones de euros en 2014 por compra de contenidos descargables a pesar de ser un videojuego que se descarga gratis. De hecho, el videojuego cuenta hasta con su propia economía mediante la moneda virtual Riot Points que se utiliza para comprar personajes y diferentes trajes para estos. Es el modelo de negocio de la personalización, el paso del videojuego tradicional que se compra en las tiendas al videojuego como servicio que se explota comercialmente tras enganchar al jugador.