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Oreshika: Tainted Bloodlines

Oreshika: Tainted Bloodlines

  • PlataformaPSV8
  • GéneroRPG, Acción
  • DesarrolladorAlfa System
  • Lanzamiento04/03/2015
  • TextoInglés
  • VocesJaponés

Oreshika: Tainted Bloodlines

Oreshika: Tainted Bloodlines es el último JRPG que aterriza en el catálogo de PSVita. Lo hace aportando un interesante aspecto artístico y alguna novedad al clásico esquema de los dungeon crawlers. Una propuesta ineludible para los aficionados a un género que parece estar de enhorabuena en el catálogo de la portátil de Sony.

Actualizado a

Oreshika: Tainted Bloodlines es la secuela de Ore no Shikabane wo Koete Yuke, un RPG japonés de culto aparecido en 1999 exclusivamente en PlayStation que pese a obtener un éxito notable nunca vio la luz en Occidente. Desarrollado por Alfa System, padres de los spin-off Tales of the World o de los notables Phantasy Star Portable entre otros, el título original fue distribuido por SCEJ (Sony Computer Entertainment Japan) y posteriormente 'porteado' a PSP en una adaptación que presentaba como aval mejores gráficos, nuevas mazmorras y añadidos secundarios en distintos aspectos de su mecánica. La propuesta de juego es muy similar a la de un dungeon crawler genérico, con una serie de objetivos a cumplimentar bajo unos requisitos específicos y un sinfín de enemigos los que batir a lo largo de un centenar de horas de juego, con una salvedad: Oreshika se ambienta en lo que el público llano suele denominar "Japón feudal", y como tal se inspira en el estilo Yamato-e de la época Muromachi, por lo que hablamos de un videojuego cuyo mayor atractivo reside precisamente en su presentación gráfica.

Tainted Bloodlines mejora los puntos destacados de su antecesor sin perder los rasgos que le convirtieron en un título de culto. La historia nos situa alrededor del s. XIII, cien años después de los acontecimientos que tuvieron lugar en la obra original, en la ciudad de Kioto, que sufre una serie de inclemencias tras la desaparición de los cinco tesoros nacionales que guarda la Casa del Tesoro, cerca del Palacio Imperial. Esto desata las iras de los Dioses, eliminando cualquier rastro de vida humana sobre la faz de la Tierra. El jugador toma el papel de uno de los miembros resucitados (mediante un curioso ritual escenificado con una escena de vídeo anime), que asume la difícil tarea de devolver a su clan el esplendor perdido. La venganza, no obstante, no podrá ser ejecutada en un plazo de tiempo mayor a los dos años, ya que los miembros de nuestro clan son caducos y perecen a los dos años de haber vuelto a la vida.

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Creando estirpe

En Oreshika nuestro objetivo principal consiste en desafiar a los Oni (demonios) una vez cada cierto tiempo para consumar nuestra venganza. Para hacerlo es imprescindible contar con luchadores que manejen distintos gremios y de gran fortaleza física, tarea imposible de conseguir en los dos años de vida de los que consta cada miembro del clan. La única vía que queda es, por lo tanto, garantizar una estirpe de luchadores que reúnan las virtudes que sus padres se han labrado en su corto periodo de vida. Como "entes" resucitados, los miembros del clan sólo pueden "unirse" a otros personajes malditos o a Dioses afines a alguno de los elementos de los que está compuesto el mundo, por lo que si nuestro héroe decide unir lazos con un Dios del agua, el resultado de la unión será un tercer miembro que se caracterice por potentes ataques basados en este elemento. Las habilidades heredadas e incluso las artes más secretas de cada generación se pasan a la siguiente y así sucesivamente hasta obtener un árbol genealógico de más de 100 miembros, cada una con sus virtudes específicas.

Sin embargo, unir lazos con un Dios es un acto que sólo se puede realizar tras obtener elementos específicos que sólo podemos conseguir en las fases de exploración. Oreshika emplea un menú de navegación presidido por una especie de comadreja humanoide que nos aconseja y guía durante las primeras horas de juego para superar la aparente complejidad de la mecánica de juego. Ésta se divide básicamente en tres aspectos: obtención de armas, armaduras y toda clase de objetos curativos; reproducción (con sus determinadas afinidades y características específicas) y aprendizaje de habilidades, este último punto íntimamente relacionado con superar los objetivos que se marcan antes de pasar a la exploración de las distintos escenarios de los que se compone el mundo.

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Una mano amiga

Si pedimos su ayuda la organización de estes puntos se automatiza, por lo que sólo nos tendremos que preocupar por pasar a la acción, participando en combates y descubriendo escenarios repletos de enemigos. La idea es ir tomando decisiones paulatinamente en función de nuestro nivel de experiencia. Dado que es altamente improbable que hayamos probado la versión original, lo más aconsejable es seguir las indicaciones de nuestra inseparable compañera para entender los parámetros que sigue a la hora de tomar decisiones específicas, como en qué emplear el dinero que obtenemos en los combates o qué personajes seleccionar al recorrer os escenarios. Existen varios modos de dificultad que establecen la cantidad de puntos de experiencia que se obtienen en los combates, la rudeza de los enemigos, los objetos que éstos desprenden e incluso su agresividad a la hora de entrar en contacto con ellos, por lo que todo tipo de jugador debería encontrar un reto a su medida.

Sea cual sea nuestra elección, tarde o temprano nos veremos obligados a saltar al campo de batalla tras elegir uno de los escenarios que tenemos a nuestra disposición. Las fases de exploración representan la parte "jugable" de Oreshika. Es aquí donde controlamos a un personaje que recorre distintos escenarios, siempre alerta ante la presencia de enemigos que campan a sus anchas y a los que nos conviene sorprender para tomar la iniciativa. Los primeros compases son muy simples y básicamente nos obligan a ir de estancia en estancia eliminando monstruos para regresar con algún botín específico, pero a medida que transcurren las horas van aparienciendo nuevos contratiempos, como puertas cerradas, barreras mágicas infranqueables o enemigos con un alto nivel de experiencia que nos obligan (en el mejor de los casos) a dar media vuelta para buscar un camino alternativo. Lo más importante, no obstante, es garantizar que nuestro grupo de personajes obtenga puntos de experiencia para aprender nuevas habilidades que transmitir a sus descendientes.

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Combate por turnos

Encontrar tesoros puede ser importante, pero no cabe la menor duda que la chispa de la mecánica de juego se encuentra en los combates, que por otro lado será el aspecto de Oreshika en el que más tiempo invertiremos. Por lo general controlamos a un grupo reducido de luchadores que se enfrenta ante un grupo bastante amplio de enemigos, siempre capitaneados por un líder. Aunque eliminándole conseguimos "vencer" el combate y desahacernos del grupo en cuestión, obtener una gran cantidad de puntos de experiencia depende de la rapidez y de la cantidad de enemigos que seamos capaces de derrotar en unos pocos golpes. La dificultad del sistema de combate apenas varía según el nivel de dificultad escogido, sino los parámetros que de ellos obtenemos. Al comenzar cada combate aparece una ruleta que nos recompensa con distintos premios en función de cuál sea la selección, con opción a conseguir pergaminos mágicos, objetos secretos o enormes cantidades de dinero si tenemos algo de suerte.

El esquema de los combates se rige por la máxima de fortalezas y debilidades. Un enemigo afín al agua se resintirá al recibir una descarga eléctrica mientras que muestra mayor resistencia ante el viento que, por ejemplo, uno afín al fuego, y así sucesivamente. Podemos realizar ataques combinados a un gran número de enemigos, atacar cuerpo a cuerpo o limitarnos a defender mientras observamos los patrones que siguen nuestros enemigos. Sea cual sea nuestra opción, lo más frecuente es escuchar a las recomendaciones que nos dan nuestros propios héroes en cuanto a atacar a éste o aquél enemigo. Hacerlo no sólo nos proporciona un plus de puntos de experiencia, sino también mayor afinidad de los personajes con nuestro clan. Hay más aspectos secundarios que entran en juego en los combates, como la opción de conseguir puntos que nos otorguen la opción de unir lazos con dioses más poderosos o la especialización de un estirpe en una clase de guerrero específico, pero son aspectos que debemos descubrir por nuestra propia cuenta y que sólo amplían el espectro de personalización de la partida.

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Exploración limitada

Más que los elementos que encontramos dentro de los combates o de los aspectos de personalización, en Oreshika es el Tiempo el que rige gran parte de las acciones que realizamos durante las fases de exploración. Los acontecimientos que tienen lugar en nuestra estirpe se rigen por meses. Cada vez que salimos a explorar una mazmorra los días se precipitan (indicados mediante un reloj con distints llamas que se van apagando mientras se acerca el próximo mes): cada combate, cada conversación y prácticamente cada paso que damos se traduce en una vida útil más corta para nuestros personajes, o visto desde otro ángulo, en menos días restantes para el nacimiento del siguiente miembro de nuestro linaje. Esto implica que la mayor parte del tiempo, y una vez hemos logrado adquirir cierto nivel de experiencia, lo que prima es conseguir los objetivos que nos hayamos marcado en la menor cantidad de tiempo. Durante la exploración el tiempo se puede acelerar en momentos de "frenesí" que nos permiten lidiar con los enemigos o avanzar por estancias a mayor velocidad, ofreciendo algo de variedad a la monótona exploración, que por momentos se vuelve realmente confusa y tediosa.

Existe un gran número de mazmorras y la cantidad de personajes que queramos confeccionar puede ser tan grande como nos plazca, pero existen pocos motivos a nivel de argumento que nos empujen a descubrir qué aguarda en el siguiente mes, algo que algunos de los principales referentes del género han sabido combinar con excelentes resultados, tal es el caso de Persona 3/4G. Llegados a cierto punto no será extraño recorrer los escenarios a toda velocidad, comprando objetos casi por inercia e intentando por todos los medios conseguir suficientes puntos de Gloria para poder unir lazos con un Dios más poderoso para conseguir descendencia que nos facilite la tan ansiada venganza. Sin embargo, este aspecto nos permite disputar partidas rápidas sin necesidad de invertir demasiado tiempo en preparativos, por lo que se diría que Oreshika es el complemento perfecto para disfrutar de unas partidas en el metro o en el autobús para pasar un rato entretenido.

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Japón feudal

La ausencia de un argumento de peso también nos empuja a considerar este JRPG como una buena oportunidad para disputar unas partidas rápidas y pasar a otra cosa. La historia, al igual que el aspecto gráfico y técnico en general, se base en algunos de los cánones que habitualmente solemos atribuir a la tradición japonesa. Los personajes se alejan del concepto Shonen que puebla las mayor parte de aventuras de rol que han aparecido en el catálogo de PSVita en los últimos meses, algo que se aprecia rápidamente en la madurez de algunas conversaciones, todas ellas, por cierto, en inglés con doblaje original japonés. Sin embargo, el argumento no termina de tomarse en serio a sí mismo y se convierte en un mero decorado para seguir explorando y peleando incansablemente ante nuevos monstruos, con lo que la oportunidad de dar algo de énfasis a la relación familiar entre personajes de nuestra estirpe. En realidad, tampoco parece que este haya sido el objetivo de Alpha System, que claramente se ha centrado en la mecánica de juego como caballo de batalla.

Técnicamente Oreshika se muestra como un JRPG sólido que aboga por emplear texturas muy coloridas y escenarios que beben de la tradición clásica japonesa, tanto en el diseño de personajes como en la selección de iconografía gráfica para dar vida a los entornos que descubrimos a lo largo de la aventura. En el aspecto sonoro, cuyo principal atractivo es el doblaje japonés prácticamente omnipresente en toda la aventura, el juego se apoya en melodías apacibles y muy llevaderas que alegran un rato el oído. El hecho de tener que repetir una y otra vez los mismos senderos nos lleva inevitablemente a cansarnos con rapidez de las tonadas que entran en escena durante los combates, algo bastante habitual en el género. Existen asimismo algunas opciones para compartir la información de juego con otros personajes y otras de menor importancia que tienen un peso irrelevante en el paquete final.

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8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.