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Suikoden II

Suikoden II

  • PlataformaPSV9PS39
  • GéneroRPG
  • DesarrolladorKonami
  • Lanzamiento04/02/2015

Suikoden II

6 años han tenido que transcurrir desde que Suikoden II fue estrenado en la PlayStation Network japonesa como parte de los clásicos de PSX hasta ahora, que ha llegado a la PSN europea. Pero ya está aquí, con toda su magnificencia rolera, su grandiosidad y su añejo sabor a una época rolera irrepetible

“Nosotros no traicionamos al reino… El reino nos traicionó a nosotros”,
Jowi Atreides

En una época en que no nos preocupábamos precisamente de si este juego corría a 1080p o a 720p, de si era lo ultimísimo en tecnología o la hipérbole absoluta de la jugabilidad; en una época en que el sector era muy distinto, Capcom seguía reinando y Rare regalaba obras maestras una tras otra, el género del Japan RPG vivía una era dorada con la llegada de los nuevos sistemas, PlayStation y Saturn (aún quedaba un pelín para Nintendo 64), y varias sagas recogieron el guante de oro que el rol nipón escribió en consolas como Super Nintendo, ya que la mayor potencia permitía implementar mayores avances, elementos, alargar las historias y sumergirse más aún en los personajes. Fue en esa época cuando una editora de nombre Konami decidía expandir su buen hacer al entorno del JRPG con un juego de título Suikoden, estrenado en Japón en 1995 y que llegó aquí en 1997 en un perfecto inglés que impidió a muchos disfrutar de un título de gran calidad, con una historia profunda y una extensión considerable en horas de juego.

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Precisamente un año después, 1998, fue cuando Suikoden II apareció en el mercado japonés –aquí no lo vimos hasta un bien tardío 2000-, cogiendo todas las virtudes del original y puliéndolas, incrementándolas y añadiendo cosas nuevas por el camino para convertirlo en, en pocas palabras, una de las mayores obras maestras que el género del Rol ha dado en consola. Reestrenados ambos, la primera y segunda partes –la serie ha seguido hasta el 2012 en PSP- en la PlayStation Network japonesa hace seis años, muchos llevábamos desde 2009 pidiéndole a Sony que nos trajese de una vez Suikoden 2 para poder jugarlo en PSP, en PS3 o ahora en Vita, donde fuese, pero que lo trajese ya. Y en el PlayStation Experience a finales de 2014 al fin tuvimos una fecha en firme. En teoría iba a ser en enero pasado, pero finalmente es hoy 4 de febrero cuando al fin al fin, Suikoden 2 llega a PSN Europa.

Píxeles Añejos de Oro Puro

Suikoden II tiene a su favor dos elementos: El primero es claramente la nostalgia, que retrotrae la memoria a hace 15 años para los que sigan acordándose de su portentosa BSO o su risible localización oficial de Konami al español -¿A que seguís recordando eso de ‘Tú lo recogiste correo cadena’ (You got chain mail) en referencia a la cota de malla?-. El segundo es que su estilo gráfico y jugabilidad no han envejecido en cuanto a que el sector Indie, las decenas de proyectos de rol que vemos en Steam, los roguelikes de fans y demás han contribuido a que un juego así se vea clásico, añejo, pero nunca envejecido, sino más bien retro/Pixelart. Este estreno no es un remake de esos en Unreal Engine 4 como los que estamos viendo ahora de manos de fans, ni siquiera es una remasterización al estilo Grim Fandango, es la iso original tal cual, con su particular localización, sus zooms en batalla para ver un amasijo de píxeles y todo lo que originariamente traía desde su estreno en 1998/2000.

Aprovechamos ahora que al fin está entre nosotros de nuevo, y además al alcance de todos –la escasez  en su edición original ha provocado las tres cifras de dinero que se suelen pagar en eBay por una copia original- para retroceder en el tiempo a una época de descubrimientos, hallazgos y momentos mágicos que forjaron las vidas gamers y nos dieron los galones de jugones a un buen puñado de usuarios. ¿Qué tal ha envejecido? ¿Merece la pena para el que no lo haya jugado? ¿Sigue dando lecciones a juegos del mismo género? Empezamos la historia pocos años después del primer Suikoden, con dos amigos de la infancia, el protagonista de nombre Riou y su amigo Jowy Atreides –ese guiño a Dune…-, dos miembros de la Armada Highland que esperan acampados con su unidad en un bosque mientras el aire trae ecos de una invasión.

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Nada más empezar Suikoden II se nos presenta tanto uno de los pilares centrales de su extenso guión, la idea de la amistad forjada entre dos amigos que han crecido juntos y que el destino y los acontecimientos pondrá a prueba, como la noción de traiciones, giros de la trama y una profundidad en cuanto a temas de Política, confianza, drama y madurez de una historia que no es precisamente ‘he de salvar a la princesa y al mundo’. De hecho no vamos a contaros más, porque es tan inmersiva, tan trabajada y tan intensa en sus luchas de poder, anhelo de paz a cualquier precio, intrigas palaciegas, manipulaciones políticas, que merece la pena descubrirse por sí misma. En resumen nos tocará, al igual que en el primer Suikoden, reunir a hasta 107 personajes para que estén de nuestro lado y así prepararnos para una pelea final no tanto a gran escala como sí muy sentimental “al final de todas las cosas” que diría Frodo Bolsón.

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A nivel de personajes sorprende ver lo trabajados que están todos, particularmente las NPCs que nos toca reunir, aunque es cierto que Konami nos mete de vez en cuando algunos estereotipos, concesiones e historias comunes que son fácilmente perdonables dada la complejidad argumental y el retrato del resto de personajes. Si bien hay un malo malísimo que conocemos al principio, el príncipe de Highland, la historia progresa a su ritmo y las dos facciones en que se dividirá la trama no están tan tópicamente definidas. Es decir, ¿somos nosotros los buenos solo porque llevamos al personaje central? Aquí no se trata de blanco y negro, de este ejército es el malo y este el bueno, sino de ver la trama bajo una infinita escala de grises y apreciar su riqueza, particularmente el realismo en el drama que una guerra conlleva a todos los niveles, amén de si somos fans de la serie ver lo que les pasó a algunos personajes de la anterior entrega.

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A nivel jugable tenemos un estilo clásico de RPG: Exploración, combates, diálogos, compra de equipo, personalización del grupo… Su naturaleza de secuela trae de vuelta muchos elementos de la jugabilidad del primer Suikoden –hasta a su protagonista en forma NPC si tenemos una partida guardada a la hora de empezar Suikoden II-, pero ampliada, magnificada en los puntos en que la  anterior era débil. Suikoden II amplía las misiones secundarias del original –que no incidía mucho en ellas-, trae más secretos, y diversifica el gameplay con minijuegos que irán en aumento y relacionados con la trama, tanto si nos gustan los concursos de baile –puro Dance Dance Revolution, señores- como si queremos, por ejemplo, demostrar los buenos cocineros que somosen plan Iron Chef, ver qué tal se nos da la escalada o probar fortuna con los dados. Todo esto en un castillo que desbloqueamos cuando llevamos un cierto número de horas en la trama.

Aparte tenemos las 108 estrellas del destino que encontrar, y que para muchos usuarios se pueden convertir en una obsesión hasta dar con todas, ya que cada una requiere no solo de hallarlas, sino de realizar a lo mejor tareas como convencerlas de que se unan a nuestro bando o cumplir varios objetivos por ellas. Señalamos que en ocasiones puede que el ritmo decaiga, que se vuelva algo monótono o por el contrario la dificultad suba enteros –ahí están los desafíos que son los jefes finales-, pero como los grandes juegos, Suikoden II impone su propio tempo que hay que saber aceptar.

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Pero como siempre decimos en estos análisis, esto es un RPG, ¿no? ¿Qué tal está su sistema de combate? Pues para la época no podía ser más variado como veréis. Empezamos con las batallas, que serán por turnos con su propio escenario, interfaz y efectos –ese zoom en los ataques de nuestro grupo. Disponemos de un Hud con los comandos clásicos de Ataque, Items, Proteger, pero también tenemos uno que pone Runas. Las runas son la fuente de la magia en el universo del juego, y como en el primero nos las equipamos para los hechizos que lanzamos, teniendo su efecto en su poder y las veces que podemos usarlos, ampliando el repertorio de habilidades especiales en combate –tenemos un sistema de ranuras para equiparnos hasta tres. Y dado el amplio reparto de personajes para reclutar, nuestra ‘party’ de combate es de hasta 6 miembros, que podemos combinar para hacer ataques cooperativos en plan combos.

En Suikoden II disputamos hasta tres tipos de combates. Tenemos los enfrentamientos estándar de todo RPG contra grupos de 1 hasta 6 rivales en pantalla, en los que ganamos experiencia, objetos y Potch, la moneda del juego, con la opción de resolverlos por sí solos si activamos Auto en caso de que estemos un poco hartos de tanto y tanto pelear. Las características de cada personaje del grupo inciden en su orden de ataque y rango de alcance, debiendo colocarlos según nuestra estrategia, elegir todas las acciones que el grupo llevará a cabo en esa ronda y luego contemplar sus resultados en la ronda de enfrentamiento. Tambien vuelven los Duelos que enfrentan a Riou contra otro enemigo en singular liza 1 vs 1, resueltos en plan Piedra Papel Tijera con los comandos Ataque, Ataque Fuerte y Defensa, cada movimiento ganando/perdiendo ante otro según el esquema impuesto por el juego, instantes sin duda llenos de dramatismo.

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Pero es en las batallas a gran escala donde la secuela gana en complejidad, recurriendo a la estrategia bélica de un SRPG y siendo más interactivas que antes, con un lavado de cara total en su ejecución. Tenemos un sistema de batalla dividido en casillas en la que cada personaje reclutado se convierte en líder o apoyo de la unidad que entra en batalla. Complejas en cuanto a posibilidades de estrategia y variadas en objetivos –desde derrotar a todas las unidades hasta lograr entrar en una ciudad bien defendida-, a veces podemos encontrarnos con que en una escaramuza ni ganamos nosotros ni ganan ellos, sino que ambos perdemos y sufrimos bastantes bajas. Bajas hasta permanentes, ya que el concepto de Permadeath se aplica llegado el caso.

 A nivel visual, el añorado Pixel y las técnicas de fondos renderizados le confieren ese toque retro, vintage que posee visto con ojos actuales. Entrando en materia hay que decir que incluso para la época no eran precisamente espectaculares. Sí que suponen una mejoría con respecto a los del primer Suikoden, sobre todo en resolución, y tienen más efectos en las batallas, pero el motor gráfico es el mismo y el conjunto no fue rival en materia visual para estrenos del mismo año en España (2000) como el todopoderoso Final Fantasy VIII de Square -en Japón salió después de Final Fantasy VII. Cumplidores y ciertamente destacados en algunas partes, tenemos pixelación excesiva en los zooms de cuando el grupo ataca en los combates, pero en general cumplen su cometido, y más que bien en el caso de las vistosas escenas de video intercaladas.

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A nivel sonoro tenemos un gran conjunto de efectos de sonido, particularmente llamativos en las secuencias bélicas. Pero siempre lo más llamativo de estos JRPG, en ausencia de las voces, era la banda sonora. En este caso suele haber una diatriba, con fans señalando la partitura del primer Suikoden como mejor que la del segundo –Suikoden tiene 6 compositores, Suikoden II 2 músicos- y otros corroborando que Miki Higashino, con joyas como Gradius o Vandal Hearts, estuvo más inspirado en esta segunda incursión en la serie. Sea como fuere, Suikoden 2 tiene una banda sonora acorde con la trama, bellísima por momentos y tan intensa, dramática y ‘adulta’ –huyendo de los ritmos fáciles de batalla- que escucharla aislada es un placer, máxime en los temas corales como el aria inicial de la intro. La única pega de este apartado figura en una localización en los textos al español tan, digamos, cutre y mediocre como fue la de Final Fantasy VII que en ocasiones puede sacarnos de la historia. Y no, no nos vale la versión en inglés -la que ha llegado a PSN-, puesto que es igual de mala.

9

Excelente

Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.