Aniversarios de 2015

'Tempus Fugit' (el tiempo vuela) es una milenaria locución en latín atribuida al poeta Virgilio que hace alusión al concepto de la fugacidad del tiempo, a cómo vuela y pasa con mayor rapidez, y más aún cuanto más años cumples. Nos vais a permitir esta pequeña reflexión, pero cuando preparas un reportaje sobre aniversarios y te das cuenta que juegos que suenan más ‘recientes’ que un Mario Bros. como es el caso de un God of War o un Perfect Dark Zero tienen ya la friolera de una década sobre su código base, pues uno se pone a pensar en el Tempus Fugit, en el tiempo que se va. Y lo que sigue fresco en tu memoria resulta que tiene 15 años. Pero no estamos aquí para ponernos nostálgicos… Bueno sí, un poco, que por eso hacemos este tipo de reportajes los fines de semana, para descansar de lo que es nuevo y moderno, para bajarnos un poco del tren de la actualidad.

Normalmente solemos hacer reportajes dedicados en sí a sagas, a juegos y a sistemas que cumplen años, pero cual calendario gamer hemos querido a inicios de este año reseñar algunos de los títulos más destacados que cumplen en este 2015 que empieza una efeméride especial, ya sean diez, quince, veinte o incluso treinta años de existencia. Los vamos a repasar brevemente mes por mes reseñando los más destacados, aunque como suele suceder es prácticamente imposible recordar todos los que merecen estar aquí. Pero ya basta de introducciones. Estamos en Enero, ¿no? Pues con el primer mes del año empezamos:

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Tal mes como este hace una década, en 2005, comenzábamos el año con un título que la verdad fue muy aclamado, pero provocó no poca división de opiniones por su cambio en el ADN jugable de la saga. Además que en España, cuando muchos volvimos de la tienda con una copia de Resident Evil 4 para GameCube, la pusimos y de repente escuchamos esa especie de flamenquito con Leon Kennedy en un coche por España, lo cierto es que nos quedamos un poco a cuadros, sobre todo con el doblaje supuestamente al ‘castellano’ que hablaban los habitantes de la zona, la imagen de los aldeanos y el uso de las pesetas. Divisorio porque Capcom alteró para siempre la jugabilidad de la serie, pero si algo es RE4 es una bestia gráfica y de jugabilidad rápida y directa que le dio a Cube uno de sus mejores exponentes. Y la verdad es que ese enero no estuvo mal, ya que en la Game Boy Advance tuvimos el Zelda: The Minish Cap en el mercado americano -estrenado a finales de 2004 en el japonés y europeo- y en Xbox uno de esos títulos de culto que un par de por aquí adoramos: Oddworld Stranger’s Wrath para la primera Xbox, que cambiaba por completo el concepto de Abe’s Oddysee en una aventura de acción y disparos con uno de los mejores personajes creados, el cazarrecompensas Stranger.

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El segundo mes del año nos dejó en 1995 una pequeña joyita para algunos como fue el Ristar de Mega Drive, que aunque cogía prestado de la tetralogía Sonic inicial, o de Dynamite Headdy, tenía toda la magia de un Sonic Team que parece haberla perdido actualmente. En ese mismo año asistimos a la fundación de un estudio del que solo hace falta que os digamos su nombre, Bioware, ya que el resto sobra, ¿verdad? Pero vamos al año 2000, hace 15 años, Justo cuando el nuevo siglo comenzaba, para ver cómo Biohazard asaltaba la 6ª generación con Resident Evil: Code Veronica en Dreamcast y su brutal intro con Claire Redfield, presentando unos gráficos ahora acartonados, pero en el momento espectaculares –esa escena inicial del cementerio y los barracones.

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No nos olvidamos del PC, que recibió uno de esos juegos que no parece que tengan 15 años encima como son Los Sims de Will Wright y EA, quienes seguro que no se esperarían el fenómeno que lograrían con una saga que aquí sigue en la actualidad. Pero vamos a volver a las consolas, en especial a PlayStation 1 y a un estudio tocado en esa época por la gracia divina del dios del videojuego, Squaresoft, que nos regaló una obra maestra gigantesca llamada Vagrant Story. Desde su intro con aquella bailarina tatuada, la creación de Yasumi Matsuno ya nos entraba por los ojos y nos sometía a una epopeya de lucha, RPG, dungeon crawler y un sistema de creación de armas enorme. Y si nos remontamos 25 años atrás, a 1990, ahí tenemos ese 12 de febrero en que Super Mario Bros. 3 cerraba una trilogía para el recuerdo en NES.

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Quien tuvo la suerte de estar en Japón un marzo de hace 20 años, en 1995, y además con una Super Famicom de Nintendo en casa (SNES), tuvo primera fila para el estreno jugable de otro de esos nombres que lo dicen todo con nombrarlo y al que nosotros le hemos dedicado varios homenajes: Chrono Trigger se convirtió en una de las cúspides del Japan-RPG gracias a nombres como Yoshinori Kitase, Hironobu Sakaguchi, Akira Toriyama o los compositores Yasunori Mitsuda y Nobuo Uematsu. Una década después, en 2005, otro juego convertía en icono a su protagonista, un furioso espartano de nombre Kratos, quien en God of War arrasó en PlayStation 2 con un título que reinventaba la acción y copaba no pocos premios aquel año. Vale que ahora el primer GoW no luce tan bien como Ascension, pero no os confundáis, puesto que su jugabilidad no ha perdido un solo ápice de diversión, visceralidad ni desafío. Un rival considerable para el cazademonios Dante, que el mismo mes cerraba en PS2 con Devil May Cry 3.

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Ya en plena primavera, un abril de 1985 Atari empezaba a repartir periódicos con el mítico Paperboy y sus peripecias USA de repartidor esquivando coches, perros y vecinos molestos de vecindario. En 1990, hace 25 años, aparecía en NES Snake’s Revenge, una secuela del Metal Gear original que no contaba con la participación de Hideo Kojima, reacio a secuelas –quien lo habría dicho…- que fue convencido para producir una segunda entrega en MSX que sí llevase su firma y arte. Saltamos a 1995, hace dos décadas, para celebrar tres títulos bien distintos: Mortal Kombat 3 llegó a los arcades con un plantel enorme y más sangre que nunca coincidiendo con su decente película –hey, al menos no era el festival del cosplay de Street Fighter The Movie-; PlayStation lanzaba su primer juego en Estados Unidos, nada menos que un abuelo de Mirror’s Edge, el divertido Jumping Flash!, que consistía en un innovador plataformas que se veía en primera persona mientras dábamos saltos dentro de un conejo-robot gigante; y cerramos con Full Throttle, aventura gráfica de Lucasarts sobre moteros creada por un Tim Schafer post-Monkey Island pre- Grim Fandango, básicamente otra joya de catálogo de la extinta y llorada compañía.

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En Abril de 2000 Nintendo anuncia que la portátil más popular y mítica de la historia, Game Boy, lleva 100 millones de unidades vendidas desde su lanzamiento en 1989. Y una vieja noticia de aquel año alude a que las exportaciones de PlayStation 2 iban a ser controladas por el Ministerio de Comercio de Japón, ya que la consola “es lo bastante sofisticada para aplicaciones militares”. Un 5 de abril de 2005 sale un juego por el que honestamente nadie daba un duro/céntimo, y que ahora es visto como uno de los salvadores de LEGO y de lo más fiel a la serie: el primer LEGO Star Wars, que se adelantaba al estreno del Episodio III: Revenge of the Sith. Pero guardamos el nombre más prestigioso para el final, pues hace 15 años Nintendo 64 nos brindaba en el 2000 una oscura secuela a su obra maestra, Ocarina of Time, como era el siniestro Zelda: Majora’s Mask, camino de su aparición en Nintendo 3DS.

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Los Shoot’em Ups o Matamarcianos eran de lo más destacado en los 80, eran Reyes junto a los plataformas, y Konami lanzó en mayo de 1985 Gradius, el primero de una serie –Scrambles de 1981 era un predecesor espiritual y no directo- que se extiende por todos los sistemas y arcades y que propició spin offs como el descacharrante Parodius. En el quinto mes del año 1995 es cuando los americanos pueden echarle mano a la SEGA Saturn, la sucesora de la icónica Mega Drive, que perdió la batalla contra PlayStation en la 5ª Gen pero tiene un puñado de títulos tan queridos como Nights into Dreams. Hace una década, en 2005, una Xbox a punto de conocer a su sustituta 360 seguía recibiendo nuevas IPs exclusivas que ya son parte de la historia Microsoft como es el caso de Forza Motorsports, inicio de una de las series asociadas al nombre Xbox.  Pero si de alguien pertenece mayo, ese es de Rare, la Rare de antaño, la que no paraba de lanzar portentos y ya parece muerta y enterrada en cuanto a genio. Porque en mayo de 2000, hace 15 años, Nintendo 64 veía llegar a la querida Joanna Dark en el FPS Perfect Dark, del que sobran las palabras.

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El verano siempre ha sido un poco ‘slow down’, lento en salidas, pero en Junio de 2000 fue un momento èpico para ser PeCero. ¿Por qué? Bueno, esperad que soltemos estos tres títulos seguidos y ya nos contáis: Diablo II, o Blizzard lanzando uno de los juegos del nuevo milenio con la idea del multijugador por red en mente; Icewind Dale, exponente del Infinity Engine que Bioware creó para sus RPGs isométricos y del que recordamos sus mazmorras –Pillars of Eternity, no nos defraudes-; Deus Ex, una amalgama de mecánicas FPS, Stealth, ARPG envuelta en una trama magistral, un aire cyberpunk irrepetible y conformando uno de los juegos más perfectos que jamás se han programado. ¿Queréis más? Pues vuelta a las consolas, con una Dreamcast que presumía del genial y diferente Jet Set Radio. Pero mejor nos vamos a junio de 1995 y de nuevo a Super Nintendo –su catálogo RPG dejó huella- y a un juego considerado de culto desde su inicio: EarthBound, que tardó casi dos décadas en llegar a Europa de manera oficial pero hoy lo tenemos por ejemplo en la eShop de Wii U.

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En plena canícula veraniega, los salones arcade no eran precisamente lugares frescos en julio, pero en 1985 en Japón los colegiales estaban de vacaciones y pudieron fundirse los yenes en el arcade Hang-On de SEGA, creado por uno de sus dioses, Yu Suzuki. 5 años después, en 1990, Norteamérica le echaba el guante en NES al primer Final Fantasy, el título que salvó a Square y le llevó a labrarse un prestigio en el Japan-RPG difícil de superar.  Saltemos de nuevo, a 1995 y al PC, instante en que muchos de nosotros nos quedamos impactados con el ultragore y sadico Phantasmagoria, en el que la autora de King’s Quest, Roberta Williams, nos sumergía en una desquiciante aventura gráfica de terror psicológico con hasta una escena de violación tan comentada como innecesaria.

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El morbo de este brutal cambio de registro de Williams convirtió al juego en uno de los más vendidos del año. Pero para sangre y demencia la que tuvimos también en PS2 y Cube un 7 de julio de 2005 con Killer 7, bizarro, noir y extremo título de acción que puso el talento visual y onírico de Goichi Suda, alias Suda51, en el mapa. Pero terminamos el mes volviendo a 1995, porque fue un julio de hace dos décadas cuando Nintendo tuvo uno de sus mayores reveses en el terreno del hardware con una pieza de museo que el público no deja que se olvide y siempre  está en las listas de peores ideas del sector: Virtual Boy, aquél intento de Realidad Virtual que quién lo ha jugado se acuerda del ‘pelotazo’ que dejaba en la cabeza con sus insufribles gráficos rojinegros, pero que también es una de esas piezas raras que todo coleccionista quiere en su pequeño museo.

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Por tradición el momento más caluroso del verano, no hay nada como esas noches con algo frío y un buen juego puesto, ¿verdad? En este caso vamos al verano de 1995 a por joyitas de distintos géneros y sistemas. Empezamos con la estrategia en PC de una saga que nacía, Command & Conquer, el primero de una franquicia RTS con nombre y solera; pero si lo nuestro era la simulación espacial, pues Wing Commander IV, obra de un Chris Roberts que nos está emocionando con ese Star Citizen que despega este 2015. ¿Preferimos buenos guantazos? Pues otro icono de la lucha, Tekken 2 y sus versiones en arcade o PlayStation de la mano de una Namco que daba lecciones cómo debía crearse la lucha en 3D al tiempo que aumentaba el universo Tekken.

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Pero en 1995 Mega Drive seguía peleando, así que nada mejor que darle a uno de los mejores Beat’em Ups de la historia a la par que de los más originales y que jamás fue superado : Comix Zone, o cómo clavar la esencia de un Final Fight o un Streets of Rage dentro de la odisea de un dibujante de comics atrapado en su propia obra. Super Nintendo tampoco quería quedarse atrás, así que para conmemorar el 14 aniversario de Mario, va y lo convierte en bebé en el genial Super Mario World 2: Yoshi’s Island, un portento técnico y de los mejores ejercicios que ha hecho Shigeru Miyamoto. Pero para portento, uno que nunca salió en Europa y que nos lleva al verano de 2000 y a PlayStation, consola que tuvo el honor de acoger a otra maravilla RPG de Squaresoft como fue Chrono Cross, cuyo sistema de combate y aspecto siguen siendo geniales junto a una intro potente como pocas con ese temazo musical.

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Vuelta del verano, vuelta a la acción. Y en 1985 es vuelta a escribir con letras de oro en el Videojuego. En Japón los arcades reciben nada menos que el Ghosts 'n Goblins de Tokuro Fujiwara, un juego solo apto para verdaderos paladines del joystiq; No menos importante es septiembre del 85 para las consolas, puesto que un 13 de ese mismo mes, Nintendo y NES dictan las normas del videojuego moderno con el primer Super Mario Bros, que introduce a Mario, la princesa Peach, Toad, Bowser, los goombas, los koopas, las super setas, flores de fuego y estrellas de velocidad. Diez años después, en 1995, el género de las plataformas invade las novedosas consolas de la 5º Gen, PSX y Saturn, en las que el genio de Michel Ancel brilla con luz propia con el primer Rayman de la historia, oro puro plataformero.

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Saltamos al año 2000, ya que la vuelta al instituto se hace con Tony Hawk’s Pro Skater 2, que cimenta la fama y éxito de la mejor saga de skate que ha tenido el género, y en PC con Baldur’s Gate II: Shadows of Amn, otra demostración del poderío de Bioware en el género RPG con su motor infinity y el uso de las reglas de la segunda edición de AD&D y el escenario de Forgotten Realms. Y en 2005, la primera Xbox dispone del impresionante Ninja Gaiden Black, además de Farenheit/Indigo Prophecy junto a PS2, en el que David Cage ya dejaba patente su particular estilo.

Ya en la recta hacia Navidades, 1985 sigue en Japón con el genio de Yu Suzuki, que lanza en arcades Space Harrier, otra demostración de SEGA y la placa AM2 y frenético y surrealista shooter. Nintendo lanza en NES Duck Hunt, quizás el perro virtual más conocido del sector con su risa cuando fallábamos con la arcaica y posteriormente copiada pistola Zapper. Un 6 de octubre de 1990 es cuando SEGA entra en liza con Nintendo por el mercado portátil con su Game Gear, la ‘chupapilas’ por excelencia que a cambio de arruinarnos comprando 6 pilas nos daba pantalla a color y retroiluminada para jugar cuando debíamos dormir. En pleno Halloween de 1995, PlayStation asiste a un espectáculo de destrucción, goma quemada y piezas volando con el primer Destruction Derby y su salvaje conducción arcade; Namco sigue con los arcades, pero de disparos, con el adictivo Time Crisis.

Ya en el año 2000, Octubre es otro gran mes para los PCs, porque en el terreno de la estrategia disfrutamos de Command & Conquer: Red Alert 2 y su brillante desafío RTS entre los Aliados y ese ejército soviético comandado por un miembro lejano del Zar Nicolas II. Y para los que tenían buenas tarjetas, American McGee’s da una lección de estilo artístico e imaginación su visión macabra y visceral de Alicia en el Pais de las Maravillas de su McGee’s Alice. Pero saltemos a 2005, porque tenemos cosas como el primer y terrorífico F.E.A.R. en su debut pecero, la brutalidad de Quake 4 y el realismo de Call of Duty 2 en PC, o la mano maestra de Koji Igarashi en Castlevania: Dawn of Sorrow de Nintendo DS. Pero sin duda, hay que recordar a una de las obras maestras de aquel año, el juego que confirmó el talento de un equipo que hasta el momento, en diez años, sigue trabajando en su tercera obra. Hablamos del Team ICO y de Shadow of the Colossus.

Durante el ocaso del año y mes ideal para estrenar sistemas y juegos de cara a los regalos navideños, y eso es lo que pasó en 1990 con las dos grandes del momento, puesto que un 21 de noviembre de hace 25 años, Nintendo estrenaba en Japón su cerebro de la bestia: Super Nintendo, la respuesta de la gran N a la Mega Drive de SEGA, estrenada antes, que precisamente el 30 de noviembre de aquel año  llegaba a Europa con ese mítico Sonic Pack/Mega Pack de juegos que algunos aún conservamos. La mejor guerra que ha conocido el sector, una guerra por la calidad y no por quitarle el dinero al usuario, daba comienzo. Y hablando de estrenos, Super Famicom llegó al mercado nipón con dos juegos consagrados que hoy son leyendas, Super Mario World y F-Zero. Cinco años después, en 1995, asistimos al inicio de la saga Twisted Metal, festival sin reglas de la destrucción sobre ruedas. Para los usuarios de PC, LucasArts sigue tocada por la gracia divina y lanza The Dig, una historia apasionante de temática espacial y ciencia ficción con un puzles de dificultad gigante.

Saltamos al 2000, mes de locura que vio nacer a Incredible Crisis, uno de los títulos más locos del catálogo de PSOne;al carismático y genial No One Lives Forever y su delirio FPS de espias y conspiraciones 60s; al Agente 47 con el primer Hitman de la saga exclusivo en PC. En 2005 PS2 se contagia de la música del primer Guitar Hero, toda una franquicia-fenómeno que con la misma velocidad fue sobreexplotada; Mario Kart DS se convierte en lo más jugado de la portátil desde su estreno; Kameo y Perfect Dark Zero estrenan Xbox 360 y sellan lo último que de verdad se parecía a Rare. Pero vamos a volver a 2000, porque es en noviembre de hace 15 años cuando Final Fantasy IX, el favorito de Sakaguchi y Uematsu, nos regala un impagable retorno a las raíces de la serie en un cuento de magia y fantasía que dejó huella en muchos de nosotros. Y es en este mes de aquel año cuando el mítico primer Shenmue sale en Dreamcast para hacer historia pura y asentar las bases adelantándose a los géneros de su tiempo.

Cerramos el año gamer de efemérides remontándonos a 1995 para ver como antes de la Navidad de aquel año, las lombrices de Worms se comen Amiga iniciando un periplo que sigue en boga a día de hoy. Japón sigue produciendo magistrales juegos de rol, lanzando en Super Nintendo Tales of Phantasia, el primer cuento virtual de la veterana serie de Namco que sigue a día de hoy; y PlayStation hace sitio a un recordado JRPG considerado de los mejores de su ámbito, como es el primer Suikoden de la serie gestada por Konami y sus fabulosos gráficos, música e historia. Pero en Occidente tampoco se descansa, y nada mejor que terminar con otra mítica del sector como es Blizzard, que estrena Warcraft II: Tides of Darkness, secuela que arrasa en premios y ventas ese año mejorando y ampliando la fórmula estratégica RTS de la anterior entrega, y facilitando la todavía por entonces primitiva experiencia de jugar a un multijugador de hasta 8 mediante redes locales, cable null, modem o protocolos TCP/IP. Prehistoria sin duda para los que se han criado con World of Warcraft, pero ciencia ficción casi para los que vivimos esas partidas en red.