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Dragon Quest III

Dragon Quest III

  • PlataformaAND7.5IPH7.5IPD7.5
  • GéneroRPG
  • DesarrolladorSquare Enix
  • Lanzamiento04/12/2014

Dragon Quest III

Square Enix cierra la trilogía de Erdrick con Dragon Quest III: The Seeds of Salvation, una de las obras maestras del género J-RPG que llega a dispositivos iOS y Android como port directo del remake de Super Nintendo y Game Boy Color. Todos los detalles en nuestro análisis.

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Este año 2014 está siendo el año de Dragon Quest en iOS y Android en cuanto a ports se refiere; Square Enix lleva meses publicando en la AppStore y Google Play varias entregas de una de sus sagas clásicas más populares con una política de lanzamientos, eso sí, algo confusa. Mientras que a principios de año recibíamos una de las obras maestras del género con un port del genial Dragon Quest VIII: Journey of the Cursed King de PlayStation 2 ‒totalmente recomendable a pesar de algún que otro contratiempo‒, poco después pasamos de la cuarta entrega ‒Dragon Quest IV: Chapters of the Chosen‒ a los dos primeros títulos de la trilogía de Erdrick, Dragon Quest I y Dragon Quest II: Luminaries of the Legendary Line. Ahora es cuando recibimos, al fin, la tercera entrega, Dragon Quest III: The Seeds of Salvation, título que marcaba un punto de inflexión en la saga, convirtiéndose en auténtico referente desde el día de su lanzamiento allá por 1988 en Japón. Descubramos todos los detalles de un auténtico must have para los amantes del bueen J-RPG en nuestro análisis.

Viaje al pasado
Tal y como ocurre con las últimas adaptaciones táctiles de Dragon Quest, The Seeds of Salvation da el salto a tablets y smartphones iOS y Android basándose en el remake lanzado primero en Super Nintendo en 1995 y llegando años después a Game Boy Color como parte de un recopilatorio. Así, la versión que nos ocupa se basa, a su vez, en las adaptaciones táctiles lanzadas en Japón hace unos años, con todo lo que ello conlleva, es decir, la posibilidad de disfrutar al fin de una versión más que digna en el mercado europeo de uno de los títulos más importantes del J-RPG clásico, una oportunidad de oro para que, tanto los más veteranos como la audiencia más joven, disfruten del auténtico sabor del mejor rol nipón de finales de los 80 y principios de los 90. Eso sí, como viene sucediendo con el resto de adaptaciones táctiles, debemos tener presentes varios aspectos que pueden llegar a condicionar su jugabilidad.

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Fenómeno cultural
La saga Dragon Quest, en sus primeras entregas, supuso el boom del género en el país del sol naciente, marcando el camino a otras franquicias que llegarían posteriormente ‒siendo Final Fantasy uno de los mayores exponentes, además de otros títulos puntuales como Chrono Trigger‒ y convirtiéndose en uno de los géneros más queridos en su época. La devoción por el J-RPG incluso vencía fronteras, con millones de fans en todo el mundo importando cartuchos durante años. No fue hasta 1991 cuando Dragon Warrior 3 ‒conocido así en Estados Unidos‒ llegaba a las NES norteamericanas, apareciendo en 1995 en forma de remake en Super NES. La versión táctil que nos ocupa se basa precisamente en esta, en un remake que añadía contenido y mejoraba ciertos aspectos respecto al original, siendo su actualizado apartado gráfico su mayor reclamo.

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A diferencia de las dos anteriores adaptaciones, Dragon Quest III disfruta de un aspecto gráfico más cuidado que adapta el estilo retro-pixelado de Super Nintendo y lo plasma con mejores resultados en las pantallas HD de nuestros smartphones y tablets; evidentemente, su carácter de 16-bits sigue intacto, pero se aprecia un mejor trabajo de reescalado, con pixeles más suaves y una paleta de colores mayor. Su puesta en escena es inmejorable siempre teniendo presente que estamos ante un título con más de dos décadas a sus espaldas. En términos similares podemos referirnos a su orquestada banda sonora, a cargo de toda una leyenda como Koichi Sugiyama. Y como no podía ser de otra manera, Akira Toriyama se encarga de su diseño artístico, tanto de los personajes como de un bestiario para el recuerdo, con una variedad de monstruos y criaturas envidiable, siempre con su genial estilo marca de la casa, una razón más para que los fans de su obra disfruten de su vasta creatividad.

   

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Por otro lado, disfrutaremos de la mazmorra extra presente en la versión original de Super Nintendo, así como del sistema de mini-medallas con el que hacernos con objetos más poderosos. Eso sí, el port de Game Boy Color añadía otra mazmorra extra que en este caso no aparece. Por otro lado, algunas escenas animadas del demake de Game Boy Color también han desaparecido en su salto a móviles y tabletas, como las atractivas animaciones de los monstruos y alguna que otra escena de introducción, seguramente, por limitaciones del hardware de los móviles de la época en la que aparecía el título en Japón. Más allá de estos pequeños detalles, todo el contenido y la magia del Dragon Quest III original permanecen intactos, con lo que nos queda una de las experiencias J-RPG de corte clásico más ricas y adictivas.

Precisamente, ese es uno de sus puntos fuertes, un desarrollo que engancha desde el minuto uno y que no desfallece en ningún momento a lo largo de sus más de 30 horas de juego. Además, a pesar de formar parte de la trilogía de Erdrick a nivel argumental, podemos disfrutar de Seeds of Salvation sin jugar a las dos primeras entregas, opción sólo recomendable para los que no quieran disfrutar de una mayor profundidad en su narrativa y entender ciertos aspectos del pasado. Así, mientras que su planteamiento no revoluciona el género ‒es más, resulta totalmente convencional‒ sí nos sitúa en el contexto de un mundo fantástico que vuelve a caer bajo el implacable poder de un ser maligno, en esta ocasión, el señor de la oscuridad Baramos. Nosotros, en el papel de un joven heroe, hijo de Ortega y héroe de Aliahan, recibimos tan peligroso encargo del mismísimo Rey.

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A partir de aquí viviremos una fantástica aventura en la que deberemos explorar un enorme mundo lleno de mazmorras, ciudades y personajes de lo más carismáticos, enfrentarnos a incontables criaturas en animados combates por turnos ‒algo más complejos respecto a las versiones anteriores‒ y crear nuestro propio grupo de héroes gracias a un completo editor de personajes, una de sus novedades más atractivas y que nos pemitirá ajustar al milímetro un buen número de parámetros para vivir un periplo totalmente personalizado. Así, gracias a la Patty's Party Planning Place, podemos formar nuestro grupo de cuatro héroes, eligiendo el nombre, el sexo y la clases de nuestros compañeros de entre 9 invocaciones diferentes; además, a partir de cierto punto, podremos cambiar las clases de nuestros aliados para adaptar sus habilidades a cada situación, eso sí, perdiendo la mitad de sus atributos pero conservando los hechizos y habilidades.

Será en este momento cuando disfrutaremos de una odisea única, en la que podremos avanzar libremente a través de su interesante narrativa, cumpliendo con misiones principales y encargos secundarios, recogiendo valiosos objetos y aumentando de nivel para hacernos más fuertes; un desarrollo por todos conocido pero siempre atractivo y ameno. Y como ocurre con el resto de adaptaciones de la saga, su interfaz táctil nos deja una sensación agridulce; así, mientras que el sistema de menús resulta cómodo e intuitivo, la sensibilidad táctil no responde de igual manera a la hora de movernos mediante el joystick virtual. Además, nos obliga a jugar en posición vertical, con lo que la ergonomía se ve resentida por la posición forzada de nuestras manos, especialmente en tablets; tampoco podemos adaptar ningún control físico vía Bluetooth para paliar estas deficiencias. A pesar de todo, podemos salvar la partida en cualquier momento, además de permitir a una inteligencia artificial algo limitada la posibilidad de controlar a nuestros aliados para hacer de Dragon Quest III una experiencia algo más casual para los no iniciados. Por último, y para seguir con tan desafortunada tradición, el juego llega en completo inglés, un escollo para muchos jugadores al no contar con los innumerables diálogos traducidos a nuestro idioma.

7.5

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.