Advertencia: La historia del juego está insertada entre la tercera y cuarta temporada de la serie de HBO, y asume que el jugador está al día. Si no deseas destripes, no te aconsejamos jugar al juego, ni leer este análisis. Aunque pueda parecer que Telltale sigue una fórmula muy establecida desde que encontrara su mayor éxito con The Walking Dead , aquellos que han profundizado en sus juegos desde entonces saben que la fórmula no es ni mucho menos homogénea y es muy dependiente de la licencia en cuestión y lo que quieren hacer con ella. En ese sentido, este Juego de Tronos es quizás su trabajo más difícil y con más trampas. Por ejemplo, con The Walking Dead, el estudio podía disfrutar de un nombre reconocido con la libertad de contar su propia historia con sus propios personajes en ese contexto, algo que aprovecharon a fondo. Con Fables, Telltale se atrevió a más poniendo como protagonistas a Bigby y a Snow, que son dos de los personajes fundamentales de la saga, pero se dió libertad usando una línea temporal muy anterior a la de los cómics. En ambos casos, el estudio podía beber de dos fuentes narrativas contrastadas y sólidas, usándolas como base para crear sus temporadas. Y con Tales from the Borderlands, el reto era distinto: sacar agua de las piedras, convertir un nombre que no se caracteriza precisamente por su narrativa en algo con mayor profundidad -y, de nuevo, plena libertad para hacerlo-. En cambio, con Juego de Tronos, Telltale ya no tiene esa libertad de la que ha disfrutado, seguramente por elección propia. Podían haber situado la acción en el pasado o usado cualquier excusa para presentar un arco argumental independiente, pero en lugar de ello se han atrevido con el más difícil todavía: crear una historia insertada en los sucesos de la serie -de la que toma la licencia-. Por supuesto, eso implica un extra de popularidad y tener a actores tan conocidos como Dinklage a tu relativa disposición, pero también establece una serie de retos: mucha menos libertad creativa al estar encorsetados en sucesos que son inamovibles, y luego un riesgo que se hace muy real en este juego que es lo difícil que resulta que tus personajes originales destaquen al lado de personajes que tienen años de exposición y reconocimiento a sus espaldas. Nada fácil.
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De cara a este primer episodio, y teniendo en cuenta que es exactamente eso, un primer episodio, y por tanto está todo el partido sin jugar, se puede decir que Telltale está saliendo airosa de la prueba. No todo es perfecto, pero se ponen unos cimientos muy interesantes para contar una buena historia en el tono adecuado para algo basado en Juego de Tronos . El momento en el que comienza la acción no podía ser más emblemático: con una celebración a los pies del castillo de los Twins, en donde los hombres de Robb Stark celebran sus recientes triunfos y brindan por el matrimonio de Edmure Tully y Roslin Frey -sí, exacto, el juego comienza en plena “Boda Roja”-. En esta primera fase controlamos a Gared Tuttle, un escudero de bajo linaje bajo las órdenes de Lord Forrester, cabeza de una de las casas protegidas por los Stark. Los hechos se precipitan y Gared debe huir hacia la fortaleza de los Forrester, Ironrath. A partir de aquí, el juego pasa a una estructura parecida a la de los libros/serie, con saltos constantes entre personajes muy alejados pero conectados entre sí por la casa Forrester, que es el verdadero protagonista de la historia. Llegamos a controlar a tres personajes: el propio Gared; el joven Ethan Forrester en Ironrath, tercer hijo de Lord Forrester; y Mira Forrester, la hija mayor que se encuentra en Desembarco del Rey como dama de Margaery Tyrell. La serie tendrá seis episodios y hay otros protagonistas en camino que aquí sólo se apuntan pero que prometen de cara al futuro, tales como Asher Forrester, el hijo exiliado de casa Forrester, un guerrero consumado y pendenciero que se autoexilió a Essos para vivir la vida de mercenario, mucho más acorde con su personalidad que la vida del noble. Visto lo visto en el primer episodio, no cabe duda que a lo largo de la temporada veremos todos los lugares emblemáticos de la serie e interactuaremos con los principales personajes. Ya sólo en el primer episodio hemos tenido cara a cara con Margarey, Celsei, Tyrion y Ramsay Snow.
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Ramsay en particular ocupa un papel clave en la historia. La situación de la casa Forrester es muy comprometida después del golpe asestado a la casa Stark . Perdido su apoyo, y con los Bolton establecidos como los “Guardianes del Norte”, su situación es prácticamente desesperada. Desde Desembarco del Rey, son considerados traidores al ser una de las casas norteñas que se alzó junto a Robb. Además, tienen una enemistad a muerte con sus vecinos, aliados durante siglos con los Bolton. Con sus fuerzas diezmadas, la casa debe afrontar la visita de Ramsay, que decidirá su futuro como enviado de su padre -una perspectiva nada agradable a poco que se sepa cómo es-. Así pues, la trama gira alrededor la preparación de esa visita crucial, con los diferentes protagonistas intentando lograr por diferentes medios que Ironrath no sea tomada por la fuerza. Ante esa espada de Damocles, todas las decisiones cobran una especial importancia y urgencia, ayudando a establecer una convincente sensación de tensión. La elección de la casa Forrester como protagonista de la trama es excelente y muy acertada. Por un lado, es un lienzo en blanco ya que sólo aparece muy de pasada en los libros, por lo que no hay problema en dar forma a sus integrantes. Pero por otro lado, cuentan con un elemento clave que les da cierta importancia estratégica en el gran juego de tronos, ya que son los principales proveedores y artesanos de la llamada Ironwood , una madera negra tan dura como el metal que se usa en la fabricación de sólidos escudos e incluso barcos. Eso les da la importancia necesaria para que algunos de los principales protagonistas de la serie se interesen por su futuro, justificando su aparición. Por otro lado, hay que reconocer que a los personajes que controlamos en esta ocasión les falta un poco de aire y de voz propia. Sera en particular está completamente eclipsada al estar constantemente interactuando con algunas de las figuras más destacadas de la serie. No es el caso de Gared, pero aún sin nadie haciéndole sombra (todavía), resulta algo desdibujado. Sólo Ethan consigue mostrar algo de altura como personaje, y a él le tocan además algunas de las decisiones más comprometidas del juego.
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El guión es muy sólido y está perfectamente integrado con lo que se espera de Juego de Tronos. Además, al contrario que Tales from the Borderlands, la acción a través de QTE sigue la escuela marcada por The Wolf Among Us y se limita a momentos intensos pero puntuales, centrados además en Gared, de forma que su presencia resulta adecuada y no corta el desarrollo narrativo. Los momentos más tensos además están lejos de ser las escasas luchas, ya que en Juego de Tronos los duelos más intensos son los dialécticos, algo que se traslada aquí. Telltale ha hecho un magnífico trabajo poniéndonos en situaciones difíciles, haciendo que el contador que determina el tiempo que tenemos para elegir una de las opciones de diálogo parezca más rápido que nunca. El diálogo con Cersei en particular se enmarca en la mejor tradición de Juego de Tronos, mientras que hablar Ramsay nos pondrá el corazón en un puño ante su conocida volatilidad. Además, las decisiones que tomamos tienen la virtud de no ser nada claras y de dejarnos con la duda constante de si estamos haciendo lo correcto. Con Bigby estaba bastante claro qué opciones eran las amables y profesionales, y cuáles eras las que daban rienda suelta a nuestra violencia interior. Y con Tales from the Borderlands es más que evidente cuáles son las opciones “buenas” y cuáles son las que nos ponen en el papel de un desalmado. Juego de Tronos no nos concede ese lujo. Pero no todo es perfecto por supuesto. Por un lado, el juego está quizás demasiado ansioso en demostrarnos que sí, que es un videojuego oficial de Juego de Tronos. No sólo interactuamos con grandes personajes de la serie, otros son nombrados de oídas, de forma que da cierta sensación de querer ganarse al fan de manera un tanto forzada. Esto repercute en algo que ya hemos comentado, en que dos de los tres personajes supuestamente protagonistas aparecen algo desdibujados -no quita interés a sus diálogos y a sus circunstancias, pero algunas veces parecen más vehículos convenientes para avanzar la trama que verdaderos personajes con sus propias ideas y rasgos de personalidad-.
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También hay que reconocer que el hecho de que el juego se apoye tanto en personajes conocidos representa un problema que requiere de cierta buena voluntad por parte del jugador: aunque las voces estén bien trabajadas, la representación visual de esos personajes y sus animaciones los convierte en meras marionetas al lado de los originales. No sería justo exigir que fueran réplicas digitales perfectas de sus contrapartidas reales, pero hay que echarle un poco de imaginación y concentrarse en las voces para evitar que los veamos un poco ridículos. Esto está conectado al hecho de que, gráficamente, es posiblemente el peor juego de Telltale en bastante tiempo. Es comprensible que el estudio haya querido probar con algo nuevo y diferente para que sus títulos no parezcan iguales, pero este estilo de acuarelas que han usado no acaba de funcionar bien: muy bonito y efectivo para paisajes, pero muy poco convincente para los personajes. Algunas escenas con Sera, con mucha iluminación, tienen un aspecto realmente raro. Además, hemos visto algunos bugs como alguna transición de escena forzada con personajes desapareciendo por arte de magia. Por otro lado, y esto no será una sorpresa para nadie, llega en completo inglés, así que para los que no lo dominen les toca esperar a una traducción “aficionada” o profesional de cara al futuro.