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PES 2015

PES 2015

  • Plataforma3607.9XBO8.4PCPS48.4PS37.9
  • GéneroDeportes
  • DesarrolladorKonami
  • Lanzamiento13/11/2014
  • TextoEspañol
  • VocesEspañol

PES 2015, PS3 y Xbox 360

PES 2015 ha sido todo un éxito este año en PS4 y Xbox One. Konami ha sabido entrar con buen pie en la nueva generación de consolas, pero... ¿qué ha pasado con las versiones de PS3 y Xbox 360? ¿Cumplirán las expectativas de los jugadores que todavía no tienen acceso a la nueva generación de consolas?

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Konami se encontraba este año ante su examen más importante. Tras pasar de una forma bastante discreta por la pasada generación la compañía nipona se encontraba quizás con su última oportunidad de mantener a una parte importante del núcleo de sus jugadores ya muy debilitado tras el desliz de PES 2014.

Por suerte para los aficionados a la saga el PES Team ha conseguido realizar un gran trabajo para las consolas de nueva generación pero, sin embargo, buena parte de los fan del juego no tienen aún acceso a las nuevas consolas siendo  muy importante que el paso adelante, que estas nuevas sensaciones, también se hayan visto reflejadas en PS3 y Xbox 360 y es por ello (además de por las peticiones de no pocos usuarios) por lo que os traemos el análisis para estas consolas de Pro Evolution Soccer 2015.

Antes de comenzar a hablaros del juego queremos aclarar que este se trata de un análisis breve en el que explicaremos nuestra visión de esta versión del simulador de fútbol de Konami (que ya os adelantamos que por suerte no tiene mucho que envidiar a la versión de las nuevas consolas) y sus diferencias con respecto a PS4 y Xbox One por lo que si queréis leer un análisis más profundo en todos los aspectos del juego y con los modos tanto offline como multijugador (servicio que por suerte ha mejorado bastante en los últimos días), os invitamos a hacer clic en este enlace para leer nuestro análisis en profundidad para las consolas de nueva generación.

Las viejas glorias también juegan bien al fútbol

No era fácil la papeleta que tenía Konami con la versión de este año de su juego tras el tropiezo con PES 2014. Parecía que la adaptación del motor Fox Engine no acababa de funcionar del todo bien en PS3 y Xbox 360, contando con graves ralentizaciones y fallos en las respuestas de las acciones de los jugadores, amén de un montón de pequeños detalles que no funcionaban del todo bien. Esto hizo pensar a buena parte de la comunidad que quizás el motor fuera demasiado para estas viejas compañeras, estas máquinas que nos han acompañado durante no pocos años ya sea disputando partidos o pegando tiros con algún FPS.

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Sin embargo, y pese al temor inicial por parte de la comunidad Konami ha demostrado este año que las viejas glorias también pueden jugar bien al fútbol o, en este caso, mover como se merece a un juego de fútbol ya de nueva generación. Evidentemente existen diferencias con las versiones con las máquinas más potentes, sobre todo a nivel gráfico pero, en líneas generales, durante los partidos, sentiremos unas sensaciones bastante similares a las que sentimos con PES 2015 en PS4 y Xbox One.

El fantasma del retardo a la hora de cambiar de jugador o de que nuestros futbolistas ejecuten las acciones a tiempo ha desaparecido, así como los problemas con los pases al primer toque, los remates o los tiros de primera, pudiendo ejecutar grandes jugadas plantándonos cerca del arco rival con precisos y rápidos pases para culminar la jugada marcando un gol magistral. Esta mejora en la velocidad de reacción de los jugadores también se nota, y mucho, en la defensa, pudiendo hacer una entrada en el momento preciso o cambiando rápidamente al jugador que esté en una posición más favorable para defender la acción.

Tal y como pasa con las versiones de nueva generación los tiros se han visto mejorados, siendo tremendamente letales los disparos de precisión (ejecutados con R2 en las consolas PlayStation) y, en esta ocasión, menos precisos todos los remates desde fuera del área, históricamente mortales en Pro Evolution Soccer. Algo que sigue sin funcionar son las mecánicas de tiros avanzados, que buscan en demasía los palos y las escuadras de la portería. También tendremos la opción de ejecutar los chuts con su mecánica básica o manual, siendo esta última extremadamente difícil de dominar.

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Algo en lo que si hemos notado una leve bajada de rendimiento es en las diferentes animaciones, tanto en los regates como en los remates, disparos y entradas al raso. Todas estas animaciones se siguen ejecutando bastante bien y esta pequeña bajada no afectará en demasía al transcurso de los partidos, pero si es cierto que en algunas ocasiones las transiciones entre las mismas y las propias animaciones en sí se ejecutan de forma un poco más tosca, probablemente por algún tipo de dificultad a la hora de mover el potente motor de Kojima en estas viejas consolas.

La física de la pelota, tal y como ocurre en la mayoría de los PES, es realmente buena y el balón reacciona como debería ante todas las adversidades. En este sentido no encontramos diferencias con las nuevas consolas. Una vez más el movimiento, el bote, la salida del balón de los pies del jugador y todas las situaciones que os podáis imaginar están bien cubiertas por el motor de Konami, algo que no ocurre con los impactos entre jugadores, que son tan extraños como en PS4 y Xbox One.

Respecto a los pases tampoco hemos podido notar diferencias notables. Podremos enviar la pelota a nuestro compañero de equipo ya sea con un pase raso, en profundidad o elevado, usando las mecánicas asistidas, manuales o avanzadas para ello. Como ya pasara en nuestro análisis de PES 2015 para las consolas next-gen, recomendamos a los usuarios intentar disminuir al mínimo la ayuda en los pases para tener un mayor control de la pelota, ya que algunas veces la asistencia de la CPU con los mismos es algo desorbitada. En cuanto al pase en profundidad también contamos con la mecánica avanzada que pudimos ver en PES 2014 y que hará que, si la dominamos, podamos enviar pases de auténtico lujo a nuestros compañeros, dejándolos prácticamente solos delante del arquero rival si somos lo suficientemente precisos.

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En cuanto los guardametas, que reaccionan mucho mejor que el año pasado, sobre todo ante segundas jugadas y remates desde fuera del área, destacando además bastante en casi todas las salidas, exceptuando las de los saques de esquina, en las cuales tienden a despejar algunos balones que podrían blocar sin demasiada dificultad. Otra cosa que chirría es su falta de reacción ante los tiros de precisión, algo que supone una desventaja ante jugadores que sepan aprovecharse de esta carencia.

Por último, antes de pasar a hablaros de las cuestiones gráficas, queremos volver a apuntar el gran acierto que ha tenido Konami este año instaurando el rimo de los partidos de Pro Evolution Soccer, bastante más pausado que el de PES 2014 y el de sus competidores, algo que nos da una sensación de fútbol más real gracias, sin duda, a la también buena gestión del cansancio de los jugadores y de cómo el mismo afecta al rendimiento de todas cualidades, ya sean físicas, como fuerza o velocidad, o con la pelota, como pases o tiros. Si son los últimos minutos del partido y nuestro jugador está cansado, lo notaremos.

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A la vista sí hay diferencias

Como era de esperar, a nivel gráfico, PES 2015 sale perdiendo si se le compara con las consolas de nueva generación. No queremos decir con esto que el juego sea malo, ni mucho menos, pero lo cierto es que no hemos visto mejoras a nivel de texturas, iluminación, caras o camisetas respecto al año pasado, aunque, como dijimos anteriormente, sí que encontramos mejoras con respecto a PES 2014 en lo que respecta a las animaciones de los jugadores.

Pero, como decimos, si lo ponemos frente a frente respecto a la versión de PS4, la más potente gráficamente, el juego luce peor, tanto en texturas, más artificiales y con algunos dientes de sierra, como en las caras o en el acabado de las camisetas o el césped, aspectos en los que la nueva generación de consolas se lleva la palma.

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Eso sí, la comparativa sufre menos con Xbox One ya que en PS3 y Xbox 360 el juego cuenta con una resolución de 720p, la misma en la que se ejecuta el juego en la nueva consola de Microsoft (por los 1080p de PS4). La tasa de frames también está estabilizada en los 60 fps, aunque hemos encontrado algunas pequeñas bajadas puntuales durante los partidos y, sobre todo, fuertes bajadas en esta tasa de frames en los planos cortos de juego como las celebraciones o las repeticiones, donde esta bajada es realmente considerable, un extraño problema que ya sufrían ambas consolas con la entrega anterior de la saga. La iluminación, el público y otros pequeños detalles como banderines u otros objetos o efectos también están peor acabados, aunque, por suerte, la mayoría de estos apartados no afectarán al buen transcurso de nuestros partidos.

7.9

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.