République - Episodio 3: Unos y Ceros

El thriller République irrumpía en la AppStore a finales de 2013 con el primer episodio de una serie de cinco capítulos que completarán este acercamiento a una experiencia de sobremesa en nuestros dispositivos iOS y Android el próximo año; ahora llega la tercera entrega, Unos y Ceros, un nuevo episodio que añade un arma inédita ‒las minas explosivas‒, nuevas formas de despistar a nuestros enemigos y localizar su posición en el mapa, además de ampliar todavía más un argumento sólido y profundo, siendo la entrega más larga hasta la fecha con una duración media de entre tres y cuatro horas. Veamos si este tercer episodio mejora en algo la experiencia de juego en un título muy atractivo que ha sabido encontrar su lugar dentro del panorama táctil, adaptándose a las exigencias de su interfaz valiéndose de una propuesta de juego muy personal pero de gran recorrido, a cargo de Camouflaj, un estudio formado por veteranos de la industria; todos los detalles en nuestro orwelliano análisis.

Lo primero que llama la atención de este tercer episodio es el evidente cambio de ambientación respecto al capítulo anterior, Metamorfosis; así, dejamos atrás las bibliotecas y los espacios de ambientes cálidos y pasamos a instalaciones industriales y oficinas, de colores fríos y tonos oscuros. A nivel argumental también seremos testigos de un nuevo enfoque, puesto que la narrativa se centra en mostrarnos las vicisitudes de una sociedad controlada por la información y los medios de comunicación, en lugar de ponernos en situación mediante hechos pasados, tal y como pasaba en el segundo episodio. Así, tendremos que infiltrarnos en las instalaciones de Terminus, el servidor central responsable de la decadencia de una sociedad al más puro estilo de la célebre novela 1984.

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Ello nos permitirá espiar a nuestros enemigos ‒unos Prizrak más poderosos y mejor equipados‒ y conocer más sobre su comportamiento y reacciones mediante el control de unas cámaras de seguridad que podremos usar a nuestro antojo previo hackeo; incluso podremos conocer más sobre sus vidas y usar dicha información en su contra. A partir de aquí podremos seguir con el desarrollo típico de République, algo que hemos ido descubierto con los dos primeros episodios y que en Unos y Ceros termina de explotar con nuevas posibilidades añadidas, como en algunos rompecabezas relacionados con nuestro entorno, alguno de los cuales, por cierto, resultarán algo ilógicos, aunque de sencilla resolución.

El desarrollo de este nuevo capítulo es bastante similar a los dos anteriores, con lo que deberemos controlar a Hope de una manera indirecta a través de las cámaras de seguridad de las instalaciones por las que nos moveremos. Y los que no hayan jugado a Exordium y Metamorfosis, podrán empezar directamente con Unos y Ceros, aunque no es muy recomendable puesto que nos perderemos uno de sus mayores atractivos, un argumento sólido y realmente atractivo que nos mete de lleno en un mundo ficticio de gran riqueza. En este sentido, este tercer capítulo nos presenta algunos momentos de gran tensión y unos tramos de exploración bien llevados, aunque en conjunto resulta algo menos brillante que los dos anteriores, a pesar de que su duración es notablemente más larga. Y es que sus tres o cuatro horas de juego ‒dependiendo de los coleccionables que queramos buscar‒ sufren de ciertas caídas de ritmo, con numerosas escenas que en conjunto resultan algo tediosas.

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Dicha reiteración de elementos y situaciones puede eludirse si pasamos por encima ciertos tramos y nos ceñimos únicamente a los objetivos de Hope que la lleven a escapar de sus captores. Por otro lado, y a nivel técnico, sigue mostrándose a un gran nivel, con unas animaciones faciales muy cuidadas y unos modelados más que convincentes; seguramente a estas alturas no sorprenda tanto como en el momento de su presentación, pero el objetivo de asemejarse lo máximo posible a una experiencia de sobremesa está más que conseguido, respaldado todo ello por el uso de un motor gráfico Unity 4.5 que rinde a las mil maravillas en iOS y Android; eso sí, no está exento de algunos contratiempos menores como algún que otro problema con las texturas.

Además, las interpretaciones de los actores que ponen voz a los personajes del juego resultan sobresalientes, encabezados por nombres tan contrastados como David Hayter, Jennifer Hale, Mark Daugherty o Leila Birch, entre otros, eso sí, en perfecto inglés. Y como ocurre en los capítulos anteriores, llega con los textos traducidos al castellano, tanto los menús como los subtítulos de los innumerables diálogos. Y como no podía ser de otra manera, cuenta con un humor punzante que le sienta perfecto a su ambientación; incluso los fans de Metal Gear Solid encontrarán a lo largo del episodio una pequeña referencia que resulta cuanto menos curiosa, seguramente obra de los creativos que han trabajado en grandes AAA, entre ellos, la propia saga de Konami.

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A nivel de jugabilidad no encontraremos demasiadas novedades respecto a Metamorfosis más allá de un nuevo tipo de enemigos, unos guardias ‒como decíamos‒ más protegidos contra las descargas de nuestro taser y otras agresiones, excepto las nuevas minas, a los que podremos dejar KO gracias a su gran poder destructivo. Más allá de estos nuevos elementos introducidos en este tercer capítulo, sólo falta añadir un par de habilidades nuevas que nos permitirán retrasar las patrullas de los guardias y detectarlos en nuestro mapa virtual, siendo esta última habilidad poco provechosa cuando ya podemos espiar sus movimientos mediante las cámaras de seguridad repartidas por todas y cada una de las estancias del juego.