Regreso al Pasado TV 2x06: Lemmings
Uno de los juegos más populares, del que todo el mundo ha oído hablar en algún momento, aunque no lo haya probado.
Hoy os acercamos un videojuego muy popular, una de esas imágenes de marca que suele reconocer el aficionado al haber al menos oído hablar de él. Nos referimos a Lemmings, el inmortal título de puzles que en su momento supuso una revolución para el género similar a la lograda por el mismísimo Tetris años atrás. Desarrollado por DMA Design, estudio de programación escocés actualmente conocido como Rockstar North, Lemmings supuso uno de los primeros y más sonados éxitos de la década de los 90, además de todo un hito para Psygnosis, la ya por desgracia difunta compañía británica bajo la que DMA publicaba sus juegos por aquel entonces. El título llegó en 1991, y su concepción, como suele pasar con los grandes clásicos, fue más atípica de lo normal.
Blood Money, juego desarrollado en 1989 por DMA, era un matamarcianos de gran calidad que cosechó el éxito suficiente como para que poco después se planeara el desarrollo de una secuela con el nombre inicial de Walker. Los sprites en este género solían ser de pequeñas dimensiones (con la excepción de los jefes finales), para que así las hordas que atacaban al jugador fueran lo más numerosas posible; una tradición que DMA pensaba llevar un paso más allá con Walker, creando sprites lo más pequeños y minimalistas posible, aunque eso sí, dotados de un gran detalle y una animación de vanguardia. Uno de los diseños iniciales que servían de demostración era el de un diminuto sprite animado de 8x8 píxeles que mostraba a un curioso hombrecillo de pelo azul caminando hacia delante, el cual adquirió tanta popularidad dentro del estudio que terminó saltando de la fase conceptual para protagonizar su propio juego, mientras Walker nunca llegó a ver la luz.
Así, y tras un cambio en la paleta de color, el hombrecillo fue rebautizado como lemming, en honor a unos pequeños roedores conocidos por ser bastante osados en sus rutas migratorias, lo que hace que sufran cuantiosas bajas durante dichos trayectos. El nombre también sirvió de inspiración para el concepto del juego, siendo el objetivo del jugador dirigir a un número nada desdeñable de aquellas entrañables criaturas a través de escenarios plagados de trampas, abismos insondables, caídas mortales y aguas nocivas. Lo único que los lemmings saben hacer por sí mismos es caminar hacia delante (ni siquiera saben nadar, al contrario de los roedores en los que se inspiran), y lo hacen de manera ininterrumpida aunque su recorrido les lleve hacia un precipicio o una apisonadora, así que el jugador debe dar diversas órdenes a las criaturas mediante un cursor para que éstas avancen y sorteen los peligros que van encontrado hasta llegar a la ansiada salida. El número de acciones que se pueden realizar es limitado, así que tendremos que estrujarnos la materia gris y planificar con sumo cuidado la ruta a trazar para salvar el máximo número posible de criaturas. En el juego existen más de 100 fases divididas en cuatro niveles de dificultad, y cada una de ellas es un microcosmos en sí misma, por lo que tendremos que adaptar continuamente nuestra estrategia a las diversas situaciones que se van presentando.
A nivel audiovisual el juego es una auténtica gozada. Los pequeños lemmings poseen una animación impecable, y los escenarios derrochan carisma y buen gusto por el diseño. La banda sonora, poseedora de un buen número de pistas inspiradas en obras maestras e inmortales de música clásica, es también excelente y no podremos evitar tararearla al poco de comenzar a jugar. El éxito del juego fue incontestable desde el mismo momento de su lanzamiento en las plataformas Amiga y Atari ST, lo que llevó a que al poco tiempo comenzara a ser convertido a toda clase de sistemas. Por supuesto, también dio origen a una saga que acabó siendo explotada en demasía, con juegos que o bien se alejaban demasiado del concepto inicial o bien poseían una calidad dudosa.
Actualmente la licencia pertenece a Sony, los cuales lanzan entregas de vez en cuando que al menos atesoran la magia y jugabilidad del título original. Especialmente recomendable es la versión más reciente destinada a PlayStation Vita, poseedora de un interesante control mediante la pantalla táctil y unos añadidos jugables que, sin traicionar la esencia original, expanden aún más las posibilidades estratégicas del título. Dado que el juego se distribuyó en unas cantidades bastante generosas y se vendió a millones, hacerse hoy día con una copia original es bastante sencillo y barato. Incluso la entrega inicial de Amiga puede encontrarse sin problemas a no más de 20 euros, con caja e instrucciones en buen estado. Eso sí, no nos podemos ir sin recomendar un título perteneciente a la saga, aunque de mecánicas y desarrollo completamente distintos. Se trata de The Adventures of Lomax, un juego de plataformas bidimensional de bella factura gráfica, algo así como la artesanía hecha videojuego. Eso sí, este título ya es mucho más difícil de conseguir, y cuando alguno se pone a la venta, no suele hacerlo a precios baratos.
- Puzle