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Dark Souls II - The Crown of the Old Iron King

Dark Souls II - The Crown of the Old Iron King

  • PlataformaPCPS33608.5
  • GéneroAcción, RPG
  • DesarrolladorFrom Software
  • Lanzamiento26/08/2014 (PC, 360)27/08/2014 (PS3)
  • TextoEspañol
  • VocesInglés

Dark Souls II: La Corona del Viejo Rey de Hierro

Continuando el viaje prometido, la segunda corona de las tres que componen el contenido descargable de Dark Souls II aguarda a que la encontremos. Pero este Old Iron King no dejará que demos ni dos pasos sin echarnos encima su ejército de bestias y demonios. Bienvenidos a una Torre de metal y lava, camposanto de un millar de muertes

Actualizado a

“Prohibido está el camino
hacia el dominio del viejo Rey”

Hace un mes exactamente que Dark Souls II comenzó su expansión descargable de las tres coronas con La Corona del Rey Hundido, expandiendo el modo Campaña para los que aún seguían con ganas de más quests, misiones y combates en los que morir una y otra vez. Y justo hoy es cuando From Software permite adentrarse en pos de la Corona del Viejo Rey de Hierro, que nos lleva a un nuevo escenario aunque de corte tan familiar como es el entorno de la Torre del Hierro. Para acceder a él tenemos que ir a la parte del Eygil’s Idol en el Torreón de Hierro, siendo requisito que el Old Iron King esté muerto. Una vez allí iremos hacia la hoguera principal. Tres serpientes formando una estatua son el custodio que nos abre paso a este nuevo DLC, al que accedemos dentro de la vasta fortaleza que progresivamente se está hundiendo en un enorme lago de lava. Osarios de piedra guardan la estancia a la que llegamos y para la que necesitamos una llave que se suma al inventario al obtener el DLC.

Subimos en un ascensor, entramos en una densa niebla y el nuevo escenario se nos revela ante nosotros. A pesar del magma que palpita al fondo, la altura a la que estamos causa que el frio, la nieve y la escarcha se amontonen en torreones y en la construcción que tenemos delante. Buscamos la forma de caminar sobre el abismo, cubierta únicamente por una pesada cadena custodiada por los cadáveres congelados y las espadas heladas de otros héroes que nos recuerdan que la Muerte nos sigue en este DLC a cada paso que damos, igual que desde que Demon’s Souls llegó al mercado. Caminar por la cadena sobre el inmenso vacío se antoja aquí como caminar sobre nuestro propio hilo de la Vida. Pero la Torre de Bruma nos espera justo delante, y este gigantesco escenario protagonizará el contenido descargable al que vamos a entrar.

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En este páramo helado y frío, la visión de la primera hoguera reconforta aún más que en el DLC anterior, a lo que se le suma el sol del atardecer que nos baña, pero hay que seguir adelante. Y apenas damos dos pasos cuando comprobamos que no podemos fiarnos ni de la blanca nieve que cubre parte del escenario. Empezamos el descenso y no tardamos en encontrarnos como en la Corona del Rey Hundido enemigos de nivel considerable atacando en grupo, por lo que más nos vale ir bien pertrechados, equipados, armados y que dominemos muy bien el sistema de combate Souls basado en el ataque y la defensa. “¡Aquí se viene a morir!” como decían en Salvar al Soldado Ryan, y este DLC no nos busca ponernos las cosas fáciles, algo que por otra parte es lo que de verdad se quiere en esta serie.

El principio nos tendrá descendiendo por un entramado que nos memorizaremos de las veces que lo veremos, ya que pelear en sitios angostos, y contra grupos de esqueletos que golpean con un combo de dos-tres hachazos pesados seguidos (los escudos que absorben el 100% de daño son básicos), no es garantía de victoria precisamente. Para ayudarnos contamos de vez en cuando con elementos del escenario como una especie de llamaradas que surgen de estatuas en la pared, que además pueden ser golpeadas en ocasiones para que se deslicen sobre raíles a la posición lejana del rival, ideal para añadir Daño por Fuego al enemigo cuando lo ataquemos. Con algunos enemigos dentro de una habitación en particular se pueden usar tácticas como atraer su atención, esperar que se crucen en el camino de la llamarada y combinarlo con esa especie de minions, los Hollows, que van por ahí cargando barriles de explosivo contenido y que si los dejamos nos pegan con él en la cabeza. Si lo hacemos bien eliminamos a un enemigo con arco particularmente difícil y rápido sin tener que pegar un solo espadazo. Si nos sale mal… Bueno, ya se sabe: A la hoguera.

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La Corona del Rey Hundido nos llevó por unos escenarios diferentes a los vistos en Dark Souls 2,  pero haciendo honor a su título, Old Iron King, escenarios que nos recuerdan precisamente a la parte de la Torre de Hierro son los que encontraremos, con aspecto de fraguas y enormes maquinarias que requieren de items para funcionar siendo algunos de los elementos que veremos. Siempre bajando pisos, combinándose entornos al aire libre de espectaculares vistas con interiores angostos, fuego, humo, trampas que harán mucho más complicado encima limpiar las habitaciones de enemigos, pasillos y habitáculos en los que esquivar se hace muy difícil. Como es habitual, la exploración tiene su recompensa, de hecho se recomienda para alargar la experiencia de este contenido, ya que si en vez de ir por tal puerta con niebla decidimos seguir por el camino alternativo que nos ofrece tal exterior, encontraremos otras rutas plagadas de enemigos en los sitios más inoportunos y con jugosos extras como armas más poderosas.

Y es que los escenarios que recorremos cruzando de torreón en torreón, siempre descendiendo hacia lo desconocido, invitan a perderse y explorar otras alternativas cuando veamos la posibilidad, sobre todo cuando resolvemos algún que otro puzle –de escasa dificultad con interruptores que van abriendo caminos, aunque otros requieren jugarse la vida por un objeto necesario para proseguir- que puede activar el paso a nuevas zonas que antaño no podíamos acceder, dando un poco de backtracking. Los que no tengan suficiente desafío de combate aún pueden explorar un poco más y encontrar arenas heladas en las que vérselas con rivales de mucha vida y encima atacando constantemente en grupo. Y ya que hablamos de ellos, la variedad aquí es tan alta como la tasa de mortandad de sus armas.

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Tenemos desde los mencionados esqueletos de espadas a dos manos o hachas a otros que parecen armaduras flotantes equipadas con pesadísimos arcos de excelente puntería –no fallan un solo proyectil, así que rezad porque la esquiva sea en el instante adecuado- y espadas llameantes más mortíferas aún. También encontramos espectros oscuros de aspecto y andares femeninos que lanzan bolas de energía eléctrica, versiones malignas de otros caballeros poseídos por espíritus oscuros, o gigantes con mazas que básicamente nos sentencia a muerte de un solo golpe, además de masas informes que se arrastran por la oscuridad de los torreones y que les gusta incendiarse y explotar aparte de saltar sobre nosotros. Los patrones de ataque son otro factor esencial a cuidar, ya que algunos esqueletos son lentos, pero otros pueden pegar un salto repentino y aterrizar sobre nosotros con las dos hachas apuntando. Los que usan proyectiles rara vez fallan a no ser que encontremos una esquina salvador. Y para colmo, si estamos cerca pueden lanzarnos un conjuro y a la par pegarnos cuerpo a cuerpo.

A la hora de combatir contra caballeros poseídos, esas NPCs que nos invaden controladas por la IA del juego, recordar que estos tienen movimientos de ataque, defensa y esquiva muy similares a los nuestros, y en la primera mitad del DLC, si somos curiosos, podremos despachar a más de uno que nos pondrán las cosas muy complicadas al contar con mayor barra de vida que un enemigo usual. Contra los Jefes Finales que también nos saldrán al paso no cabe más que prepararse bien, armarse de todo y estudiar sus patrones, como el primero que encontramos, frente a frente y mano a mano en un escenario pequeño en el que la épica y la escala se dejan a un lado para centrarse en estudiar y matar al rival antes que nos mate él a nosotros.

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 Esta Torre infernal que debemos recorrer hasta llegar a su habitación más profunda y secreta para poder derrotar al mayor enemigo de todos es una zona casi basada por entero –quitando los exteriores nevados ocasionales- en el fuego, por lo que es más que recomendable ir pertrechados con el equipo adecuado para minimizar el constante riesgo al fuego, además de contar con un nivel bien elevado –el nuestro era considerablemente elevado y aún así no hemos caminado sobre rosas precisamente- para emprender la odisea de dificultad que vamos a encontrar aquí. Las zonas nevadas en sí no son tan abundantes, por estar ligada a los exteriores, pero cuidaos de todas ellas, avanzad con precaución, pues nunca se sabe si de repente surgirán varios enemigos de golpe a nuestro paso por ellas.

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8.5

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.