CounterSpy

La crisis nuclear entre las dos superpotencias de la Guerra Fría, Norteamérica y Rusia, vuelve a la actualidad con un título a cargo del joven estudio indie Dynamighty, un pequeño grupo de creativos con sede en San Francisco y formado por varios veteranos de la industria, incluyendo ex-Lucas Arts. CounterSpy es un de esos descargables que han levantado cierta expectación a lo largo de su desarrollo y que al fin ven la luz como un título muy deseado por los amantes de lo indie, pero que al final se queda a medio camino en varios aspectos; y a pesar de ello, el resultado es notable. Ofrece un tipo de jugabilidad poco habitual en una época marcada por ciertos géneros, es visualmente atractivo y a pesar de su escasa duración, basa su potencial en la generación aleatoria de escenarios, algo que también causa ciertos contratiempos. Espías, bombas, Defcons e infiltración; así es el nuevo descargable para PlayStation 3, PlayStation 4 y PlayStation Vita que pretende hacerse un hueco entre los grandes. Todos los detalles en nuestro análisis.

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Como se puede adivinar por el tono del propio título, CounterSpy actúa como parodia de aquellas historias llenas de tópicos ambientadas en tan convulsa época: espionaje, contraespionaje, misiones suicidas, robo de documentos... Todo para hacernos sentir como verdaderos héroes en mitad de un conflicto sin vuelta atrás. Una vez a los mandos nos daremos cuenta de que su control es bastante suave, bien ajustado, sorprendiendo incluso al jugador durante los primeros minutos de partida. Y es que nuestro espía responderá con bastante agilidad a nuestras órdenes, ya sea para correr, saltar, escondernos o movernos con sigilo. La acción se desarrolla en scroll lateral a lo largo de niveles bastante pequeños pero con multitud de salas que completar, eso sí, con un avance totalmente lineal.

Aunque lo mejor de su propuesta de juego es que resulta muy adictiva; a ello contribuye un manejo del protagonista, como decimos, ejemplar y un ritmo de juego bastante elevado y frenético a pesar del tono sigiloso que pide a gritos durante toda la aventura. Si bien es cierto que podemos pasar a la acción cuando nos apetezca, si queremos llegar al final de cada nivel a salvo tendremos que valernos de nuestras mejores técnicas de espía internacional. Así, deberemos esquivar o eliminar a un buen número de enemigos en cada estancia y evitar cámaras de seguridad estudiando sus rutinas, a menudo impredecibles. Para ello podremos escondernos detrás de algunos objetos, muros o columnas, para así actuar sin levantar la más mínima sospecha, ejecutando a nuestros enemigos con precisas técnicas cuerpo a cuerpo; tan precisas como pulsar un botón en el momento adecuado. Será en estos momentos cuando la cámara cambie a una perspectiva de shooter en tercera persona para brindarnos la mejor de las vistas frente a las situaciones más peliagudas.

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A decir verdad, dichos cambios de perspectiva están bastante bien solucionados y aportan dinamismo a la acción. A medida que vayamos superando los momentos más frenéticos, deberemos estar pendientes de hacernos con los documentos de inteligencia repartidos por los escenarios, además de recoger munición o recuperar algo de salud en las estaciones correspondientes. Eso sí, tan cautelosos deberemos ser con nuestros pasos como con nuestras balas, puesto que serán escasas y no siempre tendremos la oportunidad de recoger munición. En este sentido, las secciones de tiroteos resultan entretenidas y nos brindan la oportunidad de recurrir a diferentes tácticas para limpiar una zona determinada de soldados; los bidones explosivos serán muy importantes en según que situaciones.

Pasar inadvertidos será esencial para avanzar en las diferentes misiones, marcadas todas ellas por un nivel de alerta que aumentará con cada error; si somos detectados, nuestros enemigos no dudarán en pedir refuerzos y aumentar así el llamado Defcon, de cinco a uno. En el momento que entremos en Defcon 1 se nos dará un tiempo determinado ‒bastante escaso‒ para llegar al final del nivel y parar la cuenta atrás para el lanzamiento de misiles. Sobre el diseño de niveles, en un principio puede resultar incluso sorprendente, aunque la idea de la generación aleatoria de escenarios con cada nueva partida presenta algunos inconvenientes; así, en algunos momentos nos encontraremos con secciones decididamente frustrantes debido a un diseño poco afortunado y provocando una curva de dificultad algo desequilibrada.

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A nivel técnico también se muestra algo irregular debido a algunos problemas de rendimiento ‒a pesar de su sencillez‒ y algún que otro tirón o bug de posicionamiento de personajes, algo que puede arruinar una misión por un error forzado. Desarrollado con Unity, presenta escenarios y personajes más que correctos, bien animados, con un estilo muy personal y que nos llevará irremediablemente a la época que intenta ‒y logra‒ parodiar. El diseño artístico es notable, así como las diferentes melodías y efectos de sonido, a un nivel más que aceptable. En su contra juega una duración de entre dos y cuatro horas ‒dependiendo de nuestra habilidad y la profundidad que queramos imprimir‒, bastante irrisoria a pesar de la comentada generación aleatoria de niveles.

Algo que ayudará a que queramos seguir jugando una vez completado el modo historia será la posibilidad de usar diferentes armas y equipamiento que podremos comprar recogiendo dinero de los escenarios. Cada arma tendrá un efecto único que podremos utilizar a nuestro favor en cada nuevo reto, así como las habilidades extra, como ser más silenciosos, aumentar nuestra resistencia o bajar el nivel Defcon en el siguiente escenario, entre otros. Además, siempre podemos superar la puntuación de algún jugador en cada escenario, lo que nos reportará jugosos beneficios si encontramos su cuerpo en el mapa. El título llega con los textos traducidos al castellano y con opción cross-buy entre las tres plataformas, eso sí, con una peculiaridad; si pretendemos seguir la partida entre PlayStation 4 y PlayStation Vita, veremos que los trofeos se duplican, algo que provocará irritación entre los jugadores que quieran hacerse con todos, puesto que en una plataforma saltará y en la otra no.

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