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Call of Duty: Advanced Warfare y la crítica fácil

Ha roto esquemas, medio mundo ha querido copiarlo. Y mientras vende millones, no es poco el odio que genera. Si las críticas se centran en cualquier nimiedad, es lógico que luego los mismos críticos sean incapaces de entender su éxito.

Call of Duty despierta visceralidad. Después del golpe encima de la mesa que supuso Modern Warfare, juego que lo cambió todo en lo que FPS de consola se refiere, la franquicia de Activision ha ido ganando adeptos y también enemigos. Un ejemplo claro lo tenemos en Advance Warfare. Cuando se anunció con un tráiler oficial a finales de la semana pasada empezaron a correr ríos de tinta en forma de tuits y publicaciones en los foros. Objetivo: matar a la nueva entrega de la exitosa saga antes de que haya nacido. En el vídeo de presentación apenas había un par de secuencias in-game –si es que lo eran- pero las opiniones salían como balas. No transmite. Lo mismo de siempre. No cuela. Tal.

La saga de Activision ha merecido por mi parte, desde siempre, más críticas que elogios. Centradas, sobre todo, a temas como la campaña principal y sus ya conocidos errores. Hasta que con el tiempo comprendí que Call of Duty era básicamente un juego multijugador. Y un juego multijugador que funciona y engancha a millones de jugadores mes tras mes. Yo mismo he caído en las redes de un par de sus entregas, necesitando jugar día tras día. Su personalización, su mecánica rápida, dinámica, inmediata. Sus perks, sus rachas de muerte. O su accesibilidad, que permite que un grupo de amigos juegue y se lo pase bien aunque uno muera veintitantas veces en una partida y otro siempre sea el primero. Han sido las dos entregas que más he jugado jamás de la saga. Y sus respectivas campañas ni las he acabado tocando.

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Por ello, porque no se ha visto nada de todo esto, me sorprenden las críticas antes del pistoletazo de salida. Y más en una entrega que ya se ha presentado con ciertas novedades que se antojan relevantes. Arsenal futurista nuevo y el exoesqueleto –y lo que conlleva- por citar los dos grandes ejemplos. Nada más se sabe de ellos, de momento. Pero Advanced Warfare “es más de lo mismo”. Por qué sí.   Porque Call of Duty debe morir, supongo. Aunque el cambio de escenario -el futuro- pueda brindar tantas oportunidades como incertidumbres. Para bien y para mal. Eso, entiendo, da igual. Es Call of Duty.

La realidad es que la base del multijugador de la saga es puro vicio y que se pretende ampliar miras en lo jugable (seguramente, después de ver los caminos de la competencia). Criticar desde el minuto cero a la saga demuestra las ganas de destruir por destruir. Tengo la sensación que muchas veces se ataca sin saber qué ofrece realmente. O, en otros casos, se le piden cambios… para dejar de ser Call of Duty. Y en ese sentido, lo mejor sería ir  a por otro shooter en lugar de pedirle a la saga de mayor éxito de esta generación que deje atrás lo que le ha hecho triunfar. Eso no significa que no sean necesarios cambios, que lo son. Y más sacando un juego cada año.

Habrá tiempo para ver si las novedades y la apuesta de Sledgehammer agita como debe la fórmula Call of Duty. O si por el contrario es más de lo mismo con otro collar. Si se avista un Ghosts 2 entonces sí tocará ir con el cuchillo entre los dientes (yo el primero, como en anteriores ocasiones). Las ventas de la última entrega son un aviso. Y por eso se juegan tanto con Advance Warfare. Y lo saben. O eso creo.