Batman: Arkham Origins - Cold, Cold Heart

Quizá pueda sonar exagerado, pero lo que Rocksteady Studios hizo con Batman en su saga "Arkham" ha sido tan importante para el personaje como la trilogía cinematográica de Christopher Nolan, o la serie animada de Bruce W. Timm de los años 90. Con Arkham Asylum y Arkham City otorgaron al héroe unos juegos a su altura, combinando unas mecánicas realmente sólidas (combates dinámicos, posibilidades de movimiento entre las sombras, uso inteligente de los gadgets) con unas historias fantásticamente escritas. La salida temporal del estudio de la saga (volverán pronto con Arkham Knight) se produjo con Arkham Origins, precuela de los anteriores, desarrollada por Warner Bros. Montreal. Un título inferior aunque muy meritorio, tratado en cierto modo de forma injusta por no estar a un nivel tan alto como sus dos antecesores, pero que atesoraba algunos momentos realmente sobresalientes, como el segmento del Sombrerero.

Si bien el juego despertó cierta polémica cuando sus responsables aseguraron que no corregirían bugs o errores, por estar centrados en crear DLC (contenidos descargables), ha sido ahora cuando por fin hemos podido saber el alcance de aquella decisión. Con la salida de Corazón helado (Cold, Cold Heart desde el menú), la primera de estas expansiones dedicada al modo historia (con anterioridad, habían salido nuevos desafíos o mapas), queda claro que la gente de Warner Bros. Montreal bien podría habérselas arreglado para desarrollar ésto en paralelo a la corrección de los fallos técnicos que provocaba el Arkham Origins básico, porque resumiendo en exceso: no encontramos nada aquí que justifique que abandonen el soporte al título. La palabra que define toda esta nueva campaña es "aceptable", pues al margen de su escasa duración (unas tres horas) apenas aporta un poco de background sobre un personaje con el que ya nos habíamos visto las caras en la saga (en Arkham City) y además de forma bastante similar.




El origen de Mister Freeze
Corazón helado arranca con Bruce Wayne dando una fiesta en su mansión en honor a Ferris Boyle, CEO de GothCorp, que se ve interrumpida súbitamente por la llegada de Mister Freeze y los hombres del pingüino. En este punto tomamos el control de Wayne con el objetivo de acceder al sótano y ponemos el traje de Batman para detener a los malhechores. Poco antes de que podamos hacerlo, Freeze se lleva a Boyle, por lo que nuestro siguiente objetivo será rescatarle. Las tres horas que duran la campaña consisten prácticamente en ésto, pero es curioso cómo se las ha ingeniado Warner Bros. Montreal para alargar de forma algo artificial la historia dándole casi más protagonismo al Pingüino que a Freeze, al que apenas vemos en una tercera parte de todo este tiempo, y que sólo gana algo de importancia cuando descubrimos (mediante el sistema de reconstrucción del crimen) su origen, el cómo llegó a ser así.

Arkham Origins tenía una ciudad bastante amplia, que motivaba el uso del transporte rápido para evitarnos perder demasiado tiempo moviéndonos de punto a punto. En Corazón helado esto no hace falta porque Gotham está bloqueada en prácticamente su totalidad, quedando sólo como explorables Coventry y el Distrito Diamond. Si bien podemos movernos por ellos libremente, no hay mucho que hacer más allá de superar las tres 'misiones opcionales' que incluye este descargable al margen de la campaña. La primera consiste en descongelar a 20 policías, algo que podremos hacer con el traje XE, del que hablaremos más adelante. La segunda, en detener a los activistas del grupo Anarky, un total de cuatro encuentros en los que además de pelear nos tocará desactivar dos bombas. Por último, tendremos que rastrear doce símbolos de Anarky ubicados por la ciudad y que sólo podremos ver con el Modo Detective activado. Completar cualquiera de estas misiones secundarias nos da acceso a alguna habilidad extra o mejora para un gadget, como por ejemplo una onda de ruptura de hielo. En total, visitaremos tres localizaciones: la mansión Wayne, GothCorp y el club noctuno My Alibi.




Completarlos es, sin embargo, muy sencillo, por lo que apenas sumarán una hora extra a las que ofrece la campaña (insistimos, apenas tres) dado que los hombres helados se ven con bastante facilidad por el entorno (a excepción de uno, al que accederemos con el batarang remoto), y lo único que puede ser más complicado es dar con los símbolos de Anarky. Una vez hecho esto y superada la campaña, el DLC quedará definitivamente aparcado por la falta de cualquier tipo de extra que invite a rejugarlo, teniendo en cuenta que el Batman que controlamos se carga desde la partida básica de Arkham Origins, por lo que si ya tenéis al personaje al máximo nivel (nuestro caso) ni siquiera ganará experiencia por derrotar enemigos, ni se ha incluido el árbol de habilidades, ni perfiles de personajes, etc. Contamos con todos los gadgets desde que nos ponemos el traje, además, por lo que no hay un proceso de adaptación ni de exploración de nuevas búsquedas de mecánicas.

El único cambio relevante en esta nueva campaña, con respecto a Arkham Origins, lo supone la inclusión del traje XE. Preparado para las altas temperaturas, con un aspecto más tosco, tiene una tecnología interna que permite a Batman generar calor y con él derretir el hielo que nos impedirá avanzar de cuando en cuando. Con este traje, nuestro batarang tendrá la opción de carga calorifica, lo que permitirá tirar estalactitas sobre los enemigos (la ciudad está helada, así como las localizaciones que visitamos) o derretir paneles. Los guantes eléctricos son reemplazados por los térmicos, que con una carga de fuego -tanto en combate, como fuera de él- generan calor y sirven también para avanzar por el escenario. No es que se le de un uso particularmente inteligente a estas nuevas posibilidades, siendo un título bastante conservador a este respecto incluso en el único combate contra jefe que se ha incluído (evidentemente, el de Mister Freeze), que recuerda al que ya disputamos en su momento en Arkham City.



La campaña avanza así con una historia interesante, correcta pero tampoco demasiado extraordinaria (olvidad los mejores arcos de la trilogía), eso sí de nuevo completamente traducida al castellano (voces y texto), pero algo vaga a la hora de ofrecer una experiencia jugable rica. Independientemente de los combates generales en la calle, que no varían un ápice con respecto a Origins (algo razonable, por otra parte), tendremos sólo un encontronado con un 'gorila', y apenas un par con francotiradores. El resto son enfrentamientos al uso, aunque de forma algo extraña se ha decidido incluir a algunos ninjas entre los pandilleros habituales. Hay un nuevo enemigo que carga un cañón helado y que nos congelará si nos da con su proyectil, al cual hay que derrotar con una paliza (golpe con la capa  y posterior combo de puñetazos). Más allá de esto, lo demás se ciñe al guión: encuentros en modo depredador (subiéndonos a gárgolas o salientes, para derrotar a enemigos armados sin que nos vean), alguna pelea cuerpo a cuerpo y dos momentos en los que tenemos que reconstruir un crímen para seguir avanzando en la historia.