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LEGO: The Hobbit

LEGO: The Hobbit

LEGO: The Hobbit

El viaje de Bilbo hasta toparse con las fauces de Smaug tiene una nueva cuadriculada y juguetera reinterpretación. Los sandbox LEGO y su particular humor despiezado llegan con LEGO: The Hobbit al universo de Tolkien y Peter Jackson, en una aventura ya muy poco sorprendente pero tan entretenida y duradera como siempre, con versiones para absolutamente todas las plataformas actuales, también portátiles.

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Traveller's Tales ha reinterpretado bajo el sello LEGO montones de licencias, quizá demasiadas ya. Star Wars, Piratas del Caribe, Batman, Indiana Jones, Harry Potter, o las más recientes El Señor de los Anillos y la vasta plantilla de héroes Marvel no se han librado del estilo satírico y desenfadado de las figuritas de cabeza achatada y manos cóncavas. Regresando al inagotable universo de J.R.R. Tolkien y con la homologación de la última trilogía de Peter Jackson, LEGO: The Hobbit resume las dos primeras películas hasta la fecha (Un Viaje Inesperado y La Desolación de Smaug) y las traslada hasta un juego de acción y aventura con mucha exploración y hasta mecánicas de construcción y gestión de recursos donde el mayor incentivo vuelve a ser el sentido del humor incesante y el estilo gráfico caricaturesco revisando cada elemento, momentazo, personaje, canción, paisaje, etc. de los filmes.

Escalera de versiones de lanzamiento y escalera de precios, 29,90 euros en PC, 39,90 euros en 3DS y Vita, 49,90 euros Wii U, PS3 y 360 y 59,90 euros en PS4 y One. Warner rebaja levemente el precio estándar e intenta colar su nuevo título en el catálogo de cualquier jugón, tenga la consola que tenga. LEGO: The Hobbit es un videojuego absolutamente comercial y de licencia pero no por ello un mal videojuego, en absoluto. La serie ha demostrado durante todos estos años que sabe esbozar experiencias de juego férreas y hasta con un particular estilo muy suave, accesible y que invita a buscar todos sus secretos y personajes. En esta aventura sucede igual, y se introducen ciertas leves novedades para darle una fisonomía única. que no sorprendente tras semejante sarta de juegos LEGO.

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Las más importantes aventuras de Bilbo Bolsón y el resto de enanos a través de la Tierra Media, en compañía de Gandalf, Thorin Escudo de Roble o Légolas, se recogen en este primer LEGO: The Hobbit que tiene pinta de ampliarse con un DLC de pago una vez que se lance la última entrega cinematográfica esta Navidad, El Hobbit: Partida y Regreso. O al menos esos son los planes iniciales de sus creadores. El comienzo del viaje desde La Comarca y negativa inicial de Bilbo en Bolsón Cerrado recibiendo a los barbudos acompañantes, el enfrentamiento de los gigantes en las Montañas Nubladas, las tensiones de Rivendel el frenético descenso en barriles por el Río del Bosque flanqueado por los elfos arqueros o la espectacular llegada a las Minas en Erebor y la Fundición tomada ahora por el temible dragón negro Smaug son solo algunos de los acontecimientos que reviviremos en este videojuego

Es un producto absolutamente fiel a la película y menos respetuoso con el libro, como era de suponer al responder al sello cinematográfico de Warner Bros y New Line Cinema más que a los acontecimientos originales, algo que no es para nada negativo pero que no debe llevar a nadie a creer que este LEGO: The Hobbit se sale de las líneas argumentales y estéticas marcadas por los dos largometrajes de Jackson y Guillermo Del Toro. Los cambios que imponen los filmes sobre el libro están aquí tal cual, también los muñecos LEGO emulando el rostro de los actores o el diseño artístico de lugares míticos como Rivendel o la Fragua guarida de Smaug. Cómo no, la duración vuelve a ser generosa si se quiere obtener todo lo que el videojuego esconde, más de 30 horas para completarlo del todo, menos de un tercio para llegar simplemente al final yendo rápido, siendo ése uno de sus incentivos una vez más, pues invita de verdad a coleccionar todas las piezas, personajes, construcciones, etc.

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Camino a Erebor

Como en la mayoría de los LEGO, The Hobbit utiliza una estructura clásica por niveles intercalada con una base de operaciones que sirve para ir registrando el progreso, acceder a contenidos extra, recursos, piezas y, en este caso, el nuevo modo de construcción mediante un divertido y sencillo minijuegos. Llegar hasta el gigantesco Smaug para recuperar la ciudad de los enanos no será tarea fácil si dejamos semejante responsabilidad solo al combate y movimiento del grupo de protagonistas, distintos todos ellos entre sí en habilidades y golpes. También es necesaria cierta organización en recursos y sacar partida a todos los bloques y ladrillos que encontremos por el camino para crear nuevas bases e infraestructuras que nos den ayudas y ciertos soportes o potenciadores. Esto se había visto antes pero en este LEGO alcanza una nueva dimensión que nos animará a ir dando forma a los edificios mediante editores algo aleatorios y herramientas de construcción clásicas, a nuestro gusto pero buscando la funcionalidad y jugando con la suerte.

Bilbo, Thorin, Fíli, Kíli, Óin, Glóin, Dwalin, Balin Bifur, Bofur, Bombur, Dori, Nori y Ori forman la compañía y misiones de campaña principal, mientras que Gandalf se desmarca en su ruta importantísima -como en las películas- u otros nombres propios intervienen y se hacen jugables, como Légolas y alguna sorpresa más. No son tantos como en otros LEGO y no se descuida tampoco la presencia de villanos, como Gollum y su indecisa bipolaridad en busca de su tesoro o los trasgos con su rey armado imponiendo el caos. Hay sorpresas y cameos de El Señor de los Anillos. Como decíamos, cada personaje tiene sus particularidades pero no llegan a abundar en exceso ni crear un gameplay variado, solo los usos que les podemos dar frente a los puzles, esta vez más abundantes que en las fórmulas sandbox de la marca como LEGO Marvel Super Heroes o LEGO City Undercover.

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Puzles sencillos, como mover unos bloques en orden para llegar hasta un saliente o encontrar la llave a una sala que da acceso a una segunda llave son algunas de las mecánicas rompecabezas intermitentes entre la acción beat'em up y las suaves secciones de plataformas que frecuentan el título. Llegar a ciertos resquicios altos colocando a Bombur como muelle sobre el que saltar e impulsarse con su barriga, o aprovechar los trucos de Bilbo con el anillo para salir airosos de las situaciones más peliagudas son algunas de las decisiones y posibilidades que se ofrecen en esta propuesta donde cambiar de personaje sigue siendo muy frecuente y bastante ágil, con un solo botón y un panel de nombres de los controlables. Cada enano tiene una habilidad y juntos pueden formar torres o hacer ataques poderosos. Se queda algo más simple que en otros LEGO, donde podíamos equipar muy distinto equipo a todos los protagonistas, unirlos para hacer un ataque especial, o editarlos físicamente para cambiarlos de ropa y aspecto.

Humor y coleccionismo

Pero, cómo no, lo que hace verdaderamente grande a todo juego de LEGO es el satírico y despreocupado estilo para reflejar personajes y escenas clave. El triángulo amoroso entre Légolas, Kili y Tauriel se refleja llenando el aire de corazones que los demás protagonistas no paran de reventar agotados, Gandalf en algunas secuencias no para de toser y cojear como anciano que es, o incluso le parpadea la luz de un hechizo de iluminación para ver en las cavernas. Está mayor... Referencia graciosa, por supuesto, a todos los enanos y su ruidosa y orgullosa forma de ser, enredándose en sus propias trenzas de la barba o quedándose dormidos en mitad de la batalla. No es demasiado elevado nunca el número de enemigos simultáneos en pantalla y los personajes no se cortan en comentarlo. De hecho, sobre combates, LEGO: The Hobbit vuelve a ser una aventura medianamente fácil. Puede ser compartida -en consolas- con otro jugador en la misma consola, no online y se echa de menos esta opción, lo que la facilita más aún ya que la dificultad no se adapta. Eso sí, lo hace todavía más divertido al tener que repartir los objetos, las zonas a cubrir, pegar juntos al jefe final de turno, etc.

Los objetos especiales y más valiosos saldrán de la Herrería, el lugar donde invertir todo el Mithril recogido para dar forma a arsenal más potente. Recorrer los niveles una y otra vez en busca de más piezas, piedras preciosas, madera y rocas para la construcción, o nuevas salas donde antes no podíamos entrar por no tener desbloqueado al personaje necesario para el acceso son mecánicas muy LEGO que aquí por supuesto repiten. 16 son sus niveles principales pero a ellos se añade un abanico de misiones secundarias excelso, algunas muy graciosas y que coquetean con otros génros como los quick time events o el disparo en tercera persona. Merece la pena verlas todas, lo que conlleva tiempo.

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Plástico expresivo

Y en la línea del humor y las mofas que hace el juego a las propias películas y sus situaciones importantes, hay que decir que esta marca no sería si lo mismo si no fuera por la extrema expresividad de los muñecos, tanto facial como en animaciones. Son súper graciosos, con muchas muecas que reflejan a la perfección su estado de ánimo o personalidad, muy bien modelados e iluminados siempre según el ambiente donde se encuentren, y cargados de carisma y diálogos estelares. Obviamente, en PlayStation 4 y Xbox One su acabado es superior en materia de texturas, iluminación o resolución. Eso sí, en escenarios y detalles concretos LEGO The Hobbit no es un título puntero ni mucho menos. Su apartado gráfico, como el jugable, es conformista y funciona muy bien pero sin despuntes ni sorpresas. Cada entorno es perfectamente reconocible, está vivo y se adapta a los bloques con ingenio, pero en ningún caso veremos escenarios que dejen la boca abierta o sean realmente cautivadores, tampoco en newgen.

El sonido sí está a un estupendo nivel, con mucha música rescatada de las películas que acaba siendo lo mejor de su apartado de audio. Se unen composiciones creadas para el juego y mucho menos épicas o ambiciosas, solo para acompañar, y no están mal. La gama de efectos, bastante amplia y fiel a lo que se expone en pantalla, y el doblaje al castellano terminan de hacer elogiable el sonido. No hay nada que destaque o esté por encima de las expectativas, son muchos juegos de LEGO ya y siempre se han mantenido bastante firmes en materia técnica. No abundan los textos en pantalla ni los menús, haciendo todo muy amigable para niños o público poco habitual.

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7.8

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.