Dead Rising 3: El último agente

El último agente es el cuarto y definitivo contenido descargable de Las Historias No Contadas de Dead Rising 3. Esta vez nos toca ponernos en la piel de un agente de la ZDC, una compañía no muy querida precisamente en ese mundo. De esta manera Capcom Vancouver da por cerrado el pase de temporada (30 euros) con cuatro capítulos que no han conseguido llegar a las cotas de calidad de la campaña principal. Sí con algunas novedades –ciertos detalles de la trama, vehículos y armas- pero nada que no nos haga pensar que más no siempre quiere decir mejor. Aunque este último Agente está más cerca de Chaos Ring, el mejor DLC de todos, que del primero, el peor.

Brad Park es un agente de la ZDC que está moribundo porque necesita su ración de zombrex. La primera secuencia es interesante, porque aparece Nick dándole su dosis y marchándose no sin antes lanzar improperios sobre su compañía. Park, que cree en la justicia y en el bien que hace su empresa, empieza a divagar por Los Perdidos, y a medida que va ayudando a la doctora Cora se da cuenta que no es oro todo lo que reluce. Algunos de sus descubrimientos, la pregunta de por qué el ejército está asaltando la ciudad infestada y otras revelaciones más avanzadas nos aportan un punto de vista interesante para el conjunto de la trama, aunque como es habitual está desarrollado de manera abrupta (una hora y poco las misiones principales, unas dos hacerlo absolutamente todo).

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Más allá de la trama y los detalles que se descubren, que están bien por ser del lado que son y también por ver cómo cambia el personaje de ideas, el DLC en cuestión se nos presenta como una exhibición de las nuevas armas. Hay cinco, de las cuales tres o cuatro son realmente espectaculares. El pacificador dispara proyectiles que hacen explotar la cabeza a los zombis –y a los humanos los liquida también de un disparo- siendo un abuso de cabo a rabo. Junto a él, un cañón de reil con una especie de láser potente, una pistola llamada escupidor que enciende en llamas a los zombis y el martillo pilón, una arma cuerpo a cuerpo que embiste a los enemigos. Son letales, son divertidas y las misiones se basan además de ir de un punto a otro para volver al primero, limpiar zombis por arriba y por abajo.

Acabar con gente del ejército de un disparo con estas armas es una gozada, buscar zombis con chips por todo el mapa y matarlos por decenas, también. Pero no es nada tampoco del otro mundo, nada que nos aporte una experiencia realmente nueva. A poco que hayamos terminado la campaña, las misiones son fáciles salvo algunos soldados con bazookas, y lo que se nos propone de secundaria (salvar a gente que está en peligro de grupos de zombis y buscar más chips extras) no tiene ningún secreto más que llegar, limpiar, marcharse. Lo mismo con las misiones principales, basadas en acabar con zombis en zonas concretas, hablar con uno, ir a otro sitio y poco más. Salvo en un caso, todo muy lineal y sin un clímax jugable imponente, algo de lo que adolecen casi todos estos DLC de Dead Rising 3.

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Mención especial merece el vehículo extra, un camión blindado de la ZDC. Este armatoste es un tanto lento y dispara una especie de humo que deja congelados a los zombis –mejor aplastarlos- pero sus grandes virtudes están en otros puntos. El primero, el turbo que tiene pulsando un botón y que permite arrasar con zombis y hacer saltos imposibles. El segundo, que su durabilidad es bastante enorme. Seguramente no será “cool” como la moto de Chaos Rising, pero tiene su atractivo. Este DLC es ideal para sumar bastantes puntos por los supervivientes que hay por la ciudad (10.000 por cada uno) y si encima podemos dar vueltas con el vehículo porque no se extravía tan rápido, mejor.

Llegados a este punto, queda claro mencionar que este Último Agente no es el DLC esperado, el que iba a redimir los pecados de sus predecesores. Mantiene las bases de todo el pase de temporada, con misiones lineales de una hora total, extras que lo pueden alargar a dos, algunas armas y vehículos interesantes pero jugablemente justitos. En total son 30 euros de pase de temporada para unas 5-7 horas dependiendo de si lo queremos hacer todo, sabiendo que no habrá novedades de peso en mecánicas respecto el juego original. Más caro nos parece todavía comprarlos por separados a 9,99 euros, la verdad.

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