Después de cuatro días llenos de deportes electrónicos e increíbles partidos en la Intel Extreme Masters de Polonia, los coreanos se han coronado como los reyes del gaming competitivo en League of Legends y Stacraft II. Aunque equipos europeos como Fnatic estaban demostrando un elevado nivel en semifinales, parece que los coreanos se les resistieron una vez más y acabaron 0-3 en el Best of 5 de la final. KT Rolster Bullets se coronó como campeón indiscutible de League of Legends esta IEM, con un juego en equipo impecable, un estilo agresivo, gran coordinación y capacidad estratégica y unas fases de líneas muy fuertes. Durante las dos primeras partidas parecía que Fnatic los tenía en la palma de la mano, pero conforme avanzaba el juego los coreanos supieron desenvolverse mejor y sacar partido de los puntos débiles de los europeos. KTB acudió como representante de OnGameNet (OGN), la liga equivalente a la LCS europea en Corea, y fue minando la moral de Fnatic durante tres partidos, convirtiendo la pequeña ventaja de oro de los europeos en insignificante, con un teamplay más sólido y algunas jugadas maestras. Pudimos incluso ver en el tercer partido al Lee Sin del jugador inSec, conocido mundialmente por ser el mejor Lee Sin del mundo. Hay que destacar que demostró que no sólo es una bestia con este campeón, ya que se ganó un ban para Kha’Zix en la última partida por lo molesto y agresivo que resultó en los dos primeros partidos. En general, el equipo coreano fue superior, pero hay que reconocer el mérito de Fnatic, destacando el de nuestro compatriota Enrique “xPeke” Cedeño, que consiguió llegar a la final demostrando un gran nivel. En Starcraft II la situación no fue diferente, aunque en el juego de Blizzard Entertainment ya estamos más acostumbrados al dominio coreano. A pesar de que Kim “herO” Joon Ho fuera el favorito del público, Kim “sOs” Yoo Jin se hizo con la victoria en un Best of 7 llevándose los $100.000 de premio que había para el primer puesto. Ambos son jugadores coreanos de Protoss, pero sOs consiguió coronarse como ganador tras cinco partidos.