Dead Rising 3: Chaos Rising

El tercer episodio de las historias no contadas de Dead Rising 3 está ya disponible para descargarse en Xbox One previo pago de 9,99 euros o gratuito si se ha adquirido el pase de temporada, que incluye cuatro capítulos extras con nuevos personajes controlables. En esta ocasión el protagonista es Hunter, uno de esos moteros que tantos dolores de cabeza nos dan al inicio del título protagonizado por Nick Ramos. A través de él conoceremos una historia de venganza que se postula como el mejor DLC aparecido hasta el momento para el juego de Capcom Vancouver. Algunos de los errores, no todos, que se identificaron en las dos primeras entregas se han corregido en esta tercera iteración, solo pensada para los que más han disfrutado del juego.

Hunter está encerrado en la prisión justo cuando sucede el hecatombe zombi en Los Perdidos. Em medio del caos con otros presos y policías convertidos a caminantes, el protagonista de esta aventura se las ingenia para escapar de su celda y volver con su cuadrilla lo antes posible. Allí verá que las cosas han cambiado, y también lo que ya sabía: que no es casualidad que acabara encerrado en prisión. Después de una discusión y combate con sus ex compañeros, decide tomarse la justicia por su mano e intentar vengarse por lo de acabar encerrado primero y lo de no aceptarlo en el grupo después. Todo a su tiempo. Una trama interesante con un  personaje ofrece un punto de vista distinto a lo visto hasta ahora: es un kamikaze que no teme a nada, que disfruta matando zombis y que desprende sed de venganza por los cuatro costados. Sus comentarios y acciones nos gustarán por encima de la media de los personajes de Dead Rising 3, sin ser nada brillante dicho sea de paso.

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De nuevo la estructura del contenido descargable nos presenta una historia principal que vamos siguiendo paso a paso sin salirnos del camino aliñada con una serie de misiones secundarias que amplían nuestra exploración por Los Perdidos y con varios coleccionables que podemos recoger y debemos guardar si queremos hacer el 100% de esta historia no contada. La duración es la estándar para estos DLC, con una hora más o menos para terminar la aventura principal y dos en total –ya depende de nuestra habilidad- si queremos conseguir completar el 100% de lo que nos ofrece Hunter y sus motivaciones. La historia principal es lineal, pero tiene algunos elementos interesantes tanto por la exploración, que nos invita a buscar ciertas cosas, como por la presencia –por fin- de jefes finales que le dan dificultad y reto al asunto. Era uno de los problemas de las historias no contadas anteriores y que se soluciona aquí con algunos combates duros, entre otras cosas porque no tenemos un refugio donde abastecernos de armas antes de visitar enemigos que además de ser fuertes, tienen secuaces a lado y lado.

Más allá de la aventura principal, contamos con algunas misiones secundarias y coleccionables más. La secundaria importante es la de buscar todo tipo de motos personalizadas y llevarlas al taller de un viejo amigo. No tiene más secreto que llegar al sitio en cuestión, aunque es cierto que algunas de ellas tendremos que cuidarlas por el camino si no queremos que se nos rompan, pero ofrecen interés en general. Entre los coleccionables, buscar botellas de whisky y acabar con una serie de cabinas de teléfono, además de recoger insignias de los moteros que campan por Los Perdidos para coger más puntos. Es un DLC hecho para conseguir subir PP a toda máquina, ya que las motos, las chapas o las botellas nos dan una gran cantidad de puntos. De nuevo, el problema de los extras es que más allá de llegar al punto marcado, no ofrecen ningún reto especial.

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Otro elemento ya habitual en estos contenido descargables es la presencia de nuevas armas, vehículos y arsenal combinado. Este DLC cuenta seguramente con las mejores armas que hemos visto en los contenidos extras hasta el momento. Una maza con forma de martillo gigante, un casco con pinchos ideal para acabar con enemigos a lo embestida, un Divisor que mezcla disparos cortantes con una pala para luchar cuerpo a cuerpo, un cañón de mano que viene a ser como una escopeta recortada muy poderosa o la joya de la corona, un vehículo totalmente nuevo que se hace mezclando motos y que se convierte en una moto asesina: tiene todo de discos cortantes delante de sí y hace estragos entre los zombis mientras pasamos a toda velocidad. Estas, entre otras, son una pasada.

El juego en sí no ofrece demasiadas sorpresas, seguramente por el hecho de que se ambienta en los primeros momentos de la hecatombe echaremos en falta más zombis en pantalla, como pasa en los últimos capítulos de la campaña principal, pero esto se suple con caminos que están cortados o son distintos a los originales y con una gran presencia de moteros que nos pondrán las cosas difíciles para luchar y acabar con ellos. Eso sí, con el nivel con el que nos movemos a poco que hayamos terminado el juego no será demasiado difícil, aunque algún jefe final tiene su miga.

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