Fightback

Tras un más que prometedor comienzo en consolas con tres aventuras notables como Heavenly Sword, Enslaved y DmC, el estudio inglés Ninja Theory ‒con Tameem Antoniades al frente‒ sorprendía hace unos meses con el anuncio de que su próximo título estaba siendo desarrollado para smartphones y tablets, con la promesa de llevar las cotas de calidad de los títulos de sobremesa a nuestros dispositivos iOS y Android. Y el resultado no es otro que Fightback, un título de acción y peleas callejeras creado junto a Chillingo que rinde homenaje a los arcades de los años ochenta, tanto en su propuesta de juego como en su estética, pero que falla en un modelo de negocio que no le sienta nada bien a su desarrollo, el siempre controvertido free-to-play. Repasemos las claves de esta historia de sangre y venganza en nuestro análisis.

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Contamos con la ayuda del Capitán Dan, un viejo amigo que nos aconsejará durante nuestro peligroso viaje por los barrios más peligrosos y oscuros, además de un comerciante que nos facilitará todo tipo de objetos y armas que aumentarán considerablemente nuestra fuerza bruta; hasta aquí todo genial, un planteamiento lleno de tópicos pero que promete acción y diversión, todo potenciado por una estética y unos gráficos más que vistosos. Y es que su clara inspiración ochentera queda patente desde el propio título del juego con sus letras en neón, además de un diseño de menús, personajes y situaciones basados en los grandes arcades de acción de la época ‒e incluso en las películas hollywoodienses del género‒, todo un guiño a los jugadores más veteranos.

Una vez a los mandos descubrimos que la libertad de movimientos de títulos clásicos como Double Dragon brilla por su ausencia, dejándonos en mitad de cada escenario a la espera de recibir las diferentes oleadas de enemigos, ya sea en grupos de varios de ellos o contra adversarios en solitario. Una vez acabemos con todos, pasaremos al siguiente nivel o escenario de forma automática tras unas secuencias que se repetirán una y otra vez. Donde sí tenemos algo más de libertad es en las diferentes técnicas de lucha, puesto que podremos ejecutar una buena variedad de golpes de una manera bastante natural, con gestos táctiles sobre la pantalla. Así, para dar puñetazos tan sólo deberemos pulsar repetidamente sobre los enemigos y Jack empezará a repartir leña sin miramientos. A medida que avancemos en la aventura, podremos comprar nuevos ataques y combos para convertirnos en un auténtico héroe ochentero.

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Podemos evadir los golpes rivales y realizar counter attacks, saltar y dar patadas o ganchos, siempre manteniendo la atención sobre los otros enemigos que se lancen sobre nosotros desde ambos lados de la pantalla. Incluso podremos recoger diferentes armas ‒como bates de béisbol, palos, cuchillos o pistolas‒ que nuestros rivales dejen caer al suelo tras quedar aturdidos o caer derrotados, armas que tendrán un uso limitado pero que causan estragos entre nuestros rivales. En este sentido, también podemos adquirir nuevas armas en la tienda del juego ‒a través de nuestro contacto‒, aunque sus precios son bastante elevados, una prueba más de su irregular sistema free-to-play. Dichas armas, como ametralladoras, revólveres o lanza-misiles, disponen de munición limitada, con lo que deberemos ser muy cautelosos con su uso.

Su desarrollo nos invita a avanzar a lo largo de diferentes edificios y plantas, cada una de ellas con un determinado número de oleadas de enemigos que deberemos eliminar con un límite de tiempo, hasta llegar al jefe final de turno en lo alto de cada rascacielos. Tras cada nivel superado ‒que no nos llevará más de 30 segundos‒, recibiremos un número determinado de estrellas que valorará diferentes apartados como nuestra salud, tiempo empleado o combos usados, para así obtener dinero in-game que podremos usar para mejorar a nuestro protagonista en forma de nuevas técnicas, mejoras de salud o fuerza o para adquirir armas, chalecos o incluso tatuajes que nos brindarán diferentes características durante un tiempo limitado, a modo de boosts. Como es costumbre en este tipo de títulos free-to-play, existen dos tipos de moneda, siendo la premium la más difícil de obtener.

El mayor problema de Fightback es que su desarrollo está totalmente condicionado por los micro-pagos, animándonos a pasar por caja una y otra vez para avanzar de un modo más cómodo o natural; en este sentido, Jack necesita de numerosas mejoras y ayudas para evitar el siempre desagradable continue, ya que si queremos seguir en el punto donde nos hayan eliminado ‒y no empezar de nuevo el nivel‒ tendremos que tirar de moneda premium. Y no sólo para los continues, puesto que los diferentes boosts y mejoras necesitarán de numerosos ingresos, ya sean in-game o premium, lastrando por completo la experiencia de juego. Además, algunos niveles son realmente complicados ‒o casi imposibles‒ de pasar sin numerosas mejoras previo pago. Una lástima, puesto que con un desarrollo más amable con el jugador, Fightback habría ganado muchos enteros.

Evidentemente, siempre podemos repetir niveles anteriores y hacernos con más ingresos, pero rápidamente nos cansaremos de su monótono y tedioso desarrollo. Y para terminar de desilusionar al jugador, tendremos que estar pendientes de una barra de stamina que se irá vaciando tras cada combate y que tardará 6 minutos en regenerarse, algo que rompe por completo la acción; evidentemente, también podremos gastar dinero en llenarla de golpe. Una serie de malas decisiones que juntas arruinan la experiencia de juego de Fightback. El título en sí resulta entretenido, pero la continua sensación de estar pendientes de micro-pagos, barras de stamina, moneda premium y minutos de espera no es de buen recibo. Por otro lado, la presentación y la puesta en escena resulta interesante, sobre todo por su estética y marcada personalidad, además de contar con animaciones y otros efectos gráficos bastante aparentes, todo bajo el motor gráfico Unity que tan buenos resultados da en smartphones y tablets.

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Seguramente no esté al nivel de otros grandes títulos táctiles, pero el resultado en lo visual es satisfactorio; en cambio, en términos de sonido queda algo por debajo de la media, gracias en parte a melodías repetitivas a más no poder y efectos de sonido genéricos que raspan el aprobado. Todo en una aplicación que no llega a los 300 MB y que ofrece sus textos en un buen número de idiomas, entre ellos el castellano. Ofrece conexión con Facebook, integración de logros y marcadores con Game Center y permite que cumplamos con diferentes misiones a medida que participemos en combates, aunque todo ello no cubre una serie de desajustes que hacen de Fightback un título desaprovechado sólo por el afán recaudatorio de Chillingo; esperamos que la próxima incursión de Ninja Theory en iOS y Android tome nuevas vías de negocio que no expriman al usuario en contra de la propia diversión y experiencia de juego.