A unos días de finalizar este año, repasamos algunos de esos juegos que merecen un reconocimiento extra o que han conseguido sorprendernos durante estos meses.
En el último NPD con las cifras de ventas norteamericanas, se filtraba que Tearaway había vendido 14.000 unidades, prácticamente nada. Quizás por ser un juego en Vita, una consola que no pasa por su mejor momento -especialmente fuera de Japón-, quizás por ser un juego muy diferente a cualquier otra cosa, quizás porque no ha disfrutado de la atención mediática de otros títulos. Hay incluso gente a la que no le gusta LittleBigPlanet y por ello deciden no prestar atención a lo nuevo de Media Molecule. Pero tengamos una cosa clara: esa es su pérdida. Todos los que sí han jugado, o lo están haciendo, saben de la arrebatadora magia de este juego, de la imaginación de su mundo, de sus mecánicas frescas, de la simple y pura alegría que supone dirigir los pasos de Iota en su misión de llevar “un mensaje”. A buen seguro que Tearaway no ganará ningún concurso de popularidad, pero no se olvidará. Y cuando dentro de 10 o 20 años estemos recordando a Vita y lo mejor que ofreció, nos atrevemos garantizar que Tearaway estará ahí.
Algunos juegos, pese a su calidad, no han nacido para agradar a todo el mundo. Algunos juegos se regodean en sus diferencias, en sus bolas curvas, en no ponerles las cosas fáciles. La última obra de Kamiya en Platinum es esa clase de juego, un título sin concesiones que obliga al jugador a alcanzar cierto grado de maestría para poder seguir avanzando. Con esa mentalidad tan arcade, The Wonderful 101 propone una fusión entre Pikmin y Beat’em Ups en donde controlamos a un grupo de superhéroes capaz de realizar asombrosas transformaciones con las que vencer a las fuerzas invasoras de la tierra. Con esa estética “Henshin” que permea en muchos de los juegos del creador de Viewtiful Joe, el reconocible gusto por el color y el humor de los juegos del estudio de Osaka y un planteamiento exigente para el jugador, The Wonderful 101 es un título que todo usuario de Wii U debería probar alguna vez en su vida.
Un videojuego no tiene que ser sólo acción pura, reflejos y adrenalina, puede serlo si quiere, pero cada vez más nos damos cuenta de que no hay que ponerle muros al campo. Un juego puede ser una historia, interactiva, pero una historia, y además puede serlo de la manera que quiera. Puede explicarla con textos, puede hacerlo con voces y actores, o escenas cinemáticas, pero también pueden hacerlo con simples mecánicas, con exposiciones mínimas pero cuidadas, dejando simplemente que el jugador experimente el mundo a su propio ritmo. Brothers es un cuento que emociona, una pequeña pero poderosa historia ajena a grandilocuencias, sobre cosas simples, pero importantes. Es, simplemente, un juego que no te debes perder.
Otro título que, a raíz de las informaciones parciales y filtradas que tenemos, no parece haber incendiado las tiendas precisamente. Puppeteer seguramente no es un juego que vaya a vender mucho, pero eso no le quita importancia o calidad, lo que es más destacable si cabe cuando ha aparecido en un año extraordinario para los plataformas. Cualquiera que disfrute de la vertiente 2D del género podrá apreciar lo que aporta este título de Sony, con unas mecánicas de salto, movimiento e inercia sumamente precisas que le dan el grado de dificultad justo para ofrecer un reto, nunca desesperante pero tampoco trivial. Pero incluso los que no tengan una fuerte afición por los plataformas apreciarán los elementos básicos que forman el conjunto Puppeteer. Original, extravagante, tierno e incluso siniestro, la presentación audiovisual del juego es un espectáculo en sí mismo, poniendo la guinda a un pastel irresistible.
Que el siguiente título de los creadores de Rayman Origins iba a ser excelente no se dudaba demasiado. Aspectos como la “exclusividad” con Wii U para luego ser retrasado meses y salir multi no generaban mucha confianza, y también estaba el hecho de que no usaba Ubiart, el motor 2D que tan fantásticos resultados había ofrecido en el primer juego, aunque se había apostado por una espectacular recreación 2,5D que lucía muy bien. Pero la sorpresa no fue que el juego fuera excelente, la sorpresa fue que consiguiera superar tan ampliamente al original como para coronarse como uno de los grandes de la historia del plataformas 2D. Todo lo que había conseguido Origins en cuanto a encanto, ritmo, diseño y carisma, era superado ampliamente por Legends, repleto de ideas brillantes, originales y rompedoras, lo que tiene especial mérito en un campo con tanta tradición como el plataformas. El hecho de que Legends tampoco parece estar consiguiendo unas ventas ni siquiera aproximadas a lo que merece su calidad es algo digno de lamentar y es por ello que lanzamos, una vez más, nuestra recomendación para no perdérselo.
De los juegos de Daedalic en este año podríamos mencionar varios títulos interesantes como el final de la trilogía de Deponia o el encantador The Night of the Rabbit. Pero de todos ellos nos quedamos con el fantástico Memoria, secuela de The Dark Eye: Chains of Satinav y una de las aventuras que distingue al estudio alemán como una de las grandes referencias modernas de la aventura gráfica. Sólo los bellísimos gráficos del juego ya bastan para capturar nuestra atención, una seducción que se prolonga a lo largo de una gran historia. No es un juego perfecto, ni mucho menos, hay aspectos en los puzles que podrían ser mejores y es un poco corto de más, pero tanto Chains of Satinav como Memoria merecen un hueco de nuestro tiempo de juego.
Aunqueno es exactamente una sorpresa para cualquiera que haya disfrutado delmod original de Half-Life 2, sí sorprende el gran éxito y popularidadque ha alcanzado este título, una experiencia realmente singular para elaficionado al videojuego, muchas veces acostumbrado a hacer siempre loque le piden en un juego, a seguir instrucciones y a avanzar pase lo quepase porque es lo que hace siempre. ¿Y qué pasa si no lo hacemos? ¿Y siconsideramos que esos hilos que tiran de nosotros no son de fiar? ¿quéhay más allá de las bambalinas? The Stanley Parable no es un videojuegoal uso, no hay disparos, no hay puzles ni saltos, ni siquiera unahistoria que se pueda considerar “normal”, pero para cualquiera quelleve muchos años en esto de los videojuegos, entenderá bien lainteligencia, la crítica, el sarcasmo y el humor que desprende estetítulo.
Aunque hemos querido destacar 20 juegos en esta categoría en base a su condición de tapados, o de sorpresas -por inesperados o por cosechar más éxito del que se esperaba-, podríamos haber mencionado bastantes más. En el artículo del pasado miércoles podemos encontrar algunos nombres que podrían estar perfectamente en estas páginas y que hemos evitado simplemente por no repetir demasiado, como por ejemplo: Proteus, Gone Home, Valdis Story, Little Inferno, Battleblock Theater, Don’t Starve, Thomas Was Alone, Monaco, Outlast o Dragon Commander, todos títulos mencionados y comentados junto a otros cuyo éxito era más esperable. Generalmente, cualquier juego descargable independiente tiene potencial para ser un “sleeper” y/o una sorpresa por el simple hecho de que son juegos que no llegan con la fanfarria de la publicidad que tienen muchos juegos de compañías conocidas, así que el margen de encontrar pequeñas joyas ocultas, o ver como un juego desconocido se convierte de la noche de la mañana en todo un fenómeno de ventas, es mucho más amplio hoy que hace unos años. Con todo, confiamos en que esta pequeña muestra sirva su propósito de subrayar unos juegos que merecen ese extra de atención por parte de los amantes del videojuego.