LocoCycle
- Plataforma360XBO4
- GéneroConducción
- DesarrolladorTwisted Pixel Games
- Lanzamiento22/11/2013
LocoCycle
Una motocicleta loca, híbrido entre El Coche Fantástico y Terminator, quiere sentir la libertad de la carretera sin la presión de un conductor humano. La moto I.R.I.S. se libera de su prisión en este descargable que se lanza en Xbox One de la mano de Twisted Pixel Games, responsables de Splosion Man.
Xbox One presenta sus primeros juegos independientes para su lanzamiento. La primera toma de contacto de los indies con la consola no resultó demasiado acertada. Y no porque Microsoft no quisiera saber nada de estos pequeños estudios que han parido grandes glorias durante la generación que nos deja, sino por una falta de información que provocó ciertos recelos entre las desarrolladoras. Twisted Pixel Games, estudio con solera en lo que respecta a producir juegos descargables para la casa Xbox pues han generado lanzamientos como Splosion Man, un 9 sobre 10 para esta casa, y The Gunstringer, de valoraciones más ajustadas, se estrena en Xbox One con Loco Cycle.
El concepto tras este título es difuso, pues no encaja a priori en ningún género concreto de forma exacta. No es un juego de carreras, tampoco es un juego de combates, pero mezclas estos dos conceptos. La mejor manera de definirlo es como un endless runner donde los QTE’s se mezclan con los golpes al estilo Devil May Cry, y en el que como protagonista tenemos a una motocicleta de alta tecnología que arrastra por avatares del destino a un mecánico latinoamericano llamado Pablo. Todo muy loco, rápido y directo, sin florituras en ninguno de sus frentes y con un objetivo que no va más allá de entretener durante algunas horas (no demasiadas) usando el mando de Xbox One.
Todo comienza cuando Big Arms, una estrambótica corporación de tecnología militar, presenta dos de sus nuevos inventos entre los que se encuentra la motocicleta I.R.I.S., un vehículo inteligente, capaz de hablar decenas de idiomas y con inteligencia artificial propia, a lo Coche Fantástico, pero en versión femenina. Pablo, un pobre mecánico latinoamericano, queda atrapado en la rueda de la moto por accidente, y se ve arrastrado carretera abajo en una persecución donde la moto trata de escapar de los agentes de Big Arms. La forzada relación se estrecha cuando la moto entabla diálogo con el mecánico diciéndole que desea viajar hasta Indiana, EE. UU. para competir en una carrera.
Con el motor arrancado y la moto corriendo siempre hacia el horizonte de forma automática, podemos acelerar con el turbo, golpear a los enemigos con diferentes ataques y combos especiales, mientras recorremos pistas por “pantallas” divididas en capítulos, muy a la vieja usanza, y superamos jefes finales. Loco Cycle tiene ese toque estructural retro que recuerda a los arcades beat’em up clásicos. I.R.I.S. utiliza sus armas propias (ametralladora y golpes) combinadas con Pablo, que es un arma en sí mismo al ser arrojado contra los enemigos, por ejemplo, para superar las embestidas a las que se verá sometida. Una especie de martirio motorizado para el personaje hispanohablante.
Controlando los movimientos de I.R.I.S. (izquierda, derecha y turbo), podemos realizar golpes con ella y golpes con Pablo, reaccionar a contraataques pulsando el botón preciso en el instante indicado, asestar combos aéreos a los enemigos voladores y despachar rivales con otras mecánicas (por ejemplo, lanzando al mecánico contra ellos). El combate moto-cuerpo es suficiente, pero está demasiado encasillado a momentos concretos de la partida, lo que hace que las sesiones de juego sean previsibles por su estructura. Y no es que Loco Cycle funcione mal en control o mecánicas, sino que se presenta una mezcla que se queda corta.
No podía faltar un antagonista en este esquema, y ese rol lo asume S.P.I.K.E., la segunda moto de Big Arms que se lanza tras I.R.I.S. para mandarla al desguace, con un estilo heavy metal propio de Los Ángeles del Infierno. S.P.I.K.E. hace las veces de jefe de nivel en algunas ocasiones enfrentándose de tú a tú a la moto protagonista. Las mecánicas de combate se alteran cuando toca combate contra boss nutriéndose más movimientos y apoyándose en exceso en QTE’s para esquivar golpes, realizar especiales, etc. sin una dificultad demasiado destacable, pero seleccionable en varios niveles.
Entre combo, combo y QTE se han incorporado algunos minijuegos especiales para, por ejemplo, reparar daños puntuales sobre la moto que cambian ligeramente la partida, pero tampoco son el acabose jugable. El sistema de juego de Loco Cycle brinda al jugador un gazpacho de elementos razonables y atractivos, pero que no terminan de destacar especialmente. Es un juego descagable que puede dejarte algo frío dentro de la primera hornada de títulos. De hecho, se hace notar que su producción se inició en Xbox 360 y se derivó a la nueva máquina de Microsoft, donde no consigue sorprender tanto como otros juegos del estudio independiente.
Por otra parte, es todo un detalle es que la moto se pueda mejorar (salud, fuerza, etc.) mediante los puntos de experiencia que ganamos jugando los niveles. No es que sea el acabose, pero le da un ligero toque de personalización a las partidas. Siguiendo con el terreno visual, Loco Cycle pasa perfectamente por un juego no ya de la anterior generación, sino de sus primeras remesas de juegos. Ausencia casi total de físicas, vehículos que se atraviesan, carreteras que termina haciéndose repetitivas… El estilo cartoon de los personajes -próximos a Kinect Sports Rivals- no justifica la dejadez en ciertos frentes como algunas texturas, los modelados de los vehículos, etc.
Twisted Pixel Games no consigue conquistar al ojo con este motor 3D que peca de simple y poco consistente. Volvemos a la idea inicial: Loco Cycle es un juego con un apartado visual que en una tableta o un móvil estaría bien resuelto, pero que en una consola de nueva generación, sobre todo como una de sus primeras apuestas, tiene más que ocultar que presumir (se nota que deriva de Xbox 360). Aunque los modelos de los personajes resultan simpáticos, los escenarios no terminan de ofrecer ese punto necesario para que como juego indie destaque en el catálogo de la nueva consola de Microsoft. Y en Twisted Pixel Games tienen experiencia suficiente como para haber dado mucho más de sí.
Lo absurdo de la trama, que se agradece y hasta resultará atractivo para los jugadores amantes de lo casposo (tiene ese toque “absurdo” que ofrecían juegos como el primer Resident Evil con su intro), se refleja en escenas cinematográficas grabadas con actores reales (live action) y repletas de clichés (basta ver la introducción con parodias de líderes políticos) en una calidad HD más que razonable. Por estas piezas producidas por Legacy Effects pasan actores como como Robert Pattrick, Lisa Foiles, James Gunn y Freddy Rodríguez, que han trabajado en películas como Planet Terror y Terminator 2. Un reparto que le da un valor añadido al juego, pero que no pasa de lo anecdótico.
Mediocre
Podía ser pero no ha sido y tras pasar unos breves minutos con él quedará archivado en la estantería para no jugarlo nunca más. No lo compres, no digas que no te lo advertimos.