Zoo Tycoon
- PlataformaXBO7360
- GéneroEstrategia, Simulación
- DesarrolladorFrontier Developments
- Lanzamiento22/11/2013
- EditorMicrosoft Game Studios
Zoo Tycoon
En esta oleada inicial de lanzamientos para Xbox One nos llega un juego para los más pequeños de la casa que los mayores también sabrán apreciar. Con Zoo Tycoon siéntete no sólo un empresario sino un ecologista, protegiendo a los animales en peligro de extinción y liberándolos en su hábitat. Todo esto mientras interactúas con ellos gracias a Kinect.
El género de los "tycoon" es uno de los más populares en PC, aunque quizá ha perdido algo de fuelle en los últimos años. Sin embargo, es de ese tipo de juegos que cuesta adaptar a consola dado que se beneficia enormemente del control por teclado y ratón. Frontier, desarrolladores entre otras de las franquicias Thrillville y RollerCoaster Tycoon, han sido los encargados por Microsoft para trasladar su serie Zoo Tycon a sus dos plataformas, Xbox One y Xbox 360, teniéndolo listo para el lanzamiento de la primera. A su experiencia con títulos de gestión se les sumaba en su haber tanto Kinect Disneyland Adventures, seguramente ayudándoles en la creación de entornos realmente cuidados para los zoos, como especialmente Kinectimals, lo que les ha valido para recrear a los animales de manera magistral y lograr interactuar con ellos gracias a Kinect. Es uno de los pocos títulos de lanzamiento pensado para los más pequeños de la casa, aunque si no sois padres eso no debe echaros para atrás, ya que cualquier edad es buena para disfrutarlo.
Pese a que no se trata del primer "tycoon" trasladado a consola, la primera pregunta parece obvia: ¿qué tal se maneja con un mando? Lo cierto es que Frontier ha hecho un trabajo excepcional y en ningún momento el control se siente forzado o da la sensación de que un ratón podría encajar mejor. Para ello ha tenido que realizar algunas concesiones en el diseñador de parques que mencionaremos más adelante, pero en el resto de menús el trabajo ha sido impoluto. La interfaz es muy homogénea, con recuadros a lo Windows 8, y coherencia en todas las pantallas. Este estilo minimalista prescinde de pantallas cargadas de texto y resulta muy gráfico de forma que moverse por cada opción sea bastante directo. Eso no es óbice para que tengamos rápido acceso a más detalles de cada botón del menú simplemente pulsando uno de los gatillos: qué animales aprecian más un elemento a instalar, cuál es el estado de felicidad de una de las instalaciones, en qué beneficia algo que vamos a comprar a nuestra reputación, etc. En algunos casos quizá haya demasiados submenús para llegar a algo, pero es un peaje necesario a pagar para tener una interfaz tan bien organizada.
Para controlar el zoo, ver el estado general, cómo se encuentran los animales, de qué modo están cubiertas las necesidades de nuestros visitantes o sencillamente construir tenemos la clásica vista isométrica. Permite un acceso rápido y gráfico a una serie de indicadores y es seguramente donde más tiempo pasaremos. Por otro lado está la vista en tercera persona a nivel de suelo, como si fuéramos un visitante más. Ésta principalmente sirve para afrontar algunos retos y, sobre todo, interactuar con los animales siempre que lo necesitemos o queramos. Podemos dar de comer a ciertas especies o interactuar con otras de diversos modos, y en ciertos momentos es posible que sea un reto o un requerimiento para el bien de nuestros animales, de forma que acabaremos bajando más de lo que cabría pensar. Sin duda no es la opción más cómoda para ejercer de gestores, pero es una buena forma de apreciar los pequeños detalles que hacen especial nuestro zoo. Por suerte, el cambio entre una vista y otra es instantáneo con sólo pulsar un botón y de esa forma también nos teletransportamos de una punta a otra del zoo. Y si no, siempre queda la opción de llamar a buggie y movernos como golfistas en su típico carro.
Kinect es un factor importante en Zoo Tycoon, pero no decisivo. Podemos prescindir del dispositivo siempre que queramos y utilizar únicamente el mando, aunque con ello perderemos el control por voz que tan práctico resulta para moverse por los menús. Las interacciones con los animales se realizan de una forma bastante natural gracias al reconocimiento de gestos. Por ejemplo, dar de comer consiste en coger una fruta de una cesta con el puño cerrado y luego ofrecérselo al animal estirando el brazo y la mano. Otro de los juegos para los animales que potencialmente nos comerían la mano de un mordisco si les ofreciéramos comida trata de mímica. Nosotros hacemos ciertos gestos como taparnos los ojos o golpearnos los brazos contra el pecho y los chimpancés nos imitan con mucha gracia. Finalmente están los animales más grandes como los rinocerontes que aprecian un buen baño con una manguera a una prudencial distancia de su cuerno, la cual igualmente se puede manejar como si tuviéramos una entre los brazos. En cualquier caso, todas estas acciones se pueden realizar igualmente con el mando y con el tiempo lo haremos dado que es más práctico y rápido, pero los niños las apreciarán sin duda y están realmente bien implementadas.
Para ayudarnos en el día a día de un director de zoo contaremos con dos herramientas muy útiles. La primera es un listado de notificaciones situado en la parte izquierda y fácilmente accesible con sólo pulsar una dirección en la cruceta. Aquí nos encontraremos avisos de todo tipo, desde cuándo ha terminado una investigación o un reto a alertas sobre cualquier incidencia en el parque, como un animal que se encuentra enfermo o que los visitantes reclaman más aseos. El juego hace uso de los nuevos motores de vibración del mando de Xbox One que permite que vibren los gatillos de forma que nos avisa con una pequeña vibración en el gatillo izquierdo, lo que recuerda a las notificaciones de los móviles. En el lado opuesto de la pantalla se encuentran los retos. Podemos elegir uno en concreto que queremos seguir para ver el tiempo restante, aunque el listado completo está igualmente accesible que sólo pulsar otra dirección en la cruceta. Junto a todo esto nos encontramos continuamente con indicadores contextuales de qué hace cada botón de forma que no nos perdamos en ningún momento.
Cómo dirigir un zoo
En lo que se refiere a la gestión no hay muchas sorpresas. El objetivo es claro, tener a los visitantes contentos. Para ello lo más básico es lógicamente tener variedad de especies e instalaciones. Además de a través de los animales, podemos ganar público al instalar otros servicios como tiendas de regalos, restaurantes y puestos de comida o los inevitables aseos. Finalmente hay otros factores que podemos modificar, como el precio de la entrada o ejecutar campañas de publicidad. Para conocer el estado real de nuestras cuentas, no sólo contamos con los indicadores en la vista cenital, sino con una página de estadísticas que nos permitirá analizar cuál es el coste de cada servicio y dónde estamos ganando o perdiendo dinero. Hay tres vías de ingreso básicas: las entradas, los servicios extra como los restaurantes o las tiendas y los donativos. Esta última es una cantidad que se nos asigna como medio para que ayudemos a la conservación de las especies en peligro de extinción, aunque en la práctica podemos usarla en lo que más nos interese en cada momento.
Nuestro zoo va ganando popularidad con el tiempo. Cada instalación o cada nuevo animal van otorgándonos puntos y con el tiempo vamos subiendo de nivel. Conforme consigamos una mayor popularidad iremos logrando acceso a nuevas especies o elementos para construir nuestro parque. Una vez conseguimos desbloquear algo, no está inmediatamente disponible sino que nos requiere que lo investiguemos dedicando algunos recursos y tiempo. Sólo se puede llevar una investigación a cabo en cada momento, con lo que incluso con infinitos tendremos que aguardar para tener el zoo más completo posible. Prácticamente todas las áreas requieren investigación: nuevas especies, nuevos hábitats, nuevos edificios, diferentes tipos de publicidad y otras áreas generales e incluso mejoras. Este último aspecto es igualmente muy relevante, ya que casi todo en nuestro zoo está sujeto a mejoras que generalmente suponen ampliación o mayor eficiencia.
No todos los gastos se irán en la adquisición de nuevos animales o la construcción, ya que tendremos gastos corrientes. Los animales necesitan lógicamente alimentación y sus comederos han de ser rellenados. También hay que limpiarlos, retirar sus excrementos y prestarles atención y cuidado. Del mismo modo cualquier elemento en nuestro parque necesita un mantenimiento y arreglos en case de averías. Tenemos dos tipos de empleados para esas labores: los conserjes, los cuales mantendrán las instalaciones en buen estado, y los cuidadores, que lógicamente se encargarán de los animales. La gestión de personal no va mucho más allá de contratar, pagarles el sueldo (de forma automática) y ocasionalmente formar a los trabajadores, simplemente pagando una suma de dinero para ello, si es que no los hemos contratado ya al máximo nivel. Si bien el empleo es una de las secciones que más relevancia suele tener en el mundo de los juegos de gestión, en Zoo Tycoon se ha simplificado hasta el punto de que apenas le prestaremos atención.
Arquitectos con un mando
En pos de lograr un manejo más cómodo de la interfaz el modo construcción es menos flexible que en otras entregas y títulos del mismo estilo. El escenario de nuestro parque no se divide como suele ser habitual en cuadrículas, sino que cada instalación tiene una forma irregular. Según las vamos colocando, aparecen caminos generados automáticamente que las unen con otras instalaciones adyacentes. Por tanto, no hay un editor de terrenos propiamente dicho y es difícil aprovechar el espacio al 100%. No obstante, estas limitaciones traen consigo varias ventajas. La primera es obviamente un control mucho más sencillo con el mando, ya que sin un ratón resultaría muy tedioso el realizar las tareas habituales de este tipo de juegos. En segundo lugar, está el hecho de que podemos mover las instalaciones libremente con gran facilidad. En cualquier momento tenemos la opción de coger cualquier instalación completa y llevarla a otro lugar de nuestro parque. Los animales se mueven con ella y los caminos se regeneran automáticamente con lo que reorganizar nuestro zoo es extremadamente simple.
Junto a los edificios y hábitats grandes contamos con otros elementos que alegrarán la vista de nuestros visitantes. Encontramos plazas, fuentes, árboles y demás objetos y zonas decorativas. Algunos de ellos serán específicos de ciertos hábitats de forma que podemos crear fácilmente lugares temáticos. Si lo deseamos el juego nos invita a dar un nombre a cada una de las instalaciones de manera que las identifiquemos fácilmente, lo que a su vez nos da pie a ser imaginativos. Además, en cada instalación encontramos distintas zonas donde colocar mobiliario adicional. Por ejemplo, en edificios recreativos y de servicios como restaurantes habrá la opción de colocar mesas y otras utilidades que nuestros visitantes apreciarán. Incluso si queremos nos dan la oportunidad de variar el aspecto estético de nuestro parque, modificando por ejemplo el tipo de suelo. Una vez más, no hay libertad absoluta, ya que hay sitios predefinidos donde colocar estos elementos, pero eso permite una mejor adaptación a consolas. De todos modos, es seguramente el tipo más bajo de microgestión que llegaremos a realizar.
Otra implicación de este sistema es el hecho de que no podemos hacer crecer las áreas dedicadas a los animales infinitamente (o al menos hasta el máximo del tamaño del parque). Hay únicamente tres posibles tamaños para los hábitats, pequeño, mediano y grande. El único motivo por el que optaremos por los dos primeros será debido al coste y al nivel de popularidad inicial, ya que no tendremos acceso a los más grandes hasta que alcancemos cierta puntuación. En los distintos puntos que dispone cada hábitat para situar equipamiento será donde coloquemos las construcciones que darán una vida mejor a los habitantes de nuestro zoo. Aquí es donde entran los comederos, juguetes y otros entretenimientos y los elementos interactivos de los que hablábamos anteriormente. Dependiendo del tamaño del hábitat habrá más de estos puntos y necesitaremos al menos uno del tipo mediano para satisfacer plenamente las necesidades de los animales.
Cuidados animales
Zoo Tycoon cuenta con más de 100 especies distintas que incluyen leones, tigres, jirafas, monos, elefantes, osos, antílopes, rinocerontes o hipopótamos. Al igual que en entregas anteriores, cada especie prefiere un hábitat distinto y tendremos que ubicarlas allá donde mejor se encuentren. Tenemos diferentes clases como sabana, tundra o alpino, cada uno con una vegetación y ambientación muy diferenciados. El juego nos permite fácilmente saber cómo se adecua un determinado hábitat a un tipo de animal, como leones o elefantes, pero al mismo tiempo tendremos que mirar cada especie en particular pues no es lo mismo un león africano que uno asiático. Junto a las especies grandes que hemos mencionado hay algunas pequeñas como lémures, iguanas, suricatos o serpientes. En estos casos no necesitamos grandes áreas para albergarlos y basta con pequeñas áreas como rocas que harán las delicias de muchos lagartos. De igual manera estos animales suelen requerir menos atenciones y hay menos opciones para modificar el área donde viven.
Otro factor que varía con cada especie es la socialización, pues algunas necesitan un determinado número de compañeros para ser plenamente felices. Sin embargo, en otras cuestiones no hay tanta variedad. Por ejemplo, los tipos de comida se aplican por igual a cualquier especie de antílope o tigre, y los equipamientos para simios son válidos independientemente de su especie. En todo momento tenemos acceso rápido al estado de nuestros animales, con varias barras que indican sus necesidades: comida, limpieza, socialización, entretenimiento, etc. La gran mayoría se pueden resolver simplemente construyendo los elementos adecuados para satisfacerlas o con tareas de mantenimiento como rellenar los comederos o limpiar los excrementos. Cada animal en particular tiene un nivel asociado a la edad que va aumentando con un alto grado de felicidad. A la hora de adquirir animales solemos tener candidatos en distintos niveles, aunque éstos van rotando con el tiempo. Realmente sólo son especialmente interesantes los niveles más bajos y más altos, que coinciden con los especímenes más caros. Como en la vida real, las crías son muy apreciadas y logran atraer más visitantes al zoo puntualmente, aunque con el tiempo crezcan y se conviertan en adultos. Del mismo modo los ejemplares de mayor edad también captan gran atención, aunque también son importantes por otro motivo. Al llegar al nivel máximo, el 15, se nos da la oportunidad de soltarlos en la naturaleza para que retornen a su ambiente original, cerrando el círculo. El juego está enfocado en concienciar que debemos cuidar el medio ambiente y nuestra labor como dueños del zoo es servir de hogar temporal para especies protegidas y liberarlas cuando ya sean aptas para valerse por sí mismas.
Para contribuir mejor en esta labor ecologista existen los centros de reproducción, que albergan el tercer tipo de empleados de Zoo Tycoon junto a los conserjes y los cuidadores. Estos especialistas se encargarán de que machos y hembras de una misma especie copulen y engendren crías que, como ya hemos dicho, se convertirán en un reclamo para nuestro parque. Hay algunas restricciones, eso sí. Sólo los animales de un determinado nivel pueden convertirse en padres, como por otra parte es lógico. Y siguiendo con lo obvio, los parientes tampoco pueden copular entre sí, al igual que ocurre en la naturaleza. Esto nos obligará a seguir adquiriendo ejemplares con el paso del tiempo y no nos bastará con una camada inicial para mantener nuestro zoo.
El poder de la nube en un zoo
Zoo Tycoon nos ofrece tres modos de juego principales, junto a uno de entrenamiento que nos enseñará los aspectos básicos de la gestión de un zoo. Al que más horas dedicaremos será seguramente el modo Libre, el cual, sin restricciones de ningún tipo, nos permitirá construir el parque de nuestros sueños por tanto tiempo como seamos capaces de mantenerlo. Más guiado resulta el modo Campaña, donde nos plantean una serie de objetivos específicos a cumplir en cada una de las 20 misiones que nos ofrecen. No obstante, una vez superados podremos seguir jugando en nuestro parque por cuanto tiempo queramos. La dificultad va creciendo y aunque las primeras fases no supondrán un gran desafío los niveles más avanzados sí nos exigirán una dirección más cuidadosa. Finalmente está el modo Reto, donde nos encontraremos con un límite en el número de elementos que puede tener nuestro zoo, con lo que hay que ajustar el gasto para lograr un negocio sostenible. Cualquiera de estos modos puede disfrutarse por hasta cuatro amigos a través de Xbox Live, pudiendo conjuntamente construir los parques y compartirlos en la red de Microsoft. Ni siquiera es necesario que todos estén conectados a la vez, pues los cambios se almacenan continuamente en la nube.
Para dar más alicientes al juego, junto al día a día normal iremos teniendo retos adicionales que irán apareciendo aleatoriamente. Algunos serán muy básicos pero nos obligarán a abandonar la vista cenital y ponernos en tercera persona. Los visitantes nos podrán pedir cosas como una demostración de entretenimiento con una de las especies de nuestro parque o tendremos que reponer de emergencia las existencias de una hamburguesería conduciendo a toda velocidad con nuestro buggie por el parque. De vez en cuando también nos pedirán que tomemos fotos de los ejemplares con alguna excusa absurda, como enviárselo a una revista, lo que nos ayudará a completar nuestro álbum de todas las especies del juego, uno de los pocos elementos coleccionables que ofrece Zoo Tycoon. Por suerte no todos los retos son de este tipo y algunos resultarán más interesantes, como son las donaciones temporales de especímenes a nuestro parque, que nos pidan especies concretas o que liberemos a alguno de nuestros animales en la naturaleza (lo que implicará que tengan que llegar al máximo nivel).
Otros desafíos serán más prácticos ya que se basan en peticiones de los visitantes, como puede ser construir más tiendas o atracciones, o en cubrir alguna de las necesidades primarias de los habitantes del zoo. Éstos nos ayudan a avanzar sobre todo en los pasos iniciales de la construcción del zoo para que no nos dejemos nada, ya que llevando a cabo algo que teníamos que hacer de todos modos tarde o temprano además conseguiremos un premio. Todos los retos tienen un límite temporal generalmente generoso, aunque en ciertos momentos y dependiendo sobre todo de la escasez de fondos, difícil de cumplir. Cada reto acarrea un premio, que generalmente es en forma de dinero o en un aumento de los donativos y la popularidad. Eso sí, algunos de los retos conllevan una penalización en caso de no superarlos a tiempo, así que esos no los podemos ignorar por los efectos a largo plazo.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.